10 noviembre, 2022
Con la reanudación de las actividades presenciales regresaron los paros estudiantiles, básicamente porque las medidas para evitar las violencias en las universidades no se han aplicado. Además del caso reciente de la Facultad de Filosofía y Letras y otras escuelas de la UNAM y el Poli, se reprodujeron denuncias en otras instituciones
Texto y foto: Alejandro Ruiz
CIUDAD DE MEXICO.- La asamblea estudiantil de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM acordó este miércoles un paro escalonado de tres días que el próximo lunes se sumará a un paro nacional en defensa de la educación. Se prevé entregar las instalaciones el martes.
La suspensión de actividades hará una pausa el sábado para permitir clases del Sistema de Universidad Abierta (SUA).
El motivo del paro en Filosofía fue la denuncia de que un comerciante que vende sus productos afuera del plantel fue descubierto cuando tomaba fotos a usuarias de un baño neutro del segundo piso de la facultad sin su consentimiento. Esto habría ocurrido el lunes pasado.
Los estudiantes realizaron una pega de carteles con la denuncia en espacios de la Facultad y exigieron a las autoridades que coloquen mosquiteros entre las cabinas de los baños para evitar la toma de fotografías.
En un comunicado, la dirección de la escuela confirmó la detención del hombre, luego de que se activara el botón de emergencia de los baños del segundo piso. La UNAM aseguró que el personal de vigilancia tiene instrucciones de no permitirle el ingreso a la facultad y convocó a los implicados a presentar una denuncia ante la Defensoría de los Derechos Universitarios.
Las estudiantes piden, entre otras cosas, transporte digno y seguro, y atención oportuna y eficiente en el manejo denuncias de género.
Por la noche las aulas de la Facultad de Filosofía se encontraban vacías. Las puertas estaban cerradas, y en las inmediaciones del auditorio «Che» Guevara y la Biblioteca Central comerciantes recogían sus puestos. En las facultades aledañas (Derecho y Economía) las y los estudiantes salían sin preocupaciones.
Los paros estudiantiles en distintos planteles de la UNAM y del Instituto Politécnico Nacional comenzaron a multiplicarse desde inicios de septiembre y a finales de ese mes habían hecho paros al menos 31 escuelas (18 del Poli y 13 de la UNAM).
Las protestas se extendieron a otras entidades, como la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) la cual estuvo un mes sin actividades, hasta que las autoridades se comprometieron a cumplir los 28 puntos del pliego petitorio.
En la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), Estado de México, el paro estudiantil duró dos meses y provocó incluso la destitución del rector.
El 25 de octubre, el IPN informó de la reanudación de labores en el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyt) 12, José María Morelos. Hasta inicios de este mes continuaban en paro 19 escuelas de las dos instituciones:
Nueve del Poli: Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA); Unidades Santo Tomás y Tepepan; Escuela Superior Economía (ESE); Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) – Zacatenco; Escuela Superior de Física y Matemáticas (ESFM); Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (Esime) – Zacatenco; Escuela Superior de Turismo (EST); Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (Esiqie); Cecyt 2 “Miguel Bernard” y Cecyt 8 «Narciso Bassols».
Diez de la UNAM:
Facultades de Estudios Superiores (FES) planteles Acatlán, Aragón, Cuautitlán, Zaragoza; facultades de Medicina, Veterinaria y Zootecnia; Escuela Nacional Preparatoria, planteles 1, 5 y 7 y el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) -Sur, donde se denunció la violación de una joven adentro de un baño.
En la Facultad de Estudios Superior (FES) Acatlán no hay actividades, ya que aún no hay acuerdo entre estudiantes y autoridades, pero el plantel ya fue entregado.
Violencia contra mujeres
Las denuncias por violencia de género en las universidades, y la falta de atención por parte de las autoridades no son un tema nuevo. En 2017, Pie de Página realizó un amplio reportaje sobre manifestaciones en las que estudiantes señalaban públicamente a hombres que las han agredido en la UNAM, donde existe, desde 2016, un protocolo de actuación en casos de violencia de género.
Después del movimiento #Metoo de 2019 las protestas fueron creciendo y se extendieron en distintas instalaciones, pero con la pandemia de covid-19 el movimiento feminista tuvo que dar marcha atrás en la toma de instalaciones.
Con la reanudación de las actividades regresaron los paros, básicamente porque las medidas para evitar la violencia en las universidades no se han aplicado. En las últimas semanas, además de la UNAM y el Poli, se reprodujeron denuncias en otras instituciones como la Universidad Autónoma Metropolitana y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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