Ex autodefensas se arman para proteger Tepalcatepec del CJNG

3 septiembre, 2019

La más reciente agresión en contra del municipio de Tepalcatepec implicó un ataque simultáneo en tres lugares de la frontera en Michoacán y Jalisco; un video de amenaza y nueve muertos de los que no se sabe nada. La gente pidió ayuda policías estatales y al Ejército. Nadie llegó. Esto es sólo un botón de muestra de la violencia que sufren desde hace más de tres años en Tepalcatepec, tierra de autodefensas

Texto y fotos: Rodrigo Caballero

TEPALCATEPEC, MICHOACÁN.- Karla sacó la basura al camión y pagaba al basurero para que se la llevara, cuando las ráfagas de ametralladora estallaron, provenientes de Jalisco. Era la mañana del pasado 30 de agosto de 2019.

La niña de 8 años se refugió en su casa y levantó a gritos a sus papás, quienes tienen una tienda de abarrotes justo a un lado de las barricadas de la Policía Michoacán, que resguardan el principal punto de entrada entre los estados de Michoacán y Jalisco, en este municipio de la Tierra Caliente.

La familia se resguardó adentro de la casa. Desde ahí escucharon cómo los policías municipales y la población en general salió a “toparles” a los miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación que estaban intentando entrar a Tepalcatepec.

–Cuéntales lo que viste, mami–, le pide Carlos a su hija de 8 años.

–Nomás escuché los balazos–, dice la niña mientras se come una rebanada de sandía que apenas le cabe en las manos.

–Pero cuéntales bien, mami, qué más pasó. Ahorita estás platicando, no es hora de comer.

–Yo nomás escuché que empezaron a tirar y fui a despertar a mi papá- relata con enfado.

–Y yo en calzones, ¿verdad, mami?

–Sí.

–¿Sentiste miedo, mi cielo?

–No–,  dice, da otra mordida a la sandía.

Ataque coordinado

En punto de las 7:00 horas llegaron camionetas hasta el filtro de la salida a Jilotlán, así como al Ahijillo, Loma Blanca y El Bejuco; decenas de hombres armados ingresaron a las calles de pequeñas poblaciones del municipio para intentar ganar terreno.

La balacera se extendió por más de seis horas en varios puntos, mientras los policías de Tepalcatepec llamaban pidiendo auxilio a las autoridades estatales y federales. Pero no hubo  respuesta. Ninguna autoridad estatal, federal ni el Ejército los auxilió.

Sin embargo, pocos fueron los sorprendidos por la agresión. Para cuando las camionetas blindadas cruzaron la frontera de Jalisco, ya estaban plenamente identificadas. Y los defensores ya los esperaban, apostados en lugares estratégicos.

La red de informantes que tienen los pobladores detectó a los pistoleros desde varios kilómetros atrás, con la ayuda de la “frecuencia ranchera”. Ésta es una frecuencia de radio a la que están conectados todos los habitantes de Tepalcatepec desde la época de las autodefensas.

Tepeque en armas perpetuas

Desde el 24 de febrero de 2013, Tepalcatepec ha mantenido a sus autodefensas con armas: tanto los que ingresaron a las filas de la Policía Michoacán, como los que se quedaron al margen, pero registraron sus armas ante el Ejército Mexicano y las tienen resguardadas.

Y no es gratuito. La más reciente agresión en contra del municipio de Tepalcatepec el pasado viernes es sólo un botón de muestra. Persiste la violencia en distintas zonas de la Tierra Caliente y de la Sierra-Costa del estado de Michoacán.

Toda la región tiene influencia de los autodefensas legítimos establecidos en los municipios de Aquila Chinicuila, Coahuayana, Coalcomán y Tepalcatepec mediante el Concejo Ciudadano por la Seguridad de los Municipios Libres y Unidos de la Sierra-Costa Michoacán.

Este Concejo es una figura creada con el apoyo de Juan José Farías Álvarez, mejor conocido como “El Abuelo”. Éste ha sido fundador del movimiento de autodefensas con un amplio respeto en Tepalcatepec, pero también ha sido señalado e investigado por su participación en el Cártel de Los Valencia y otras organizaciones.

La figura de “El Abuelo” genera posiciones divididas en torno a su supuesto pasado criminal. Pero las autoridades no le han podido probar más allá del tiempo que pasó en prisión en 2009, acusado de portación ilegal de armas. Sin embargo, para los pobladores de Tepalcatepec, sin Farías la violencia en la Tierra Caliente sería incontrolable.

El ataque del CJNG

Aquel viernes, un convoy de más de 20 camionetas blindadas incurrieron desde Jalisco por la carretera Jilotlán de los Dolores a las puertas del municipio de Tepalcatepec (y, consecuentemente, a las puertas de Michoacán).

Los agresores venían armados con rifles de asalto, lanzagranadas manuales y fusiles calibre 50, con capacidad de penetrar blindaje y creados originalmente para derribar aviones en tiempos de guerra.

Pero en Tepalcatepec ya los esperaban. Hace tres semanas, el 14 de agosto de 2019, presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), con uniformes y siglas de ese grupo, publicaron un video. Acusaron a “El Abuelo” de “traicionar a la organización criminal”. También, de volverse aliado del grupo criminal local conocido como “Los Viagras” en el municipio de Tancítaro. Además aseguraron que su líder, Nemesio Oseguera Cervantes, le había declarado la guerra.

Desde la publicación de aquel video, los policías Michoacán en Tepeque se movilizaron.

‘Por eso ya no confiamos en la prensa’

“Cuando vimos el video supimos que los criminales iban a venir a agredirnos, desde entonces todos nos pusimos a trabajar, aquí los hemos estado esperando porque no queremos que regresen los cárteles al municipio, esa historia ya nos la sabemos”, dijo el comandante Valencia, policía estatal y antiguo miembro del movimiento de autodefensas.

Para hablar de lo ocurrido el comandante Valencia pide como condición el anonimato, la desconfianza con la prensa es notable, dicen los ex autodefensas que los medios distorsionan lo que dicen y ya se cansaron de que en las entrevistas no publiquen lo que de verdad está pasando.

“Ellos nos vinieron a agredir, nos atacaron con armas de gran calibre, ustedes los vieron, todo el pueblo los vio, pero cuando salen las noticias dicen que fue enfrentamiento entre cárteles, que somos criminales. Puras mentiras, por eso ya no confiamos en la prensa”, aseguró Valencia.

Abandonados a su suerte

Antiguos líderes de las autodefensas convertidos en comandantes de la Policía Michoacán como Juventino Cisneros Andrade, alias “Comandante Tilín”, y Juana Reyes Cervantes, la “Comandante Juanita”, también defendieron Tepalcatepec contra el ataque coordinado que ocurrió en tres zonas del municipio.

“Hablamos a la región de Coalcomán de la Policía Michoacán y nada. Nos decían que no había autorización de sus superiores para moverse a ayudarnos. Hablamos al 65 batallón de Coalcomán y nada, lo mismo que no tenían órdenes, llegaron aquí a la una, ya para qué, los putazos ya habían pasado”, dijo el comandante Valencia.

Desde las 7:30 horas varios pobladores de la región subieron videos y audios a redes sociales y servicios de mensajería como Whatsapp para pedir apoyo del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional para detener los enfrentamientos pero la ayuda llegó “tarde”.

“Personal de las secretarías de Seguridad Pública (SSP), de la Defensa Nacional (Sedena), de la Fiscalía General del Estado (FGE) y autoridades municipales, se encuentran desplegadas en distintos puntos del municipio, tras el reporte de detonaciones de arma de fuego”, fue lo único que informó en su momento la SSP a través de un comunicado.

El pueblo a las armas, otra vez

En una reunión en la plaza de armas de Tepalcatepec se convocó a los pobladores a tomar las armas nuevamente para defenderse de los invasores. Decenas de ex autodefensas desempolvaron las armas que tenían escondidas y salieron a los puntos más calientes a combatir, como lo hicieron en el 2013.

Técnicamente, las armas que cargaban eran legales pues fueron registradas por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en el 2014 y hasta se les otorgaron credenciales que los acreditaban como autodefensas con licencia para portar rifles de uso exclusivo del Ejército Mexicano.

Durante el registro de armas, el gobierno federal permitió que miles de rifles de asalto y pistolas se quedaran en manos de exautodefensas, quienes no dudan en sacarlas ante cualquier amenaza. Cada uno tenía derecho a un arma “corta” y una “larga”.

Estas miles de armas, además de las 450 que se repartieron a los miembros de la Fuerza Rural, de las cuales al menos 300 están desaparecidas según reconoció la SSP en noviembre de 2018, siguen en la región y son parte del armamento que salió a relucir el pasado viernes 30 de agosto.

Con la orden de proteger al pueblo de “los cárteles”, decenas de pobladores se tiraron al monte a combatir a los invasores. Oficialmente se dio una cifra de 9 muertos, de los cuales uno era michoacano y los demás jaliscienses. Sin aportar prueba alguna el secretario de seguridad de Michoacán, Israel Patrón Reyes, confirmó que eran integrantes del CJNG.

Todos los muertos los puso el bando invasor. En su camino de huida tras fallar el ataque dejaron tirados cuerpos, pertrechos, camionetas, llantas despedazadas, anticongelante, aceite, gasolina y sangre.

“Ellos (el pueblo) tenían municiones para nosotros, nos apoyaron con balas, con comida, con ayuda, no se metieron a estorbarnos, nos vinieron a apoyar, nos ayudaron con sus mismas armas”, dijo el comandante Valencia.

Los pobladores combatieron fuego contra fuego, trajeron consigo armas calibre 50 y lanzagranadas, conocían el terreno y estaban preparados para el ataque, así que no hubo sorpresas para ellos, hicieron huir a los atacantes.

Al preguntarles a los pobladores por qué salieron a defender todos aseguraron que se trata de impedir que vuelvan los secuestros, las extorsiones, los homicidios y el cobro de piso, temen que regresen los cárteles y todos niegan que hayan salido a defender a “El Abuelo Farías”.

Una historia de violencia

La gran mayoría de los policías que resguardan el municipio de Tepalcatepec fueron miembros de las autodefensas que se levantaron el 24 de febrero de 2013. Ellos iniciaron un movimiento que terminaría por expandirse a más de 30 municipios del estado, a lo largo de un año.

Después del 10 de mayo de 2014, estas organizaciones quedaron desintegradas. El entonces comisionado nacional para la Seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes (designado por Enrique Peña Nieto) declaró su desintegración. Y les propuso “regularizarlos”. Para ello debían “afiliarse” a la Fuerza Rural, una fórmula legal creada en los tiempos de la Revolución, que la administración de Peña Nieto revivió para resolver la “legalidad” de las autodefensas. 

Pero la fórmula no dio frutos. 

Un día antes de la Navidad de 2014, la Fuerza Rural fue disuelta. En su lugar, y con la llegada del nuevo gobierno estatal de Silvano Aureoles, se instaló una  nueva fuerza policiaca estatal: la Policía Michoacán. Este nuevo agrupamiento llegó a Tepalcatepec y decenas de exautodefensas se suman a él.

Ellos son los que salieron con sus armas el pasado viernes 30 de agosto de 2019, cuando el CJNG cumplió su palabra de ir a buscar a “El Abuelo” para cobrarle la supuesta factura de haberlos traicionado.

“Él (“El Abuelo”) es un ciudadano como cualquier otro en Tepalcatepec, nosotros estamos protegiendo al pueblo y a todos sus ciudadanos. A él lo han acusado muchas veces de ser un delincuente, pero siempre ha salido libre porque no hay pruebas en su contra. Nosotros salimos porque el pueblo nos respalda, no porque una persona nos lo exija”, dijo el comandante Valencia.

El pueblo de ‘El Viejito’

Varias casas en los alrededores del filtro de la salida a Jicotlán sufrieron daños durante las escaramuzas, los jardines de las casas de material con techo de lámina quedaron rojos por el polvo de los ladrillos que hicieron pedazos las balas y una docena de vehículos fueron alcanzados por los disparos.

Ése fue el caso de don Miguel, quien sacó a su familia de su casa a eso de las 8:00 horas para que se fueran a refugiar al pueblo y permitió que su domicilio sirviera como puesto de avanzada para que los ex autodefensas  repelieran la agresión.

A la mañana siguiente, el sábado 31 de agosto de 2019, se despertó temprano y regresó a su casa para hacer el recuento de los daños. Su camioneta tenía un balazo en el parabrisas, uno en la puerta y otro en el radiador; su casa estaba llena de hoyos y ninguna lámina se salvó de los proyectiles y no tenía luz porque cortaron los cables. 

Don Miguel bajó en su camioneta parchada y pidió ayuda a los policías de Tepalcatepec. Algunos son municipales y otros estatales (pero la mayoría son ex autodefensas), para que le prestaran cable para volver a poner luz en su domicilio.

En menos de una hora ya tenía un rollo de cable en la camioneta y un grupo de técnicos que iban a rumbo a su casa para arreglar la luz. Todo estaba pagado por “el viejito”, le dijeron los policías. Y le aseguraron que denunciar los destrozos no le iba a servir de nada, así que se negó a hablar con la prensa.

Al día siguiente, en Tepalcatepec parecía que era un sábado común y corriente. La población salió a la calle, el comercio estaba funcionando regularme, las camionetas con música se paseaban a todo volumen por el pueblo y los habitantes intercambiaban bromas de lo ocurrido.

Todos hablaban de las balaceras como si hubieran ocurrido en Tamaulipas o en Guerrero, en un puesto de ropa decían que “por allá” habían matado varios criminales. “Por allá” estaba a menos de cuatro kilómetros del local, donde todavía había rastros de sangre en el camino y vehículos desechos a tiros.

En la “frecuencia ranchera” los pobladores agradecían a “El Abuelo Farías” por el apoyo. Por haber intercedido por ellos, por haber convocado a los pobladores nuevamente a tomar las armas para defenderse “de los enemigos”.

“Yo siempre he visto en usted a alguien muy sereno, viejito. Ojalá que nos dure muchos años, porque ya vimos que estos cabrones nomás están esperando que nos descuidemos para partirnos la madre”. Así decía uno de los mensajes de radio.

Mientras tanto, lo que más recuerda Karla es que cuando acabaron los disparos pudo salir a jugar. La tienda de su familia volvió a la “normalidad”, a vender refrescos a los ex autodefensas que tienen una barricada afuera del local, igual que ha ocurrido desde hace más de seis años.

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