15 noviembre, 2019
El subdirector del Instituto Internacional de la Prensa, Scott Griffen, reconoce que los intereses económicos y políticos de los dueños de los medios agudizan la crisis de violencia contra periodistas en el país; sin embargo, también advierte: la primera responsabilidad es del Estado
Texto: Reyna Haydee Ramírez
Foto: Duilio Rodríguez
En el complejo panorama de violencia contra a prensa en México hay un elemento del que poco se habla: los dueños de medios de comunicación, cuyos intereses económicos y políticos dificultan la relación de editores y reporteros con otros actores de poder.
Scott Griffen, subdirector del Instituto Internacional de la Prensa (IPI), explica que hay propietarios de medios de comunicación que, además, son dueños de cervecerías u otro tipo de negocios ajenos al periodismo. Con esto agudizan la crisis que se extiende también a la precariedad laboral y el desempleo.
“En México tenemos un problema, que también se ve en países como en el sureste de Europa. Es un problema que vemos en muchos países: no sabemos siempre quiénes son los dueños y en muchos casos, tienen diversos intereses y muchas veces no quieren perder ciertas ventajas que tienen «, dice.
IPI es una red mundial de editores, periodistas y ejecutivos de medios dedica a la dedicada a la defensa de la libertad de prensa. Cada año, en su Congreso anual, reconoce a las organizaciones o medios que han beneficiado a periodistas y a la comunidad, asegurando así medios más libres e independientes en un país o región.
En su reciente visita a México, como parte de una coalición internacional de organizaciones defensoras de la libertad de expresión, Griffen conversó con Pie de Página sobre la influencia que tienen los intereses económicos y políticos de los dueños en la línea editorial de los medios, lo que los lleva a no valorar la independencia, indispensable en el periodismo de calidad.
“No entienden la independencia editorial. Quieren tener influencia en el contenido que está produciendo el medio, pero no valoran esta independencia, que para nosotros es indispensable”.
— ¿Qué tendrían que hacer los medios frente a esta crisis de violencia contra periodistas en México?
— Todos los medios de comunicación deben solidarizarse ante esta crisis. Pongo un ejemplo: En Paquistán, un país en que también existe un alto nivel de impunidad, los directores de medios han creado un grupo llamado ‘Directores por la Seguridad’ que une a los directores de todos los periódicos más importantes del país, y se han comprometido a que, cuando hay un ataque contra un periodista, de cualquier medio, los otros medios informan sobre lo ocurrido y por esta vía demuestran su solidaridad. Los lectores entienden que el tema de la seguridad y la libertad de información es más importante que el de la competencia. Y los directores no dejan que el tema de la competencia y las diferencias ideológicas dañen la lucha por la justicia y la seguridad de los periodistas, pues es algo que afecta a todos.
Sin embargo, el activista aclara que «no debe caber duda» de que la primera responsabilidad para garantizar el ejercicio libre del periodismo es del Estado.
Ante el incumplimiento de esta responsabilidad y en una situación de violencia generalizada como la de México, dice, los medios de comunicación también tienen un papel: asegurar que sus periodistas sean capacitados y que tengan los recursos necesarios para garantizar que puedan informar.
«Los dueños de medios tienen una responsabilidad moral ante sus periodistas de invertir en la seguridad y no poner en posiciones de peligro a periodistas que no tengan recursos o conocimiento suficientes», afirma.
«Como organización global de directores de medios, el IPI siempre ha puesto hincapié en esta responsabilidad moral; sin embargo, nunca debe reemplazar la responsabilidad primaria del Estado».
En los primeros días de la misión, los activistas internacionales escucharon de sus contrapartes en México un riesgo que no habían considerado: la estigmatización de la profesión en el discurso presidencial, que se suma a otros que son comunes a otros países, como la precariedad laboral, el desempleo y la impunidad.
“El problema general es la impunidad y la violencia. Pero lo que está pasando ahora es que, con sus ataques verbales, el presidente no está ayudando, lo está haciendo peor», dice.
Lo explica así: en su afán de combatir a medios conservadores, el presidente mexicano provoca que con un mismo rasero se mida a todos los periodistas.
“Puedo entender que él tiene problemas con esta cúpula conservadora, no voy a negar que México ha sido un problema, pero ese no es el punto. Porque aún si él lo dice solamente contra ciertos medios, la gente no va a entender eso, la gente va a entender que el periodismo como profesión, no tiene valor. Ese es el punto clave», afirma.
«Es una descalificación del periodismo como profesión. Eso pone en peligro no solo a los periodistas de los medios de comunicación que a él no le gustan, sino a todos”.
—¿Se puede comparar el poder de un presidente con el poder de los medios?
—No lo sé. Es importante que en México haya una diversidad de medios. No quiero entrar en ese debate porque desconozco los detalles. El presidente, y eso es verdad para todos los presidentes, tiene una audiencia enorme. No sé cuántos millones de personas ven lo que dice, pero él tiene un alcance enorme, lo que dice tiene importancia y ese es justamente el problema. Nuestra preocupación es que estas palabras se conviertan en violencia física en algún municipio, en algún lugar en México.
—¿Tiene futuro el periodismo independiente en México?
—Claro que sí, pero es por los periodistas mismos.
La misión internacional, asegura, se encontró en estos días con muchos periodistas que, a pesar de tener todo en contra, están haciendo su trabajo.
“Hay quienes están tan dedicados a su profesión que no van a ser silenciados y eso es clave. Tener este rol democrático es increíble que todavía exista en México, a pesar de todo lo que está pasando, a pesar de la violencia, y eso es lo que da esperanza”.
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Periodista de Sonora. Colabora para Medios en Internet y noticieros de radio en Sonora y Baja California Sur, y actualmente es beneficiaria del programa de becas para periodistas desplazados de la Red de Periodistas de a Pie. La mayoría de su trabajo está enfocado en temas relacionados con Justicia, corrupción, migración y Derechos Humanos.
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