La verdadera historia del Socavón

23 junio, 2021

Microfilme Postal, columna de opinión por Daliri Oropeza Alvarez

La historia del socavón en Juan C. Bonilla es la de la extracción masiva de agua en pueblos nahuas de la región cholulteca, Puebla. Ahí, las defensoras de la tierra impiden un desastre mayor con un plantón que cerró la empresa Bonafont

Twitter: @Dal_air 

Una mujer nahua, de esas que hacen mole muy rico y tortillas de maíz azul, de esas que se organizaron y frenaron un drenaje industrial en el río Metlapanapa en mandil, quedó sin agua en su pozo artesanal. Es raro porque no es tiempo de sequía, es febrero del 2021.

Sentir desesperación de que el agua se había agotado la hizo platicar con más mujeres, sus vecinas, parientas y amigas defensoras de la tierra. Todas coincidieron: el agua es insuficiente y ya es muy notorio que las familias ya no sacan agua de sus pozos artesanales. Encendieron las alertas. 

Antes sacaban hasta un tinaco de mil litros, pero a inicios de este año con trabajos sacaban de sus pozos artesanales una cubeta de 10 litros. Los ameyales donde siempre había agua se secaron, dejó de correr el río Metlapanapa y hasta los árboles comenzaron a marchitarse.

Habitantes de pueblos nahuas de toda la región cholulteca comenzaron a organizarse ante la sequía: Almoloya, Tlautla, Colonia José Ángeles, Ometoxtla, Zacatepec, Cuanalá, Nextetelco, Coronango, Tepalcatepec, Cuachayotla, Cuapan, Xoxtla. El 22 de marzo, día del agua, pusieron un plantón en la entrada de la empresa hasta que sigue hasta ahora, aunque ya lograron el cierre de la empresa.

Fue notorio que a tres días del cierre de la empresa, los pozos artesanales ya tenían agua de nuevo. Más mujeres y pobladores de estos pueblos nahuas, que nunca habían participado en la lucha por la tierra, se sumaron al plantón en la empresa Bonafont. 

Este martes cumplieron tres meses de impedir que extraigan millones de litros de agua al día. Porque las habitantes narran que la planta de agua no paraba la extracción y el relleno de miles de garrafones que salían de ahí día y noche.

Algo que no es casualidad que haya sucedido después del cierre es el ya famoso “socavón” (del cual hacen chistes y cumbias). Geólogos calculan que tiene el tamaño del Zócalo de Puebla junto con su catedral. Ahí solía ser un cuerpo de agua. Un jagüey o pequeños lagos entre la tierra donde las familias solían llevar a sus animales a beber agua. 

Este pequeño lago, que ahora es socavón, se encuentra en el acuífero de Puebla, entre tres grandes cuerpos montañosos: La Sierra del Tentzon, los volcanes Popocatepetl-Iztacíhuatl y el monte Matlalcueyetl o Malintzin. Justo enmedio está esta región Cholulteca, que por abajo forma un cajete o gran contenedor de agua.

Y eso es lo que había antes de ser un socavón: agua. Pero en esta región, en menos de 60 años, se instalaron más de 150 industrias, como el Corredor industrial Quetzalcóatl, Ciudad Textil, embotelladoras Bonafont,  Nestle, Big Cola, Peñafiel, Petroquímica de Pemex, Hylsa ahora en fusión con Ternium, Mercatus, Persforza, Granja Tepoyanes, la automotriz VolksWagen, entre otras. En suma, a 200 metros está el gigantesco tubo del gasoducto del Proyecto Integral Morelos.

“Con el gasoducto vimos cómo enterraban ese tamaño de tubos, y las maquinas cuánto abrieron para ese diámetro. Y está cerca del socavón, no descartamos que eso también provocó grietas”, dice la mujer nahua, guardiana del río Metlapanapa. 

El nivel de extracción rebasó la profundidad del acuífero. Los pueblos unidos por el agua, que además se hicieron llamar “Zapatistas del agua”, aseguran que no hay modo de saber cuántos litros se extraen de agua en cada municipio involucrado. Además, que se están perdiendo las especies propias de sus pueblos, como los peces, acodilles o cangrejos, que de manera sorprendente crecían aquí, y ya no los ven. 

Ese día que se formó el socavón, “vecinos escucharon un trueno. Desde días antes percibían un olor como a un químico. Ese día vieron que la tierra tenía grietas, antes del socavón. Luego empezó el orificio a crecer y a crecer. Ahorita ya no s puede acercar uno. Se veía como el mar, hasta ruido se escuchaba”, asegura esta mujer nahua. 

Hasta el momento no hay estudios oficiales de lo que sucede, solo una visita del gobernador, y después un anuncio de que lo volvería en un lugar turístico. (Sí, ahí donde dicen que están viviendo un “infierno ambiental” o un “problema ambiental innegable” ). Pero los zapatistas del agua, pobladores nahuas de la región cholulteca, han dado a conocer sus entrevistas con geólogos, biólogos e investigadores que se han acercado. Tienen la intuición y por eso en su conferencia de prensa denuncian el saqueo y despojo masivo del agua. 

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