4 agosto, 2023
Que Sandra Cuevas se deje ver con la cúpula de la ultraderecha mundial no es una casualidad, pues desde su arribo a la Alcaldía Cuauhtémoc, la alcaldesa no ha hecho otra cosa que perfeccionar su política de limpieza social en contra de los sectores más desfavorecidos en la sociedad
Texto: Alejandro Ruiz
Foto: Tomadas de las redes sociales de la alcaldesa
CIUDAD DE MÉXICO. – Empresaria, activista, alcaldesa, y ahora con pretensiones de policía, la jefa de la Alcaldía Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, es uno de los personajes más polémicos de la política de la Ciudad de México.
A sus 37 años, la oriunda de Azcaptozalco es una de las cartas más estridentes que la oposición ha construido durante los últimos años. Dicharachera, entrona (como le dicen algunos), Cuevas ha crecido mediáticamente alimentando un discurso polarizante con enemigos (Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador, en este caso) que hacen de todo para destruirla.
Su historia personal, la de la hija de unos comerciantes de Tepito que poco a poco fue ascendiendo en su estatus de clase, refuerza el mito de la meritocracia, esa idea que promulga que todos pueden ser ricos y poderosos si hacen los esfuerzos y sacrificios necesarios. Un producto perfecto de un sistema que se sustenta en la explotación y la división de ricos y pobres.
En realidad, más allá de voltear a ver a sus orígenes, Sandra Cuevas ha decidido combatirlos con recelo.
Este es un perfil no autorizado de la alcaldesa de la Cuauhtémoc, quien pese a ser arropada por el que fue el partido de izquierda más grande del país, ahora posa en fotos con los líderes de la ultraderecha mundial al mismo tiempo que aplica políticas de limpieza social y repite que a ella no le gustan los pobres.
Antes de 2021 el nombre de Sandra Cuevas era prácticamente desconocido en la Ciudad de México. Si acaso, su apellido resonaba entre las calles de Azcapotzalco por su hermano, Christopher Jaxiel Cuevas, quien tiene un negocio de tarimas que causa molestias a sus vecinos.
Pero aunque en la opinión pública su nombre no ocupaba las primeras planas que hoy tiene, Sandra Cuevas sí era conocida en la política local por dos motivos: su empresa Danika, y la fundación Por un México Bonito.
El apellido Cuevas estuvo en los contratos que el Gobierno de la Ciudad de México hizo con Danika para que les produjera varios eventos en la ciudad. En esa época, Cuevas se dejó ver en fotos con la cúpula morenista, como Mario Delgado, Citlali Hernández, Claudia Sheinbaum y Fernando Vilchis.
Por su parte, la fundación Por un México Bonito, Cuevas presume haber atendido a más de 20 mil niños de la Ciudad de México en áreas culturales, médicas y económicas. Pero en palabras de la propia alcaldesa, uno de sus méritos más grandes fue haberle hecho la vida imposible al exalcalde de Azcapotzalco, el morenista Vidal Llerenas Morales.
Ahí inicia la vida política de Cuevas.
Su labor le generó simpatías con los círculos de la oposición, y en esos años Cuevas incursiona en la política local afiliándose al partido Fuerza por México, fundado por ex miembros de Morena y Nueva Alianza cercanos a Elba Esther Gordillo.
Sus intenciones parecían claras: competir contra Morena en la elección de 2021 buscando arrebatar la Alcaldía de Azcaptozalco a Llerenas Morales.
Pero sus aspiraciones pronto darían otro giro, pues la naciente alianza opositora Va por México vio en Cuevas un perfil que podría competir por la joya de la corona en la Ciudad de México: la Alcaldía Cuauhtémoc.
Así, en 2021 el PRD le ofrece a Sandra Cuevas integrarse a la alianza opositora como candidata a la Cuauhtémoc. Esto, después de que su principal rival en la elección interna, la priísta y dirigente de comerciantes Sandra Barrios estuviera en medio de un escándalo, cuando acusaron a su hermana, Diana Barrios, de los delitos de extorsión y robo en pandilla agravado.
Su misión no era fácil, pues tenía que arrebatarle a Morena el control de la Alcaldía Cuauhtémoc, dirigida desde 2017 por el partido guinda, cuando Ricardo Monreal fue jefe delegacional.
Su rival, la ex alcaldesa de la Cuauhtémoc por el PRD, Dolores Padierna, llegó a la candidatura en medio de divisiones internas en Morena, principalmente una: su enemistad con Ricardo Monreal.
Estas divisiones, y el uso de los operadores políticos de Monreal para promover la candidatura de Cuevas, dieron a la alianzisista el gane de la Alcaldía con más del 48 por ciento de los votos.
Y aquí inicia la fantasía de Sandra Cuevas y su utopía de un mundo perfecto. ¿Cuál es este? Cuevas lo sintetizó en una de sus primeras entrevistas públicas con el ultraderechista Alazraky: un mundo sin pobres.
Yo quiero y le apuesto a una economía de ricos, no de pobres. A mí no me gustan los pobres. Yo fui pobre y no me gustan los pobres y porque quiero a la gente, y se lo he dicho cuando camino por las colonias populares, tan los quiero que no los quiero ver pobres. No les voy a venir a regalar, les voy a dar las herramientas para que crezcan y para que lleguen a donde ustedes deseen”.
Su primer propuesta fue hacer de la Zona Rosa un corredor estilo Las Vegas, remodelando los espacios urbanos con participación de empresas privadas y desplazando a los comerciantes informales que abundan en la zona.
Su iniciativa no llegó muy lejos, pues pronto las organizaciones de comerciantes comenzaron a oponerse a esta propuesta. Después, activistas calificaron como un intento de gentrificación las aspiraciones de Cuevas.
Avanzado el conflicto, la intervención de la entonces jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, anuló por completo las aspiraciones de Cuevas, quien replanteó su propuesta a construir un «corredor verde» en la zona rosa.
Pero este fue, tal vez, el inicio de una ruptura que escaló en los siguientes años.
Posteriormente, en marzo de 2022, Cuevas estuvo en medio de otra polémica.
El conflicto inicia el 11 de febrero, cuando retuvieron a dos elementos de la policía auxiliar de la Ciudad de México en las oficinas de la Alcaldía Cuauhtémoc después de que estuvieran realizando un operativo para regular el comercio informal en el Centro Histórico.
Ese día, Sandra Cuevas y su equipo de trabajo agredieron física y verbalmente a los policías, a quienes además de encerrarlos en su oficina, les quitaron sus radios. Los oficiales interpusieron una denuncia, y pronto la Fiscalía capitalina abrió una carpeta de investigación contra la alcaldesa de la Cuauhtémoc.
Un mes después, el 14 de marzo, una jueza de la capital imputó a Sandra Cuevas por los delitos de robo calificado, discriminación y abuso de autoridad, por lo que se separó de su cargo por 60 días mientras libraba el juicio en libertad.
La decisión del poder judicial de la Ciudad de México fue criticada por Ricardo Monreal, quien no dudó en afirmar que esto era una estrategia de Padierna y su esposo, René Bejarano, para separar a Cuevas de la Alcaldía Cuauhtémoc y convocar a un nuevo proceso electoral para recuperar el control de la Delegación.
Inclusive, el entonces senador también dijo que detrás de esta campaña estaba la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum. La acusación de Monreal la secundó Sandra Cuevas.
El resultado de este proceso fue una decisión judicial controvertida: Sandra Cuevas sería declarada culpable, y para no perder su cargo tendría que disculparse públicamente con los policías e indemnizarlos. También tendría que acudir a terapia para el manejo de la ira.
Su disculpa, sin embargo, no fue la esperada: «Me disculpo, pero no reconozco los hechos”, dijo afuera del Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
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Después de eso, la alcaldesa regresó a sus actividades, ya con una carga de polémicas a cuestas, como aventar pelotas rellenas con 500 pesos desde el balcón de la Alcaldía por el día de las madres, o publicar una lista de deseos en su cuenta de twitter, donde dijo que uno de sus propósitos era «no perdonar y olvidar a quien sea desleal».
Su enemigo, aunque formalmente es Claudia Sheinbuam, a quien en enero de 2023 amenazó con «romperle la madre» después de que encontraran propaganda ilegal contra la jefa de gobierno en las oficinas de la Cuauhtémoc, en realidad parece ser la ciudad, en toda su extensión.
A partir de ese momento, Sandra Cuevas entró en un conflicto abierto con el gobierno de la Ciudad de México.
La primer parte de su estrategia fue hacerse de un círculo cercano de policías, con su estrategia Blindar Cuauhtémoc, que gracias a la facultad que tienen las Alcaldías de la ciudad para crear sus propias estrategias de seguridad, han generado una crisis en la homologación de mandos policiales.
El modelo consiste en la implementación de una política criminal de corte actuarial. Es decir, enfocada en prevenir las situaciones inmediatas que generan las conductas delictivas, y no en un modelo de prevención social.
Esta corriente en políticas de seguridad es muy aceptada en el extranjero, principalmente en los Estados Unidos, donde Sandra Cuevas tomó un diplomado con la Interpol en materia de seguridad y delitos contra la propiedad intelectual. En la Ciudad de México no es la primera vez que se aplica una estrategia de este tipo, pues durante la jefatura de gobierno de López Obrador, con Marcelo Ebrard como jefe de seguridad, se implementó algo similar con la asesoría del ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani.
En la Cuauhtémoc, la estrategia está a cargo de José Francisco Delgadillo Cadena, actualmente director de Seguridad Ciudadana y Protección Civil en la Alcaldía, y quien fue acusado junto a Cuevas de agredir a los dos policías en febrero de 2022.
La estrategia ha funcionado poco, pero la alcaldesa de la Cuauhtémoc, más allá de replantearla, ha inculpado al gobierno de la Ciudad de México de las fallas en esta política. Además, la ha fortalecido a través de otros operativos como el controvertido Diamante o Bengala, que en realidad es una política de «limpieza social».
Parte de esta estrategia es eliminar del espacio público los elementos que pueden ser catalizadores de conductas delictivas, los cuales, en la visión de Sandra Cuevas, son el comercio informal, los sonideros y los rótulos, es decir: las expresiones de la cultura popular.
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Por ejemplo, en noviembre de 2021 la Alcadía Cuauhtémoc comenzó a borrar los murales que artistas de Tepito pintaron en el multifamiliar conocido como La Fortaleza. Y aunque meses después el congreso de la Ciudad exigió a la Alcaldía que dejara a los artistas volver a pintar los murales, Sandra Cuevas declaró que eso era una estrategia de Morena en contra de su gobierno.
Posteriormente, en mayo de 2022 la Alcaldía Cuauhtémoc eliminó los rótulos de los puestos callejeros como parte de la Jornada Integral de Mejoramiento del Entorno Urbano, y con ello también se fue patrimonio gráfico urbano de artistas y vecinos.
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Meses después, la alcaldesa arremetió contra un sonidero en a colonia Santa María la Ribera, donde Sandra Cuevas tiene un departamento. El sonidero, dijo la alcaldesa, era productor de conductas criminales.
El conflicto escaló a protestas organizadas por los vecinos, donde los operadores políticos e integrantes del gabinete de Sandra Cuevas golpearon a adultos mayores y les robaron su sonido.
Después, la intención de clausurar algunos negocios que apoyaron la protesta vecinal reafirmaron el tinte autoritario de la administración de Cuevas.
Posteriormente, en una rueda de prensa, Sandra Cuevas dijo que las protestas las habían incitado miembros de Morena enviados por Claudia Sheinbaum.
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Estas acciones, acompañadas de una irregular política contra el comercio informal que conlleva acusaciones de extorsión por parte de funcionarios de la Alcaldía (como Juan Cristóbal Curiel y Guadalupe Lizett González, a quienes inclusive se les relaciona familiarmente con Cuevas), han sido el preámbulo del controvertido operativo Diamante.
Además de ser un programa para remodelar fachas de mercados e impermeabilizar sus techos, el Operativo Diamante es parte de la política de limpieza social de Sandra Cuevas.
Entre sus acciones más controvertidas, por ejemplo, está el retirar de la vía pública a personas en situación de calle, como sucedió a las afueras del Metro Hidalgo en enero de este año.
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A este operativo, activistas lo han calificado como una política fascista que demuestra un desprecio hacia las clases populares y las personas en situación de vulnerabilidad.
Inclusive, el 2 de agosto el congreso de la Ciudad de México aprobó un exhhorto para eliminar este operativo.
En los argumentos presentados por la diputada priísta, Silvia Sánchez Barrios, está que el programa de la Alcaldía se realiza de forma autoritaria y propicia actos de corrupción y extorsión a comerciantes.
También, señaló la diputada, en el operativo participan personas vinculadas al cártel de la Unión Tepito, una acusación que no es nueva en el gabinete de Sandra Cuevas.
La alcaldesa respondió con una rueda de prensa, donde dijo que el operativo diamante continuaría, desconociendo a las autoriadades legislativas del Congreso.
Sin embargo, en vez de aceptar estas críticas y convocar a un diálogo abierto para mejorar la vida en la ciudad, la alcaldesa de la Cuauhtémoc ha dicho que quienes la critican son simpatizantes de Morena, exhibiéndolos en sus conferencias de prensa, e inclusive, en algunos casos, persiguiéndolos, amenazándolos y acosándolos a través de sus operadores políticos.
Me acaban de amenazar distintas personas en la @AlcCuauhtemocMx diciendo que me va a cargar la verga y que tuviera cuidado, me tomaron video y foto, les reconozco porque estuvieron presentes en la manifestación que realizamos contra Sandra Cuevas.@FiscaliaCDMX @martibatres pic.twitter.com/t2svDtFMaa
— Victoria Sámano 🏳️⚧️💜 (@samano_O) July 25, 2023
Pese a esto, y aunque hay un deslinde de sus acciones por parte de integrantes de la alianza que la llevó al poder, la carrera política de Sandra Cuevas no está muerta.
El 3 de agosto, por ejemplo, amenazó con salirse de la Alianza si siguen criticando sus políticas, aunque en repetidas ocasiones ha manifestado la intención de ser secretaria de seguridad pública, y otras de ser la próxima Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Su discurso, aunque alejado de la tendencia de la Alianza Opositora que ahora se reviste de progresista, ha encontrado encono en los grupos de ultraderecha mexicanos dirigidos por el actor Eduardo Verástegui.
Inclusive, en días recientes Sandra Cuevas participó en un evento en los Estados Unidos organizado por la CPAC, una conferencia conservadora que reúne a políticos como Jair Bolsonaro y Donald Trump.
Desde Washington, Cuevas no reparó en elogiar la visión de Verástegui, y de adularlo.
Algo que comparten Verástegui, Cuevas, y en general todos los miembros de este grupo de ultraderecha, es que no les gusta que los llamen fascistas, aunque sus políticas y discursos lo sean.
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¿Será este la nueva plataforma política donde Sandra Cuevas dirija sus aspiraciones políticas? ¿Qué papel ocupará en el siguiente proceso electoral de 2024?
La respuesta parece estarse cocinando por lugares realmente oscuros.
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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