Mi madre es otra

Cuando Amanda Marton tenía cuatro años, su madre se fue de la casa. El diagnóstico fue una bomba en medio de una familia feliz: esquizofrenia. La revinculación, lo no dicho, la sospecha y, unos años después, la suma de todos los miedos: ¿y si es hereditaria? “Quiero hacer y decir todo lo necesario antes de los 30. Por si acaso”, escribe la autora en una crónica que, con honestidad brutal, aborda un tema central de esta época: la salud mental

Una vaquita no hace verano… pero es buena noticia

Salvar a la vaquita marina ya es cuestión de vergüenza nacional, pero también de mantener al menos un atisbo de esperanza sobre la capacidad del Estado para actuar en materia ambiental y de biodiversidad. Si se mantienen y multiplican los esfuerzos realizados hasta ahora puede ser que México salve la cara y la vaquita marina su existencia