«No hacen falta lugares, hace falta calidad». Los retos del tránsito de la preparatoria a la Universidad

22 julio, 2024

Foto: Cuartoscuro /Archivo

El rechazo de miles de aspirantes a las dos universidades públicas más demandadas en el país vuelve a abrir un debate soterrado en la Secretaria de Educación Pública: ¿qué reforma necesita el nivel Medio Superior para lograr la continuidad y atender el rezago educativo en México? Docentes de bachillerato adelantan algunas reflexiones

Texto: Alejandro Ruiz

Foto: Cuartoscuro / Archivo

CIUDAD DE MÉXICO. – De acuerdo con los datos publicados por la Universidad Nacional Autónoma de México, del total de aspirantes que hicieron su examen de admisión, la máxima casa de estudios aceptó a menos del 10 por ciento.

En el caso del Instituto Politécnico Nacional, aunque se desconoce la cifra de rechazados, pues hace falta la segunda vuelta del examen de admisión, la Coordinadora Estudiantil Politécnica adelantó en una manifestación frente a la Secretaría de Educación Púbica que fue mayor a los de años anteriores.

Su afirmación no parece ser un error, pues estimaciones de la Asociación Nacional de Universidad Superior dicen que, entre 2023 y 2024, 500 mil y 700 mil estudiantes no lograron ingresar a las universidades públicas con mayor demanda en el país: la UNAM y el Politécnico Nacional.

¿Dónde está el problema del rezago educativo en México? ¿Es un problema del examen de admisión o el cupo de las instituciones?

Leer más

Sin abandonar el estudio concreto de estos factores, docentes del nivel Medio Superior afirman que, un factor clave, es, justamente, la calidad educativa en el bachillerato o preparatoria, la cual está a debate debido a la Nueva Escuela Mexicana.

Aquí sus reflexiones.

El propósito de la Educación Media Superior ¿desdibujado?

Adrián Arrieta es maestro en Filosofía. También es docente de Educación Media Superior. En entrevista, reflexiona sobre el papel de la Educación Media Superior en la preparación de los estudiantes para continuar con sus estudios.

–Estamos viendo un alto número de rechazados en las universidades, los casos más recientes son los de la UNAM y el Politécnico Nacional. ¿Esto está relacionado con las carencias en el modelo educativo que la Nueva Escuela Mexicana propone para la Educación Media Superior?

–Es evidente que existe existe un amplio rezago educativo en la educación mexicana, la cual está atravesada por un montón de factores.

«Como docente, yo me enfoco en los factores que están relacionados al ámbito de la docencia, pero no hay que olvidar que la educación mexicana está atravesada por un montón de factores económicos, políticos, sociales y culturales que, precisamente, la Nueva Escuela Mexicana trata de abordar.

«Una de las virtudes de este nuevo modelo educativo es que trata de contextualizar la educación. Esta contextualización responde a la necesidad de que si un alumno presenta ciertos problemas, o si una comunidad presenta ciertos problemáticas, los estudiantes puedan, gracias a su formación, empezar a solucionar esos problemas».

¿Dónde queda la continuidad en los estudios?

El modelo que adopta la Nueva Escuela Mexicana para hacer realidad esta educación contextual es el régmien de progresiones, es decir, una serie de contenidos, aparentemente interrelacionados, que el docente puede adecuar al contexto de la comunidad o intereses de sus alumnos.

Esta interpretación aparentemente abierta, está sujeta a una serie de objetivos planteados en los programas de estudios, lo cual, a juicio del profesor Adrián, vuelve a la Nueva Escuela Mexicana «ambigua, poco acotada y demasiado arbitraria».

«Aquí viene un problema muy importante, que se relaciona tanto con el rezago educativo, como con los exámenes de admisión a la universidad: ¿Cómo vamos a preparar a un estudiante de educación media superior para que le dé continuidad a sus estudios? La respuesta que han dado las autoridades a las instituciones de educación superior es que van a tener que adaptar los exámenes actuales a los estándares de la Nueva Escuela Mexicana. ¿Por qué razón? Porque ya es evidente que no se ven los mismos contenidos, el mismo enfoque, el mismo orden y alcance integral que se veía con el anterior modelo educativo».

La reflexión de Adrián no exalta al modelo anterior, denominado por competencias, el cual, añade «tenía unas carencias tremendas. Una serie de supuestos desagradables, como que toda la educación debe de enmarcarse en una utilidad mercantil, en una utilidad práctica (y por práctica dígase económica), que debe de producir algo, en lugar de velar por la formación integral universal de los estudiantes».

Sin embargo, aún con estas carencias, Adrián precisa que, por los años en los que la educación mexicana trabajó bajo este modelo, ya había exámenes preestablecidos.»Ahora se va a tener que cambiar todo. ¿Por qué? Porque en esta nueva libertad que existe en la Educación Media Superior (que lamentablemente termina por ser arbitrariedad) cada docente termina por dar lo que él entiende del temario, porque no necesariamente se les exige que tengan una formación en la materia que van a dar, y también porque el plan de estudios no tiene los contenidos claros.

«Bajo el nuevo modelo no se están cumpliendo los contenidos mínimos indispensables que necesito saber para un examen de Educación Superior. Los estudiantes no tienen las herramientas para pasar un examen de admisión, y tampoco estamos dando continuidad a la educación. Se supone que la Educación Media Superior tiene la función, tanto de prepararte integral y universalmente para que tú ya puedas ingresar a la vida laboral, o bien, continuar con tus estudios, pero no estamos atendiendo la función de la Educación Media Superior de dar continuidad a los estudios, ni tampoco hacer una formación global para los estudiantes».

«Entonces, ¿cuál es el propósito de la Media Superior?, ¿en qué sentido somos el tránsito hacia la Educación Superior?»

El problema es el modelo

La maestra en Filosofía, Daniela Fuentes, ahonda en las reflexiones planteadas por Adrián Urrieta. Ella, como su compañero, también es docente en bachillerato.

–¿Qué cambió con la entrada de la Nueva Escuela Mexicana en la Educación Media Superior, y por qué parece ser insuficiente para atender el rezago educativo que prevalece en México?

–Existe una necesidad de transformar la educación en México, un país dnde actualmente estamos subsanando los problemas del plan por competencias. Partimos de una realidad donde los alumnos no pasaban el examen PISA y tenían un rezago educativo en operaciones básicas y comprensión lectora.

«En ese contexto llega la Nueva Escuela Mexicana, proponiendo algo que era una necesidad: un cambio estructural en la educación, inclusive radical. Eso lo aplaudimos, pues en líneas generales nos parece correcta esta propuesta que propone al constructiivismo como modelo pedagógico.

«El problema es cuando llegamos a la implementación, cuando llegamos a ver cómo se sugiere que deben ser los planes de estudio. Ahí vienen los problemas de toda índole».

En el caso del bachillerato, comenta Daniela Fuentes, el problema estriba en dos conceptos: la transversalidad y lo multidisciplinar.

Como ejemplo, cita los casos de la elaboración de los programas en Matemáticas, Ciencias Naturales y Humanidades, donde algunos temas en unidades avanzadas no cuentan con un bagaje conceptual abordadoen unidades previas.

Es decir, que se abordan fenómenos complejos «sin tener unos conceptos previos que puedan digamos colocarlos o darles una dimensión de lo que se está hablando las progresiones anteriores».

«La Nueva Escuela Mexicana habla de que deben desaparecer las disciplinas para, ahora, hablar de conocimiento multidisciplinario porque los fenómenos naturales y los fenómenos sociales se tienen que abordar desde lo complejo. El problema es que para que los alumnos lleguen a esa comprensión, primero deben dominar las disciplinas. Es decir: el alumno tiene que saber un bagaje teórico de las disciplinas, para después adentrarse a ese conocimiento complejo de lo multidisciplinario».

Y añade:

«Lo que vemos en el plan de estudios es que tenemos problemas graves de coherencia».

En otros casos, como la Filosofía, la propia Daniela ha sido clara: en los hechos la Nueva Escuela Mexicana la está eliminando de los planes de estudio.

Leer más

La critica fundamental hacia los programas de la Nueva Escuela Mexicana la resume la filósofa Daniela Fuentes:

«Contrario a la teoría constructivista, la cual es la base de la Nueva Escuela mexicana, estamos abordando en una sola materia muchos contenidos, los cuales no los va a poder asimilar el estudiante, y para el docente, realmente será un reto impartirlos, o prácticamente imposible».

Esta critica es fundamental, pues sus implicaciones se ven, por ejemplo, en el número de estudiantes rechazados de la Educación Superior. Aunque, como precisa Fuentes, el problema también está en la trayectoria educativa que tienen los estudiantes.

«Nosotros, como maestros de preparatoria, tenemos que empezar por saber cuál es nuestro perfil de ingreso, y si nuestro perfil de ingreso es que los muchachos no saben operaciones básicas, pues tenemos que empezar desde ahí».

¿Y la SEP qué dice al respecto?

En mayo de este año el Observatorio Filosófico de México tuvo un diálogo público con el subsecretario de Educación Media Superior, Carlos Ramírez Sámano, quien se comprometió a abrir espacios de diálogo con la Secretaría para perfeccionar los documentos operatorios de la Nueva Escuela Mexicana.

El resultado, sin embargo, fue otro: una mesa donde la Coordinación Sectorial de Fortalecimiento Académico (COSFAC) de la SEP cerró posibilidades de diálogo e invitó a los filósofos a una reunión para «enseñarles sobre la Nueva Escuela Mexicana».

Desde los 80, con la entrada del neoliberalismo en México, éste organismo de la SEP es el encargado de diseñar los planes de estudio en cada administración. Y, al parecer, ha sufrido pocas modificaciones en la Cuarta Transformación.

Leer más

Sobre este punto de partida, Daniela Fuentes reflexiona.

–¿Cómo ha sido el recibimiento de estas críticas en la Secretaría de Educación Pública?

–En torno a este debate, a nosotros nos pareció una apertura de la SEP el que haya ido el subsecretario de Educación a sentarse a dialogar con nosotros. Nos parece que su interés es genuinos, al menos, para dialogar con la comunidad filosófica.

«Sin embargo, vemos posiciones contradictorias en la SEP. Esto, porque por una parte el subsecretario se sienta con nosotros a dialogar en un auditorio abierto, pero por otro lado la COSFAC nos cierra las puertas».

«Ahí vemos una sinrazón, porque cuando hemos querido hacer una crítica hay una un rechazo definitivo a hacer cualquier cambio en el plan de estudios. Yo creo que la Secretaría de Educación Pública debería acoger este reto, porque hay muchos intelectuales y académicos que podemos aportar algo. Entonces, en lugar de verlo como una afrenta, deberían verlo como una gran oportunidad para sentarse a dialogar y construir este nuevo proyecto, porque si hay una necesidad real de construir un nuevo proyecto educativo.

«El plan de competencias era un proyecto que nos estaba llevando a un examen PISA donde teníamos reprobados; donde los chicos no dominaban las operaciones básicas. Eso es lo rea»l.

«Necesitamos sentarnos con todos los que estamos preocupados por la educación y modificar esta Nueva Escuela Mexicana en bachillerato, y también plantear, seriamente, cómo van a capacitar al docente, porque no solo es preocupante cómo se está abordando lo multidisciplinario en la Nueva Escuela Mexicana, sino también el programa, es decir: quién va a dar estas asignaturas».

Fuentes, junto al Observatorio Filosófico de México, han identificado que el sistema multidisciplinar abre la puerta para que, profesionales ajenos a las disciplinas que van a enseñar, ahora asuman la tarea de impartir asignaturas ajenas a su campo del saber, como dentistas impartiendo Ciencias Naturales, o contadores impartiendo Filosofía.

Leer más

A esto, Adrián Arrieta añade:

«Una crítica no necesariamente es un ataque. Queremos decirle eso a las autoridades, al público en general: no hay razones para que un análisis crítico sea tomado como un ataque personal o político».

Y Fuentes complementa: «Para tener estudiantes críticos, necesitamos profesores críticos. Entonces, las autoridades también tendrían que abrirse a las críticas».

Y entonces… ¿qué futuro le depara a la Educación Media Superior en el país?

En sus promesas de campaña, la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, dijo que para atender el rezago educativo y asegurar el acceso a la Educación Superior construiría más preparatorias en el país, y además, eliminaría el examen COMIPENS.

¿Esto es suficiente? ¿Habría que plantear, también, mejorar la calidad educativa? Esto dicen los docentes.

–¿Cuáles son los retos que heredará la próxima administración, y, las propuestas que hasta ahora han enunciado, serán suficientes para hacerles frente?

Responde Adrián Arrieta:

–Creo que, en la educación, cantidad no es igual a calidad. O sea, ni porque veas toda la historia del pensamiento de las ideas del conocimiento vas a lograr que los muchachos estén más formados en una disciplina. Y, en este caso, ni haciendo más escuelas vas a resolver el problema de acceso.

«Claro que hay una necesidad importante de acrecentar el número de escuelas en los estados de la República, sin embargo, en la Ciudad de México hay una oferta educativa importante para los jóvenes, donde no solamente existen las preparatorias de la UNAM, sino también las vocacionales y diversas instituciones como el Conalep, el Colegio de Bachilleres, CBTIS. ES decir, hay una oferta importante de preparatorias públicas, pero ¿qué pasa? No hay una calidad académica.

«Para el ojo público, para las autoridades, faltan lugares, pero no, porque sí hay lugares para todos. El problema es que no hay una mejora significativa en la educación impartida en varios subsistemas del bachillerato».

Para mejorar esta situación, ambos filósofos insisten en que la clave está en el diseño de planes de studio que planteen una formación global de los estudiantes. «Una formación que sea igual para todo el mundo».

El profesor Adrián Arrieta explica:

«No es posible pensar que una persona que no está en una preparatoria de la UNAM, por ejemplo, tenga un menor nivel educativo que otra persona que está en otro sistema. Eso es injusto, y además acrecienta el rezago y las desigualdades en la educación. Necesitamos, imperiosamente, acrecentar el nivel educativo, que no seamos un país de reprobados.

«Necesitamos una educación de calidad, con planes de estudio completos, rigurosos y claros tanto para el profesor como para los alumnos. También necesitamos un importante programa de Formación Docente. Necesitamos capacitar a nuestros profesores, porque necesitamos que ellos sean quienes tomen la batuta de la educación en la Nueva Escuela Mexicana».

«El gobierno debe perderle el miedo a los intelectuales»

Por su parte, Daniela Fuentes concluye:

–El gran reto de esta administración es incluir a la comunidad docente en la construcción de la Nueva Escuela Mexicana en el bachillerato.

«Hay que pensar que este proceso aún no está acabado, sino que está en construcción. Tenemos que priorizar en que siga el diálogo, que las autoridades realmente se sienten con nosotros.

«Vemos el interés del Gobierno en generar más opciones educativas, pero también tendrían que checar a esos organismos como la COSFAC, que están aprobando los planes de estudio, pero son los mismos que cierran las puertas a los académicos. Eso es grave, porque la mayoría de los nombres que integran ese organismo, son los mismos que aprobaron planes de estudio en el plan de competencias y habilidades. Son los mismos sujetos, y eso es muy sintomático, porque los mismos que estuvieron a favor de la eliminación de la lógica en el período de Enrique Peña Nieto, son los mismos que están ahí aprobando los planes de estudio de la Nueva Escuela Mexicana.

«El gobierno debe perderle el miedo a los intelectuales para incluirlos en esta en este gran proyecto. Nosotros creemos que debe haber un perfil de egreso de un sujeto crítico, pero para ello tienen que incluir a toda la comunidad».

Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.