En las playas de las costas del Caribe y Golfo de México la erosión costera se acelera cada vez más y no es cuestión de esperar a que se cumplan los escenarios de largo plazo del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC): la destrucción avanza.
En Tabasco y Campeche hay costas sin playa, carreteras, faros y hasta escuelas y camposantos devorados por el mar; en Yucatán, casas de playa con paredes que reciben el impacto del oleaje; en Cancún, Quintana Roo, hoteles con bañistas que tienen apenas 20 metros de arena entre la alberca y el agua de mar.












