En el país más grande de Hispanoamérica conviven la euforia de haber ganado la Copa del Mundo y la zozobra de una economía en bancarrota. En tiempos tan contrariados la gente se tienta por salidas desesperadas; un chiflado encabeza las preferencias para ganar las elecciones
Texto y fotos: José Ignacio De Alba
ARGENTINA.-
Día 366.
Salgo de Chile por el Paso de Uspallata, que atraviesa la cordillera andina, en una carretera que zigzaguea entre nevados. A pocos kilómetros se encuentra el Aconcagua, la montaña más alta del continente. Pero el paisaje esta tan nebuloso que es imposible divisarla.
El camino se mantiene pese a los avatares de la serranía, es apenas un frágil acceso en la infranqueable cordillera. Días después de cruzar, el camino quedará cerrado durante semanas debido a las tormentas de nieve.
Sobre la carretera un letrero advierte a los recién llegados: “Las Malvinas son Argentinas”.
Apenas se desciende de los Andes y el clima es apacible, también la tierra se vuelve una llanura extendida que alcanza a todo el interior de Argentina. Se sabe que es una de las regiones más fértiles del mundo, debido a la sedimentación rica de las montañas y por el riego de agua que llega de los andes.
Una potencia en la producción de granos y una calidad excepcional de carnes. En la pampa también empieza la construcción de la identidad nacional, fundada en el gaucho; el hombre mestizo y bravo, cuya única lealtad es a la tierra y las herramientas del trabajo.
Hoy, otras épicas definen. En un programa de televisión Messi es presentado con una cintilla descriptiva: “el mejor superhéroe del mundo”.
En este país uno puede tener conversaciones de antología;
Un argentino me explica:
-Los mexicanos nos odian desde que ganamos el mundial
-No, la realidad es que los odiamos desde antes.
Ambos nos reímos.
En otra conversación, otro argentino:
-¿Por qué te llamás José? qué horror, que nombre tan común…
-¿Y tú como te llamas?
-Lautaro
-Mejor llamarse José
La bebida nacional es el vino y Mendoza la zona que más le da fama. La historia de la evangelización de pueblos en América es, también, la historia de la producción de vino. Los misioneros fueron los primeros que se empeñaron en producir uvas viníferas, para garantizar la eucaristía.
Hoy, Argentina es uno de los países menos religiosos de la región, pero uno de los mayores productores y consumidores de vino. El Malbec de Mendoza es cosa tan común y corriente que lo toman con coca cola, el infame “calimocho”.
Hay algo muy extraño en este país, paradójicamente es la región en la que me encuentro a más gente que se autoadscribe como “latinoamericano”. Pero es el sitio que más se separa del cliché de América Latina, la idea de que es un continente predominantemente indígena y rural. Aquí no encuentro la cansada reivindicación del pasado bueno.
Pero ¿qué es ser latinoamericano? Nadie me responde con claridad, ni yo lo sé explicar. Lo bueno es que sabemos que algo somos.
Argentina es un país que se vanagloria de su migración, sobre todo de la europea. Y es que en el siglo XIX y XX Argentina fue el país al que llegaron más migrantes europeos en el mundo, incluso más que a Estados Unidos. Más de seis millones se instalaron en este país latinoamericano. Se cumplió la máxima “gobernar es poblar”.
Aquí hay un chiste, que hay quien lo toma en serio: «los mexicanos descienden de los aztecas; los peruanos, de los incas; y los argentinos, de los barcos”.
Octavio Paz fue más grosero y escribió que los argentinos son “italianos que hablan español y se creen franceses”.
Día 379.
En Córdoba me encuentro una fila tremenda en el consulado de España. Decenas de argentinos, atiborrando la calle en búsqueda de obtener la nacionalidad española. Ahora, en tiempos de crisis, se apremia encontrar al más tatarabuelo de todos sus españoles para volver a una tierra que ahora es rica, o que por lo menos, pasa mejores tiempos que esta.
Al fin y al cabo, esa es la historia de la humanidad, ¿quién no fue hijo de un migrante? En Argentina me gusta esta fluctuación de la identidad, acompleja más que en ningún sitio el sentido de pertenencia.
Argentina está pasando, de nuevo, por una hiperinflación. El peso se devalúa en cuestión de horas. Un día entro a una tienda con la intención de comprar zapatos, pero nada tiene precio y me veo en la necesidad de preguntar cada tanto al dependiente el valor de diferentes modelos. Cuando me canso de la tarea absurda de preguntar reclamo “por qué no le ponen el precio a cada modelo, es tonto tener que preguntar todo el tiempo”, a lo que el dependiente me explica: “disculpe, es que el valor del peso cambia tanto que en la mañana los zapatos pueden tener un precio, por la tarde otro y en la noche otro”.
La inflación de este año en Argentina podría llegar al 150 por ciento, es un hecho; millones de personas se estrenarán como pobres para navidad. Las calles se llenan de a poco de gente pidiendo dinero.
Un día me advierten que no salga del hostal, hay rumores de que la gente está saqueando tiendas. Aun así salgo a caminar y me encuentro negocios cerrados, la policía por todas partes. Un oficial me detiene y me pregunta a dónde voy, me pide una identificación y me recomienda guarecerme. No vuelvo, sigo más allá, en la calle vacía y no encuentro nada. “Solo fue una tienda, pero ganó el miedo”, me explica el dueño de una farmacia que se rehusó a cerrar.
Vuelvo al hostal y leo noticias que sucedió lo mismo en otras ciudades, en Argentina no es la primera vez que pasa. En el 2001 una crisis parecida, o mejor dicho la misma, provocó que la gente saqueara tiendas para asegurarse alimentos. Una huésped me explica “es la gente pobre”. Me parece una victoria, por fin, los ignorados se convirtieron en los temidos.
Camino por las calles y el mercado negro de dólares es tan grande que es difícil sacarse a los cambistas. El gobierno de Argentina intenta evitar la fuga de capitales de cualquier manera, así que fijó el precio de los dólares, pero la medida se les va de las manos.
La situación es compleja, en Argentina hay al menos 15 tipos de cambio: dólar oficial, blue, turista, soja, agro, mayorista, solidario, coldplay, tecno, cripto, etc.
Sacar dinero del cajero automático es imposible, la única forma de obtenerlo, si se es extranjero, es a través de oficinas Western Union. Uno crea una cuenta por intrenet, se deposita dinero y lo retiras en sucursal. Después viene el desafío de la fila, horas entre desesperados por tener efectivo.
Me encuentro miles de turistas brasileños, la pérdida de valor del peso argentina lo convirtió en un destino barato para vacacionar. “Es increíble”, me cuenta un vacacionista de Recife que recién llegó al país. “hace unos años era imposible venir, pero ahora vale la pena”. La industria del turismo suele beneficiarse de esas desigualdades, viajar a un país más pobre que el tuyo para poder hacer cosas, incluso viajar a un país más dejado que el tuyo para poder hacer cosas que no harías en el propio.
Día 382.
Viajo a la casa donde vivió el Che Guevara (https://piedepagina.mx/alta-gracia-la-casa-del-che-guevara/ ), ubicada en las cercanías de Córdoba. Ese viajero que recorrió América Latina y se convenció de la revolución. ¿Quién seré yo cuando vuelva?
La crisis económica coincide con el año electoral en el país, un candidato ha destacado por sus disparatadas propuestas. “El tipo propone cosas que podría decir cualquier persona”, me explica un periodista bien enterado del proceso.
En el año 2001, la hiperinflación terminó con revueltas. Esta vez la crisis coincidió con el periodo electoral, la gente va a votar con el hígado. Un hecho interesante es que convence a sectores de todos lados, es transversal, persuade a peronistas decepcionados, clases medias y altas.
El candidato se llama Javier Milei y habla con espumarajos en la boca, el hombre ha propuesto (¿amenazado?) con dolarizar definitivamente al país, acabar con el banco central, reducir las ayudas sociales, bajar la pena de cárcel para delincuentes, legalizar la portación de armas, liberalizar el mercado de órganos. El tipo se define como “libertario”.
La estrategia parece funcionar, aunque no sé si alguien realmente se convence. Cada exabrupto o propuesta disparatada obtiene eco en los medios, de forma más eficiente que las propuestas más moderadas.
Cuando estoy en Argentina, sin buscarlo, Milei aparece todo el tiempo en mis redes sociales. El algoritmo ofrece el disparate y la rabieta porque garantiza la interacción. La proyección de Milei es tan alta, que hay quien lo llama “el candidato de las redes sociales”.
Día 384.
Desde mi paso por Santiago de Chile me siento hormiga. Empiezo a extrañar quedar perdido en pueblos y ciudades chicas, entre caminos polvorientos, en la naturaleza. En las metrópolis me extravío. La soledad de las ciudades me parece brutal. Caminar entre calles con zapatos para campismo y un termo de acero me hacen sentir ridículo.
Me da miedo ser atropellado por un oficinista nervioso. Pero me olvido de ese sentimiento en Buenos Aires “la Paris de América Latina”, un sitio que he esperado conocer desde hace tiempo. La urbanización le da la espalda al mar, se sabe bonita. Aunque me parece un sitio nostálgico, el escritor Ernesto Sábato lo contó así:
“Porque pocos países debía de haber en el mundo en que ese sentimiento fuera tan reiterado: en los primeros españoles, porque añoraban su patria lejana; luego, en los indios, porque añoraban su libertad perdida, su propio sentido de la existencia; más tarde, en los gauchos desplazados por la civilización gringa, exiliados en su propia tierra, rememorando la edad de oro de su salvaje independencia; en los viejos patriarcas criollos, porque sentían que aquel hermoso tiempo de la generosidad y de la cortesía se había convertido en el tiempo de la mezquindad y de la mentira; y en los inmigrantes, en fin, porque extrañaban su viejo terruño, sus costumbres milenarias, sus leyendas, sus navidades, junto al fuego”.
Buenos Aires es de esas ciudades donde uno podría quedar perdido para siempre. Llego en días de lluvias. Hay cafeterías suficientes para acabarse el presupuesto del viaje.
Mi último día en Buenos Aires voy al barrio de Boca a conocer el estadio de futbol “la bombonera”. No le encuentro ninguna gracia a este atractivo, pero me sorprende la cantidad de gente que viene, aunque no haya partido. Los inchas se toma fotos besando su playera, en familias, se comen choripanes, se llevan recuerdos. Esto es un templo, los futbolistas no son héroes, son santos, semidioses.
Día 394.
Tomo un autobús hacia la Patagonia, para hacer la última parte del Camino a Ushuaia. Aun faltan dos mil kilómetros, tengo sentimientos encontrados, el frío acomete.
*El 15 de agosto de 2022, José Ignacio De Alba emprendió un camino de miles de kilómetros en busca de las historias de una América latina inexplorada: la de sus márgenes y sus periferias. El viaje arrancó en Belice, nuestro pequeño y extraño vecino del sur. El objetivo es llegar a Ushuaia, la ciudad más austral del continente, a través de veredas y rutas olvidadas, donde se pueda contar la vida cotidiana de la gente común.
Con Guatemala, nuestro otro país fronterizo hay bastantes parecidos. Belice, en cambio, es un país que se siente como isla, a pesar de estar atado al continente….
Por José Ignacio De Alba
Guatemala: un paraíso que no es igual para todos
La generosidad de la gente en esta zona, de la que solo sabemos por las tragedias, es abrumadora. Los turistas, en cambio, provocan aversión. Vienen a que les sirvan en inglés, a viajar sin el esfuerzo de entender. Me confunden con gringo y niego al imperio en todas sus formas…
Por José Ignacio De Alba
Los pescadores quiché perdieron pangas, redes y libertad por defender el lago del cual han vivido durante generaciones. Su resistencia se enlaza con la de los negros Garífuna de Guatemala, que han decidido relatar una historia alterna a la de ser esclavos
Por José Ignacio De Alba
24 horas en Honduras: un retrato de la desigualdad
Unas cuantas horas en Honduras bastan para mirar lo disminuido que está el régimen de derechos en Centroamérica. Las revisiones en este país expulsor de migrantes son un atisbo de lo que viene (El Salvador y Nicaragua). Por error llego a la ciudad más peligrosa del continente…
Por José Ignacio De Alba
Esta es la crónica del ascenso a uno de los volcanes más activos del mundo, al que sus pobladores tienen como un prodigio por regalar tierras fecundas, mientras los turistas temen a su iracundo estallido…
Por José Ignacio De Alba
Centroamérica: las fronteras del abandono
El Triángulo norte de Centroamérica –Guatemala, Honduras y El Salvador- es una zona fragmentada, con una historia hermana. Un lugar donde la marginación y la desigualdad conviven como en tiempos coloniales
Por José Ignacio De Alba
Costa Rica: Un país que cambió las armas por los chapulines agrícolas
Como una premonición Cristóbal Colón nombró este lugar como Costa Rica. A este pequeño país le llaman la Suiza de Centroamérica. ¿Cuál es su secreto?
Por José Ignacio De Alba
Los pueblos indígenas representan 2 por ciento de la población de Costa Rica. Durante años, sus territorios se mantuvieron ignorados. Pero con el desarrollo exacerbado. estas zonas se encuentran en la mira de capitales privados. Este es un camino que hace cada semana un maestro para llegar con los Cabécares
Por José Ignacio De Alba
Panamá: el imperio afincado en una distopía
Panamá es el centro bancario más grande del mundo, después de Suiza. Un paraíso fiscal, diseñado para esconder fortunas y un país hecho a la medida de los intereses de Estados Unidos
Por José Ignacio De Alba
Un viaje al centro de Abya Yala
Unas 30 mil personas viven en 35 de las 365 islas del archipiélago de Guna Yala, el territorio de un pueblo montañero de la selva del Darién que hace más de un siglo llegó al Caribe panameño huyendo de enfermedades y terratenientes. En su lengua, Abya Yala es la forma de nombrar América y otros pueblos del continente han reconocido esa autonominación. Paradójicamente, se considera que será el primer pueblo indígena desplazado por el aumento del nivel del mar debido al calentamiento global. Esta es la crónica de un viaje a esa tierra
Por José Ignacio De Alba
Colombia: Los guardianes de la Sierra Nevada
La Sierra de Santa Marta, una de las regiones más biodiversas de Colombia, es resguardada por cuatro pueblos indígenas que han logrado conservar su cultura y sus sitios sagrados a pesar de las amenazas que representan la coca, la minería y el turismo
Por José Ignacio De Alba
El campo y la ciudad son modelados por el acaparamiento. La gente habita espacios, pero su derecho a construir futuro (autodeterminación) está roto. La batalla por los recursos no sólo está en el mundo rural. ¿Por qué los latinoamericanos, casi como ninguna región, nos movemos a las metrópolis?
Por José Ignacio De Alba
Ecuador: un país de latitudes y cumbres
En Ecuador pasa una línea imaginaria: la línea de la mitad del mundo. Es el punto medio entre el norte y el sur de la tierra. Un país que cabe en el estado de Chihuahua es, además, una escalada de la geografía: Los Andes se desprenden escabrosos hasta llegar al Chimborazo, el punto del planeta más cercano al sol
Por José Ignacio De Alba
Las Galápagos, un viaje al pasado de la tierra
Este es un laboratorio viviente. Uno de los sitios más excepcionales del mundo, donde la vida prevalece en sus formas singulares. Pero también es un recordatorio sobre la fragilidad y la destrucción provocada por el progreso desmedido
Por José Ignacio De Alba
Llegar a Colombia implica sumergirse en un mundo de melodías. No hay otro país en América que venere tanto a la música. Colombia está definida por sus composiciones, una patria de juglares, músicos y bailarines. El cencerro, la maraca, los timbales y la conga sintonizan la balada feliz de una patria que rehúye a la tragedia que la persigue
Por José Ignacio De Alba
Barranquilla y Joselito Carnaval
El Carnaval Barranquilla, el más importante de Colombia, no es cosa menor. La gran fiesta congrega a millones en una euforia explosiva de cantos, bailes y disfraces que componen al país más festivo de Latinoamérica.
Por José Ignacio De Alba
Una piedra en el zapato llamada Venezuela
Venezuela parece destinada a la inmortalidad. Un país-leyenda, que siempre ha encarnado gestas heroicas. Hoy también, es un país quebrado. Una nación demonizada, que ha pagado duramente la afrenta de buscar revivir el sueño socialista
Por José Ignacio De Alba
Venezuela convirtió los viajes en autobuses en una enorme aventura. En un con la infraestructura carretera abandonada, los pasajeros se convierten en camaradas, los choferes se vuelven mecánicos, y el camino, un anecdotario de descomposturas, vacas muertas y retenes
Por José Ignacio De Alba
Uno y mil ríos: un recorrido por el Amazonas
América Latina tiene la selva tropical y la región con más especies de seres vivos en el mundo. Nueve países comparten este corazón verde, atravesado por la línea ecuatorial. Después de cientos de años de ganadería y explotación, la Amazonia se conserva inasible, indómita, inabarcable
Por José Ignacio De Alba
Perú, el occidente extremo de Sudamérica
México y Perú guardan muchos parecidos. Desde sus florecientes pueblos prehispánicos, hasta el proceso de colonización. Incluso la comida. ¿De dónde proviene el maíz? Ambos países se agencian la domesticación del grano y ni siquiera los genetistas han encontrado la respuesta definitiva
Por José Ignacio De Alba
Según los pueblos andinos, desde Cusco parten todos los caminos de la tierra. Los Incas construyeron en este lugar su capital y formaron el imperio más grande de América; que se extiende en lo que llamaron Tahuantinsuyo
Por José Ignacio De Alba
Bolivia; sin miedo a la claustrofobia
La geografía pude aislar en extremo, también las líneas limítrofes. Bolivia se localiza en la recóndita zona andina, pero está encerrado entre países que le negaron una salida al mar. Esta incomunicación engendró un país tan original que cuesta trabajo descifrarlo
Por José Ignacio De Alba
Seis mil 88 metros. La cumbre del Huayna Potosí
Esta es una crónica sobre el ascenso a una de las montañas más altas de Bolivia. Un viaje a la Cordillera Real andina y su centenar de picos nevados. Un camino arduo sobre el techo del mundo, que de pronto adquiere los rasgos de un infierno glacial
Por José Ignacio De Alba
Bolivia y la maldición de los minerales
Esta es una crónica sobre el ascenso a una de las montañas más altas de Bolivia. Un viaje a la Cordillera Real andina y su centenar de picos nevados. Un camino arduo sobre el techo del mundo, que de pronto adquiere los rasgos de un infierno glacial
Por José Ignacio De Alba
Chile. Besar la cicatriz para sanar
Se cumplen 50 años de varias dictaduras sudamericanas. El continente también fue escenario de la Guerra Fría, cuando las fronteras geográficas se convirtieron en barreras ideológicas. En Chile, camino por un país aún herido por el golpe militar
Por José Ignacio De Alba
Argentina: un quilombo de país
En el país más grande de Hispanoamérica conviven la euforia de haber ganado la Copa del Mundo y la zozobra de una economía en bancarrota. En tiempos tan contrariados la gente se tienta por salidas desesperadas; un chiflado encabeza las preferencias para ganar las elecciones
Por José Ignacio De Alba
Después de un año y dos meses acaba el viaje. Llego a Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, después de recorrer el interior de Argentina por la legendaria carretera 40. Una ruta que bordea los Andes y sus pueblos; pequeños mundos aparte. El paisaje transita por humeantes montañas. Esto que llamamos América también es una necedad
Por José Ignacio De Alba
Epílogo de un viaje de 14 meses y 18 mil kilómetros
Antes de volver a México, después de recorrer 18 mil kilómetros hacia el sur, paso unos días en Sao Paulo. La ciudad más grande de Brasil es un buen sitio para reflexionar sobre algunos aprendizajes sobre el recorrido de más de un año por Latinoamérica
Por José Ignacio De Alba
“Al periodismo mexicano le hace falta quitarse complejos”
A unas horas de iniciar un camino de miles de kilómetros hasta La Patagonia, en busca de historias periféricas de América Latina, José Ignacio De Alba, uno de los fundadores de Pie de Página, habla de los retos que enfrenta la generación de periodistas que nació con la revolución digital
Por Daniela Pastrana
Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).
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