En Ecatepec, desde hace 13 años, Gregorio Martínez recibe a hombres y mujeres preliberadas. Bajo la creencia de que todos y todas merecen una segunda oportunidad, abrió las puertas de su casa. No recibe pago alguno, a veces tampoco el apoyo de las familias de los liberados. Ahora busca abrir otro espacio: un albergue nocturno para ancianos
Un hogar para ex presidiarios
