Retornos ‘temporales’

Ciudad Juárez ha sido una ruta de migrantes hacia el norte desde hace muchos años, pero ahora está convertida en una sala de espera de Estados Unidos. Desde octubre pasado han llegado más de 17 mil migrantes que esperan su turno para cruzar. A ellos se suman los retornados, porque Juárez y Tijuana fueron las primeras ciudades donde se aplicó el programa de retorno a solicitantes de asilo en Estados Unidos, incluso antes de que Donald Trump lanzara su amenaza arancelaria. La atención a los migrantes en esta ciudad vive su peor crisis, con miles de extranjeros varados, albergues saturado y refugios improvisados, así como gobiernos que dedican parte de su capacidad a desalentar el cruce de migrantes hacia territorio estadunidense. Los refugiados que llegan aquí enfrentan, además, otro problema: la falta de abogados y traductores en el juicio, que es en inglés

El gueto mexicano

Miles de personas que buscan llegar a Estados Unidos han quedado varadas en el territorio mexicano por las políticas antimigrantes de Donald Trump. Su gobierno no ha logrado sacar a México una declaración formal de “tercer país seguro”, pero lo cierto es que, frente la amenaza de una guerra comercial con el país del que depende nuestra economía, las fronteras mexicanas están selladas. La única manera de evadir la imposición de hacernos cargo de los refugiados es promover el desarrollo en Centroamérica (un nuevo Plan Marshall, le dicen).

Una batalla por la justicia ‘sin frontera’

Desde 2015, 42 mexicanos han sido asesinados por agentes de la patrulla fronteriza de los Estados Unidos en territorio mexicano. Todos están impunes. Seis familias han decidido llevar a las cortes de ese país su exigencia de justicia

Infancia bajo la violencia

La psicoanalista y académica chilena Paloma Castillo escribió el libro Infancia en Dictadura como una necesidad de colectivizar su experiencia como niña bajo el yugo de Pinochet. La lectura de ese texto -pistas para este periodo de violencia en México- nos convoca a aprender a escuchar de otra manera a los niños y reconocer el sentido político y de cuidado que hay en su relato