Con 40 kilos de peso apenas, a pesar de las amenazas y torturas, recién ingresado al Reclusorio Norte, El Guaymas declaró ante la prensa que en el Campo Militar número 1 se encontraban militantes vivos y desaparecidos, pues había visto a mi madre. Desde entonces no hubo lugar donde no lo denunciara. Fueron contados los detenidos que regresaron vivos de la desaparición forzada, él fue de los pocos que se atrevieron a denunciarlo en público
“Adiós, Guaymas”
