“Esto es el principio”, dijo Samir Flores Soberanes en una entrevista días antes de su asesinato. A un año de la consulta sobre la termoeléctrica, las palabras del defensor del territorio resuenan por su vigencia
Twitter: @Dal_air
A un año del asesinato de Samir Flores Soberanes, el pueblo nahua de Amilcingo mantiene la guardia en la defensa del territorio, los montes, el agua, donde atravesaron el gasoducto que desembocaría en la Termoeléctrica de Huexca, aquella que estuvo en consulta hace casi un año también.
Primero, el presidente entrante Andrés Manuel López Obrador decretó el año oficial de Emiliano Zapata en Villa de Ayala. Ahí, integrantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Morelos (APPM) protestaron y exigieron la cancelación del Proyecto Integral Morelos; el biznieto pidió la cancelación de la termoeléctrica en el micrófono.
Luego, AMLO regresó a Cuautla y anunció una consulta. La APPM no cede ante las necedades de los poderosos; durante el evento del presidente no dejaron lugar para el silencio: “Agua sí, termo no”. Ahí estaba Samir. Con dos mantas pintadas entre sus manos. Organizando de manera improvisada una protesta llamativa, arriba de alguna plataforma que jalaron, en donde se treparon, mostraron carteles y exclamaron por la defensa de la naturaleza. Ese día llevaba un sombrero café.
Al terminar el evento, después de que el presidente nombrara a los inconformes “radicales de izquierda” y “conservadores”, y la fecha de realización de la consulta (sólo 15 días después), Samir Flores compartió con el colega Aldabi Olvera y conmigo su última entrevista.
Y ya pasó un año.
La fiscalía local no ha dado cuentas de la investigación. Tampoco la atrajo la Fiscalía General, como ordenó AMLO.
Samir, una persona que conjugaba las resistencias regionales contra el megaproyecto de termoeléctrica y gasoducto que rodea el volcán Popocatépetl, es ahora motivo de una convocatoria nacional del Congreso Nacional Indígena.
Convocan tres días: el 20 de febrero acciones dislocadas o en cada territorio, el 21 marcha por la Justicia en las oficinas de la CFE de la CDMX; el 22 asamblea del CNI-CIG en Amilcingo, Morelos.
A continuación, comparto en este microfilme postal la transcripción íntegra de dicha entrevista, en la que pareciera que el tiempo tiene algo de estático y sus palabras no pierden vigencia:
—¿Cuál es tu nombre? ¿Cuál es tu comunidad y cómo ves lo que pasó hoy sobre la consulta de la termoeléctrica? ¿Cómo afecta a Amilcingo?
—Samir, de Amilcingo. El tema de la consulta… Pues es lamentable que la consulta sea generalizada en todo el Estado de Morelos. Hay un gancho que desfavorece o amaña la consulta que es el bajar la luz a los morelenses y pues definitivamente, ¿quién no va a querer pagar la luz a la mitad?. Mucha gente va a decir pues yo estoy de acuerdo en que bajen la luz aunque la termoeléctrica me haga daño a lo largo. Es más, ni siquiera sepan que tan perjudicial pueda ser la termoeléctrica.
Es lamentable lo que hoy menciona Andrés Manuel. Eso me recuerda en aquellos años cuando Madero toma el poder y le da la espalda al general Zapata. Una vez teniendo el poder le dice pues déjeme trabajar, yo voy a hacer las cosas como considero y creo que me recuerda esas páginas de la historia.
Lamentable cómo nos ha llamado el día de hoy, cómo hoy está haciendo a un lado, de manera denostativa la manifestación de quienes nos sentimos agraviados desde el 2012. Un proyecto que no fue consultado.
Quizás hoy la consulta está de más porque ya está el proyecto hecho, impuesto, pero debería enfocarse más en las cuestiones técnicas que tiene el Cupreder, UNAM, están algunos otros científicos, que también han emitido un punto de vista técnicamente y que pareciera que no lo está tomando tan en cuenta. No solamente es el asunto de la luz eléctrica que argumentó que estamos comprando muy carísimo.
Hay estudios que hay una sobreproducción en México, hay una sobre producción, incluso se está vendiendo a Centroamérica y a Estados Unidos. Entonces ese argumento me parece un tanto desatinado, pero, pues bueno, pareciera que ya trae consigna, la espada desenvainada en contra de quienes, vuelvo a reiterar, nos sentimos agraviados desde el 2012.
Un proyecto que nos ha traído confrontación en las mismas comunidades, divisionismo que ha causado o han dejado las administraciones pasadas, grupos de choque que han sido brazo de poder para lograr su cometido. El gobierno pasado de Graco Ramírez en Morelos y Peña Nieto en lo federal.
Y pues ahora pareciera que lo retoma. Nos vemos con algunos matices diferentes en comparación con la administración pasada, pero en conclusión lleva la misma línea, lleva la misma orientación. Esperemos que las cosas no se compliquen, de lo contrario pues lo que va pasar es que se va a topar con la resistencia de los pueblos y aquí va a ser la misma dinámica.
Es lamentable para un gobierno de transición, para una 4ª. Transformación, como lo llama y apuntarle hacia el mismo lado.
Nos llamó “gente de izquierda”, “extrema izquierda”, “gente ambientalista conservadora”, incluso hasta “pagada por algunas empresas”. Es muy lamentable, inadmisible para quienes estamos desde el 2012 en esta lógica.
Pero pues… bueno, esto es el principio. Y seguro esto estará dando de qué hablar tanto por parte del gobierno, tanto como por parte de los pueblos.
Lo más lamentable de todo es que está en juego el futuro, las tierras, no se considera el agua, no se considera el aire, no se considera a las futuras generaciones. Es muy lamentable como un discurso de desarrollo para las empresas.
—¿Qué estrategia sigue para los pueblos? ¿Qué se puede hacer ante el escenario que están viendo ustedes?, porque ya hay otras consultas, una le fue favorable a Atenco, pero parece que ya estaba cargado, pero luego viene lo del Tren Maya y luego esto.
—Miren, para empezar Ayala depende del agua, es un espacio agrícola, netamente las tierras son de riego. Aunque es inadmisible creer, hay algunos que están a favor de la termoeléctrica, pero la mayoría, entre ellos, los ejidatarios están en contra de que se lleven el agua.
Quizá van a implementar formas de cómo querer lograr un sí, lograr la aceptación. Quizá como lo hizo la administración pasada: quererles entubar el agua, quererles hacer ollas de captación, no lo sé. Indudablemente pueda que quizás, algunos representantes de los ejidos caigan en la tentación del dinero.
Pero lo que sí en otras comunidades pues sí vamos a tener que organizarnos, a tener que retroceder en el sentido de volver a informar como hace más de cuatro años. Volver a informar. Volver a recorrer las comunidades y empezar nuevamente a aglutinarnos.
Si va la consulta pues entonces quizás, que la gente tome conciencia si va a participar en esa consulta; cuáles son las afectaciones de este megaproyecto y qué es lo qué está en juego en lo posterior.
—¿Qué le dirías a la gente sobre lo que implica la consulta en las comunidades afectadas?
—Pues implica el que quizás, en una remota posibilidad poder tener una consulta favorable.
Pero a como están las cosas, el señor Hugo Erick está trabajando con puras mentiras como súper-delegado, está mintiendo en relación a cómo están las cosas en Morelos. Quizás, por eso Andrés Manuel trae esa lógica y pues definitivamente yo les diría que pensemos, analicemos qué es lo que queremos.
Quizá nos pueden bajar la luz, la tarifa de la luz. Quizás pueden decir que van a cuidar o procurar el agua que mane de la termoeléctrica producto del enfriamiento de las turbinas. Quizás pueden tener otros argumentos como el trabajo que pueda haber para Morelos.
Pero pensemos realmente en los riesgos ante una explosión como ya la hemos visto en muchos espacios, lo más reciente en Hidalgo, producto del huachicoleo. Esto también puede ser parte de.
Podemos también considerar el asunto del agua, la tierra, el medioambiente, y también tenemos que pensar si es que nos dicen el trabajo. ¿Bajo qué condiciones nos van a dar trabajo?
Trabajo tenemos, tenemos el campo, mientras tengamos las tierras y el agua eso significa nuestra libertad y nuestra dignidad. Y si no tenemos el campo, no tenemos agua, no tenemos nada en Morelos, como pueblos agrarios, como pueblos zapatistas.
—Samir, vuelve el tema de la defensa de la tierra a 100 años del asesinato de Zapata. Ellos, la vez pasada, parece que sólo querían un homenaje oficial… Y se les vuelve a presentar el tema de la Tierra. ¿Ustedes, como pueblos zapatistas, cómo pueden tomar esa historia que tienen para la lucha de ahorita?
—Pareciera que es moda. Las cosas vuelven a caer en el mismo punto. Como me mencionas: la defensa de la tierra de hace 100 años, bueno que, hablar de 100 años es hablar del asesinato del general Zapata.
Definitivamente creo que el asunto de la disputa de la tierra y el agua ha sido histórico. No solamente en la Revolución, podemos irnos a la época de antes de la Revolución, podemos irnos a la época de Porfirio Díaz, en sus inicios, cuando empezaron a proliferar los ingenios azucareros que demandaban tierras, que demandaban agua y que quizás hubo destellos de enfrentamientos o de lucha por la defensa de la tierra, pero organizada por el hartazgo y tantos atropellos como el de 1910.
Hoy hay modalidades un tanto diferentes pero pareciera que es el mismo modus operandi del sistema: entonces, fregar al campesino y empoderar a los caciques, a los empresarios. Es ese paradigma histórico que es parte de esa dualidad de la contradicción que pudiéramos encontrar en muchas partes de la Historia.
—¿Cómo afecta la termoeléctrica a tu comunidad?
—Pasa que impusieron un gasoducto en 2013.
A finales de 2013, a principios de 2014 impusieron un gasoducto. Decirles que no hubo consulta. Que solamente pactaron con los dueños de las tierras. Que se saltaron los protocolos comunitarios, que son las asambleas comunitarias o asambleas ejidales. Y eso llevó a que la gente no tuviera una participación plenamente informada o previamente consultada.
Hubo un grupo de choque. Nos impusieron para hacer ver ante la opinión pública, también nos impusieron obra con dinero de la CFE, con dinero del gasoducto.
Y esto que les estoy comentando que sucede en Amilcingo, sucede en Huesca, sucede en Jantetelco, sucede hasta Tlaxcala y eso es el mismo modo de operar.
Nos afecta porque pasa muy, muy cerca de las colonias. En Amilcingo, sí pasa un tanto retirado, pero pues bueno son campos de cultivo y, indudablemente en un desastre, ya sea por el huachicoleo, ya sea por un temblor o ya sea por el volcán Popocatépetl, que son los tres riesgos por una posible explosión, definitivamente los más afectados pues serían los habitantes, los lugareños o los pobladores que están cerca.
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