En las playas de las costas del Caribe y Golfo de México la erosión costera se acelera cada vez más. El nivel del océano sube cada día. La destrucción avanza. El problema es grave; pero no hay ninguna acción gubernamental coordinada que haga frente a este escenario. (Cuando el oleaje nos alcance / Primera parte)
Texto y fotos: Carlos Marí
En Tabasco y Campeche hay costas sin playa, carreteras, faros y hasta escuelas y camposantos bajo el mar. En Yucatán, hay casas de playa cuyas paredes reciben el impacto del oleaje. En Cancún, Quintana Roo, algunos hoteles cuentan con apenas 20 metros de arena entre la alberca y el océano.
Todo lo anterior se debe a la erosión costera y el avance del mar.
Entre mayo y julio de 2019, realizamos un recorrido por estos cuatro estados profundamente afectados por la erosión costera. Reunimos testimonios e imágenes que fueron contrastadas con otras documentaciones de los últimos diez años. Y localizamos puntos ciegos de impactos recientes, aún no evaluados.
En este reportaje, víctimas dan cuenta de la incertidumbre en la que viven ante los avances erosión, y por otra parte, científicos ventilan datos sobre los impactos recientes de este fenómeno, pero dicen ser desoídos.
Este es un fenómeno que lo mismo ha impactado zonas poblacionales, puertos de pescadores y de la industria petrolera, que infraestructura hotelera, sin prevención alguna.
“Estamos en el límite”, advierte Lourdes Badillo, una ambientalista que se confiesa cansada de luchar no sólo contra las autoridades, sino contra empresarios e, incluso, pescadores que en las costas de Campeche realizan acciones que pueden acelerar la erosión costera.
La erosión costera, como consecuencia del cambio climático, fue advertida desde el Quinto Reporte de Evaluación de 2013. Desde aquel entonces, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) concluyó que el calentamiento del planeta es inequívoco.
Entre los fenómenos del cambio climático, sobresalen el calentamiento de la atmósfera y los océanos, la reducción de las superficies cubiertas con hielo y nieve, y también el aumento del nivel del mar, registrado desde los años cincuenta del siglo pasado.
México presume haber instrumentado el Programa Especial de Cambio Climático (2014-2018) en el Gobierno Federal e incluso en algunos estados, como Tabasco. Sin embargo, no se instrumentan acciones preventivas, ni a nivel federal o local. Sólo medidas reactivas.
Por ejemplo, el Gobierno actual, el de Andrés Manuel López Obrador, no ha presentado programa especial alguno. Sólo ha respondido a la contingencia del sargazo en las playas del Caribe, con el envío de la Marina.
En la Sexta Comunicación Nacional sobre el Cambio Climático, el informe que analiza la vulnerabilidad del país, publicado en el 2018, apenas hay tres párrafos sobre erosión costera.
Según el documento, “una consecuencia asociada con el aumento de la temperatura de los mares y el deshielo de los casquetes polares, debido al calentamiento global, es la elevación del nivel medio del mar y la exacerbación de los procesos de erosión en las costas arenosas”.
Esta situación, añade, da origen a la “degradación de importantes ecosistemas costeros, como manglares y humedales, dunas y playas, además de afectaciones a la infraestructura costera, viviendas, carreteras, muelles, puertos, puentes, etc., siendo mucho mayor el efecto tanto en zonas bajas costeras como en islas”.
A pesar de que el peligro de la erosión costera se trata muy brevemente en la Sexta Comunicación sobre Cambio Climático, el texto sí advierte que la vulnerabilidad radica tanto por el avance del mar hacia cuerpos lagunares, como por el tipo de suelo.
Tabasco y Campeche tienen ecosistemas muy frágiles con delgadas divisiones continentales que apenas separan el mar de lagunas. En el primero de esos estados, la laguna La Redonda sólo está dividida del mar por 40 metros de tierra. La Barra de Tupilco, cuenta con 72 metros. Y en Campeche, sobresale Sabancuy, con menos de 150 metros.
El comunicado advierte: “En México, un estudio de vulnerabilidad realizado en la costa del estado de Tabasco, encontró que los sitios con mayor vulnerabilidad por inundación se encuentran frente a los sistemas lagunares costeros más importantes del estado: Carmen-Pajonal Machona y Mecoacán».
Y añade: «otro estudio encontró que la zona costera de Tabasco y Campeche presenta una extrema vulnerabilidad geomorfológica con posible inundación ante el ascenso del nivel del mar”.
Siguientes entregas:
Tres: ‘México reaccionó tarde y mal’
Cuatro: Dos Bocas no contempla la erosión costera
Todo el especial:
* Este trabajo fue realizado en alianza con Connectas con el apoyo del Programa Regional de Seguridad Energética y Cambio Climático en América Latina de la fundación Konrad Adenauer (EKLA-KAS).
Periodista ex corresponsal del Grupo Reforma en Tabasco y doctorante en Ciencias Humanas para el Desarrollo Interdisciplinario enfocado a temas de gestión del agua, desastres naturales, de resistencias, explotación petrolera, megaproyectos, pobreza y desigualdad de desarrollo en la región sur.
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