El Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan, ha documentado durante 19 años, más de 200 matrimonios forzados en la Montaña de Guerrero, lo que indica que no todas las uniones– aunque en las comunidades defiendan las costumbres–, se dan de mutuo acuerdo entre los contrayentes; muchas mujeres buscan ayuda legal para disolver pactos de los que no se enteran hasta que tienen que contraer matrimonio.
Bodas arregladas, entre la tradición y el abuso












