Hablemos de fotografía

23 junio, 2019

Si lo que subyace es el reflejo de lo que nos gusta o lo que no nos gusta, de nuestros prejuicios, intereses y miedos, entonces, una columna de fotografía puede servir para que nos acerquemos y para que aprendamos a leernos en imágenes

@DuilioRodríguez

¿Para qué tener una columna de fotografía?, me pregunté varias veces sin responder nada, mientras el equipo de Pie de Página se mostraba entusiasmado en que existiera.

¿Por qué hablar de «fotografía de autor» en un momento en el que las imágenes de comida, perritos, gatitos o atardeceres abundan, se regalan y se pierden entre millones que se producen a cada minuto? (No digo que esto sea malo o bueno, aunque valdría la pena preguntarnos qué dice esto de nosotros)

¿De qué sirve detenerse a escribir sobre fotoperiodismo si son frecuentes las amenazas a colegas?

¿Qué caso tiene discutir acerca de la imagen que hoy fue tema de conversación en las redes sociales si en unos minutos u horas habrá un nuevo video en tendencia sin mayor reflexión?

¿Cuál es el interés de ocuparnos de una de las profesiones más devaluadas en la última década, de la precarización laboral, del fotógrafo al que no se le paga o del que decide no cobrar por su trabajo con tal de darse a conocer?

Se calcula que en el mundo hay más de 5 mil millones de teléfonos celulares activos. Si en cada teléfono hay una cámara, quiere decir que muy cerca de nosotros hay alguien que potencialmente puede hacer fotografía o video. Eso sin contar otros dispositivos, electrónicos o análogos, con los que se puede realizar una imagen.

Cada vez es más común, entonces, que las imágenes nos acerquen a ciertos temas. Basta ver la cantidad de memes (y su uso) para darnos cuenta de ello: fotografiar y grabar videos se ha vuelto tan común como escribir . Eso abona a la suposición de que un fotógrafo o fotógrafa hacen lo mismo que cualquier persona que tenga una cámara.

Nada más equivocado. El hecho de que la mayoría de la gente sepa leer, no significa que todos podemos comprender lo que leemos. Y el hecho de que la mayoría pueda escribir, tampoco significa que todos podamos escribir cómo Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano, Octavio Paz o Susan Sontag. Tener una cámara, entonces, no nos hace fotógrafos.

Pero si concedemos que la fotografía ya es parte sustancial de nuestras vidas, tanto como la escritura, podríamos entonces hablar de cómo la creamos y cómo la leemos. Algo que nadie nos enseñó a hacer, por cierto: leer imágenes.

Y si la fotografía forma parte de nuestra vida, entonces hablar de fotografía es un buen ejercicio para hablar de los otros y de nosotros, de lo que nos afecta y nos interesa.

Si lo que subyace es el reflejo de lo que nos gusta o lo que no nos gusta, de nuestros prejuicios, intereses y miedos, entonces una columna de fotografía puede servir para que nos acerquemos y para que aprendamos a leernos en imágenes.

Esta columna es un espacio para hablar de las imágenes desde las propias imágenes: en el cine, exposiciones, en tendencias, en culturas, en política, en el arte y hasta en la, música.

Es también para hablar con fotodocumentalistas, creadores y artistas, sobre su obra, sus motivaciones, sobre cómo se protegen (física y psicológicamente).

Es para hablar de equidad de género, de respeto a la intimidad, de libertad de expresión (y sus límites), de lo bello y de lo horrible, de todas las cosas que muchas veces no nos detenemos a pensar.

El equipo de Pie de Página tiene razón sobre la pertinencia de esta columna: hay que hablar de fotografía, de la buena fotografía, de las mejores imágenes, de protocolos de seguridad, de ética, de tendencias, nuevas narrativas.

Hablemos de la fotografía como un lenguaje que cada día es más relevante. Hablemos de las mejores fotografías, de protocolos de seguridad, de ética, de tendencias, y nuevas narrativas; de un lenguaje que cada día es más relevante.

Y hagamos de éste un espacio que no sea sólo de una persona, sino de una comunidad. Es un privilegio formar parte de un equipo de periodistas que valora la potencia de una imagen, y compartir ese gusto con fotógrafas como Mónica González, Ximena Natera, Lucía Vergara, María Ruiz y muchos otros colaboradores que hacen fotografía con una propuesta que va más allá de llenar el ciberespacio de imágenes. Una propuesta que busca la reflexión.

La fotografía sigue viva y así seguirá porque muchos creemos que vale la pena seguir contando historias con imágenes.

Nota. El nombre de la columna fue tomado de un libro de José de la Colina, a quien admiro, no por ser mi tío, si no por la forma en cómo escribe.


Editor y fotógrafo documental, retrato, multimedia y vídeo. Dos veces ganador del Premio Nacional de Fotografía Rostros de la Discriminación.