Al presidente López Obrador se le pide mesura en sus juicios hacia medios y periodistas. Bien hecho. El discurso de un mandatario con su popularidad tiene mucho impacto. Pero sería bueno ampliar la revisión hacia la cruda realidad laboral de los periodistas. Detenerse en la responsabilidad de los medios y las cuentas bancarias de sus propietarios. El mayor riesgo no es el adjetivo “fifí”.
¿Regular la prensa con la prensa?
