La muerte de tres ciclistas en la capital queretana vuelve a evidenciarlo: el gobierno no tiene un proyecto de movilidad en la ciudad que garantice calles sin acoso y el derecho a la ciudad a todas y todos
Texto: Alejandro Ruiz
Fotos: César Gómez Reyna
QUERÉTARO.- Durante la última semana dos trabajadores de 60 años que regresaban a sus hogares fueron arrollados; uno por un camión suburbano y otro por un automóvil. Asimismo un joven empresario de 36 años de edad fue embestido por un autobús mientras regresaba a casa después de hacer ejercicio.
Estos tres hombres no se conocían entre sí, lo único que tenían en común es que eran ciclistas.
En los tres casos, los incidentes se suscitaron en avenidas frecuentemente transitadas y de alta velocidad donde existen carriles exclusivos para el uso de la bicicleta que los conductores de vehículos motorizados muchas veces no respetan.
A la par de que acontecían estas tragedias, al menos dos incidentes de tránsito se suscitaron en contra de dos mujeres ciclistas en distintos puntos de la ciudad. Uno de ellos, acusan, fue ocasionado por una funcionaria de la Secretaría de Movilidad del Municipio de Querétaro.
El Colectivo Bici Blanca se dedica a monitorear las defunciones de ciclistas en la entidad. Ellos calculan que del 2009 a 2021 se han registrado 36 muertes de ciclistas a causa de hechos de tránsito que involucran vehículos motorizados.
“Es lamentable que esto siga pasando debido a las imprudencias de conductores”.
Andrei Montero, miembro fundador de Bici Blanca y vocero de la Unión de Asociaciones Ciclistas de Querétaro (UCIQ).
Para Montero, una de las causas que orillan a que estas tragedias sigan pasando se debe a la negligencia por parte de las autoridades estatales y municipales en aplicar los reglamentos de tránsito.
“Ya tenemos reglamentos”, señala, “pero la autoridad es muy laxa al momento de aplicarlo a los infractores. Cuando tú reportas algún hecho , como obstrucción de ciclovías o incidentes, argumentan que no tienen capacidad ni equipo suficiente para realizar la infracción; se limitan a dar recomendaciones a los conductores”.
Asimismo, asegura, para los cuerpos de tránsito, las y los ciclistas no tienen prioridad: “Para que llegue una patrulla a rectificar la queja se tardan mínimo 30 minutos o máximo 1 hora.”
El problema central, asegura Andrei, está en la falta de cultura vial y el desconocimiento de los reglamentos por parte de peatones y conductores de vehículos, incluidas las personas ciclistas.
“Yo aprendí de forma autodidacta, y en la asociación hacemos talleres; pero en general la gente desconoce el reglamento, sus derechos y sus obligaciones de movilidad; y eso se traduce en que cada vez es más frecuente accidentarse,” asegura.
Aunado a esto, la falta de mantenimiento a la infraestructura vial, así como un plan de movilidad que contemple a todas las personas y no sólo a los vehículos de automotor, han convertido a la ciudad en un espacio de riesgo para peatones y quienes optan por otro tipo de medio de transporte como la bicicleta.
Lucía es una joven que todos los días usa la bicicleta como medio de transporte. Al trasladarse a su trabajo tiene que cruzar por avenidas de alta velocidad donde las ciclovías son prácticamente inexistentes.
“No hay forma en que yo me traslade de mi casa al trabajo, a menos que sea por callecitas. La avenida no está diseñada ni para caminar y mucho menos para bicicleta.” denuncia.
Como Lucía, cientos de ciclistas en la entidad se trasladan diariamente por caminos riesgosos o ciclovías en mal estado, lo cual les pone en riesgo constantemente.
De acuerdo con información presentada por la Secretaría de Movilidad del Municipio de Querétaro (Semovi), en la ciudad existen 394.57 kilómetros de ciclo-carriles, acera-bici y vías ciclistas compartidas; sin embargo, muchas de estas se concentran únicamente en la zona del centro histórico y varias de ellas se encuentran en mal estado o desconectadas.
Andrei Montero por su parte, calcula que el 95% de aquéllas vías están en mal estado, e incluso algunos tramos simplemente están desaparecidos y otros casi por desaparecer; esto debido a la falta de mantenimiento y el desgaste provocado por el paso del tiempo, la lluvia y el uso constante de autos estacionados.
“Sí dicen que son tantos kilómetros, pero luego cuando vas te das cuenta que ahí estaba la ciclovía, o que está en mal estado” agrega.
Aunque existen diferentes usos para la bicicleta –como recreativos y deportivos– la mayoría de los ciclistas optan por usarla como transporte para distancias largas; como dos de los hombres que fueron arrollados durante la semana pasada, quienes se trasladaban del norte al sur regresando del trabajo.
Para Lucía, estos obstáculos, sumados a la falta de cultura vial por parte de conductores de vehículos, han vuelto que sus trayectos cotidianos sean un martirio.
“Andar sobre avenida constituyentes ha ido de las experiencias más peligrosas de mi vida. Me he enfrentado a camioneros que te avientan el camión, a cochistas que se enojan porque vas en la orilla de una avenida, me ha pasado que señoras me gritan en partes donde no hay ciclovía, y yo les digo que no me puedo teletransportar.” relata.
Aunado a esto, las condiciones de las ciclovías que aún no desaparecen son críticas, pues personas ciclistas han denunciado que constantemente se encuentran son baches, basura, tramos estrechos o peatones que caminan sobre las vías especiales, así como violaciones al reglamento de tránsito que establece una distancia de metro y medio entre ciclista y automóvil.
“El gobierno municipal ha fomentado esto” relata Andrei “pues al hacer caso omiso a las demandas de la comunidad ciclista no hay conexión entre las vías y se encuentran abandonadas. Luego responden con que van a crear nuevas ciclovías, cuando de lo que se trata, primero, es de darles mantenimiento a la que ya están y conectarlas para que las personas se puedan trasladar.”
Lucía afirma que los funcionarios públicos “hacen propuestas desde los escritorios, cuando el diseño de la infraestructura se debe hacer a través del diálogo con quienes usamos bici. Luego quienes diseñan los planes de movilidad es gente que no anda en bici.”
Una de las grandes problemáticas que se han evidenciado en los últimos años por colectivas de mujeres ciclistas es el acoso al que se enfrentan las ciclistas en la entidad.
“Diario nos enfrentamos a actos de acoso por parte de hombres peatones, hombres en automóviles o camioneros, que o se te emparejan, te gritan cosas, o te infunden miedo haciendo sonar el motor.” relata Olin, que al igual que Lucía pertenecen a Morritas Psycling, un grupo de mujeres que ha decidido organizar rodadas nocturnas para apropiarse del espacio de la ciudad.
“Las mujeres también usamos la bicicleta diario” continúa Olin “nos trasladamos al trabajo, a la universidad, a nuestras casas, y diario, no te miento, sufrimos mínimo 4 acosos por semana, y eso es de lo que nos damos cuenta pues a veces traemos audifonos o no escuchamos lo que nos gritan los hombres.”
Además de enfrentarse a coladeras rotas, socavones provocados por las lluvias y ciclovías en mal estado, para las mujeres ciclistas lidiar con la violencia machista se ha vuelto otra demanda que debe de atenderse urgentemente por las instancias gubernamentales.
“Las mujeres hemos encontrado libertad en el uso de la bicicleta, y tenemos muchas más oportunidades de librarla y permanecer seguras, pero parece que cuando una mujer se sube a la bici hay una regresión al siglo XIX, pues a la gente, a los hombres, les incomoda que se visibilice nuestro cuerpo y que podamos movernos.” Agrega Olin.
Asimismo, integrantes de morritas psycling demandan la generación de mayores y mejores espacios seguros para que las mujeres ciclistas puedan transitar seguras, pues en la mayoría de los colectivos ciclistas que organizan rodadas en la entidad la presencia de mujeres es menor en comparación con la de varones.
Para Lucero, otra integrante del colectivo de mujeres ciclistas, las violencias que se viven en el país se viven en carne propia cuando se decide usar la bicicleta.
“Es complejo ser mujer y ser ciclista en este país.” añade.
Para Lucero, Lucía y Olin participar en las rodadas nocturnas que organizan junto con sus amigas tiene como fin brindarse apoyo y seguridad. Coinciden en que deberían de existir más espacios para comunicar sus propuestas y necesidades.
“Solo queremos rodar tranquilas, seguras y disfrutar las cosas que nos gustan.” puntualiza Lucero.
María decidió volver a usar la bicicleta como medio de transporte cuando ingresó a la universidad, para ella la sensación de libertad y de retorno a sus recuerdos de la infancia son lo que la motivan a “luchar”.
“La reflexión que yo tuve en mi renacer como ciclista urbana fue la de cómo podía incidir positivamente para que muchas más mujeres, personas, niñas, niños ubicaran la bici como una alternativa posible en esta ciudad donde parece que detrás de los automotores va un asesino.” Asegura.
Uno de los motivos por lo que María decidió comenzar a usar la bicicleta cotidianamente fue debido a los largos tiempos de traslado en el transporte público, así como por las ventajas que tiene este tipo de transporte para la salud, el medio ambiente y la lucha por la equidad de género.
“Yo me subía al transporte público y veía como adultos mayores sufrían en cada bache o subidita, siempre le reclamaba al chofer con el riesgo de que me bajara del camión. Luego volteaba a la ventana y veía como trabajadores se trasladaban en sus jornadas, ahí fui aprendiendo las rutas y me dije a mi misma que no era tan difícil volver a esto.” Señala.
Como María, cientos de personas han optado por el uso de la bicicleta como medio de transporte tras la pandemia por el covid-19, pues representa una alternativa para mejorar el estado de salud y evitar lugares cerrados.
Empero, de acuerdo con datos de la Semovi de inicios de este año, sólo el 1 % de la población usa la bicicleta como medio de transporte en la capital del estado.
En febrero de este año, este reportero realizó una entrevista a Montserrat Brizuela, jefa del departamento de Vinculación y Cultura de la Semovi, quien aseguró que el ayuntamiento estaba implementando programas y medidas para promover alternativas al transporte público con el objetivo de prevenir contagios entre la población.
Para Andrei Montero, sin embargo, estas acciones no han sido suficientes en la entidad.
“¿Cómo se va a motivar la gente a usar otro tipo de transportes si cada vez hay más muertes de ciclistas; si se desconoce el reglamento de tránsito; si la infraestructura está en mal estado y si no hay una cultura vial en la ciudadanía?”.
Para el miembro de la UCIQ una de las acciones pendientes por parte de las autoridades gubernamentales es la socialización y difusión de los contenidos del Reglamento de Tránsito entre la ciudadanía.
“Nosotros hemos propuesto que puedan vender o regalarle el reglamento a la gente para que la población tenga todo el conocimiento de sus derechos y obligaciones, asimismo hemos propuesto que haya más filtros para tramitar una licencia de conducir, y que uno de ellos sea un examen teórico y práctico sobre el reglamento y que los futuros conductores salgan a conducir en bicicleta para que vean lo que se siente.” Señala.
Las recientes muertes de 3 ciclistas, así como los cientos de incidentes a los que se han expuesto ciclistas en toda la entidad dan cuenta de que las acciones municipales y estatales han sido insuficientes, por lo que a raíz de estos sucesos, ciclistas y grupos de rodadas decidieron autoconvocar a una movilización con el fin de visibilizar las violencias a las que se exponen día con día y exigir una pronta atención a sus necesidades.
“Tengo familia ciclista y cada noticia de una muerte me pega en el alma. No podemos comprender el pesar que siente alguien al perder familiares o amigos que a diario ves, por algo que era muy previsible.” Denuncia María.
A partir de las noticias de las muertes e incidentes que sucedieron durante la última semana cientos de ciclistas decidieron alzar la voz. Dakae, una joven ciclista que al escuchar las noticias se conmovió, narra:
“Empezaron a circular por grupos de whatsapp las noticias de los compañeros que murieron, y muchos decían que teníamos que hacer algo. Luego nos juntamos varios y decidimos marchar, rodar, por nuestros muertos.”
Cientos de ciclistas se dieron cita el pasado 30 de junio a las afueras de la Alameda Hidalgo y salieron a rodar por las calles.
Las consignas eran claras: “No murió, lo atropellaron, lo mataron.” “Ni un ciclista menos.” “Queremos rodar seguras.”
Durante la manifestación, sin embargo, algunos automovilistas manifestaron su descontento en contra de las y los ciclistas que protestaban, e incluso en un momento un automóvil embistió al contingente, pese a que miembros de la Policía Vial resguardaban la protesta.
“La manifestación fue por el hartazgo” asegura Andrei Montero, quien aseguró que aunque la UCIQ no convocó a la movilización decidieron acompañar y difundir la autoorganización de la comunidad ciclista.
«Nosotros nos convocamos a las afueras de la Semovi para entregar un pliego petitorio para atender nuestras necesidades. Pero aún así el reclamo es de todos.»
Dentro de las exigencias presentadas ante la Semovi se encuentran demandas como el mejoramiento y rehabilitación de la infraestructura para ciclistas, la conexión de las ciclovías en la ciudad, el mejoramiento de puntos de riesgo y zonas peligrosas, la implementación de cruces peatonales, así como el diseño de una estrategia de cultura vial en conjunto con organizaciones de la comunidad no motorizada para implementarse en la ciudad.
Funcionarios de la Semovi se tardaron en salir, y un plantón se instaló a las afueras de la Secretaría. El pliego petitorio fue entregado y se pactaron reuniones de trabajo con organizaciones y la comunidad ciclista para la esta semana.
Otra de las demandas es que estas reuniones sean públicas y abiertas para que todas las personas interesadas puedan participar. No ha habido respuesta a esta petición.
“Nosotros vamos a seguir saliendo a rodar, no solo a protestar sino a hacernos visibles y a reivindicar nuestro derecho a la ciudad.” Concluye Dakae.
El ruido de los automotores no parece frenar el ímpetu de la comunidad ciclista, quienes aparecen cada vez más articulados y dispuestos a mejorar la movilidad en la ciudad y la entidad para que rodar no se traduzca en morir.
En la lista de las 36 personas ciclistas que han fallecido del 2009 a la fecha, hecha por el colectivo Bici Blanca, la constante son adultos mayores, la mayoría trabajadores que vivían en colonias populares de la ciudad donde la ausencia de ciclovías e infraestructura hace que salir a ganarse el día a día pueda culminar con su vida.
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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