La filosofía permite la reflexión colectiva de los problemas cotidianos. Quitarla de los planes de estudio, como pretende la propuesta de la Nueva Escuela Mexicana, es fomentar un acceso elitista a la educación y al conocimiento. Así fue la tertuliana de Pie de Página
Textos: Daliri Oropeza Alvarez
Fotos: Isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO. – ¿Filosofía para qué? es la pregunta que abre nuestra Tertuliana de junio; una discusión urgente, mientras la Secretaría de Educación Pública realiza una reforma educativa que incluye modificaciones a los planes de estudio de la Educación Media Superior en México. Le llaman la Nueva Escuela Mexicana, pero nadie en la calle sabe que se está discutiendo.
En la mesa están Diana Fuentes, maestra de filosofía en la UNAM y en la UAM Xochimilco; Claudia de Lara, impulsora de Kaleidoscopio cultural; José Alfredo Torres, del Observatorio Filosófico de México; y Francisco Concha, profesor de filosofía en el Politécnico y en el Colegio de Bachilleres.
“Esta idea de quitar contenidos filosóficos a la Educación Media Superior es una historia que hemos seguido varios años, es cíclica y no solo ocurre en México”, introduce la periodista Daniela Pastrana. Ella hace memoria de que en el gobierno de Felipe Calderón, veían las meterías de filosofía como poco útiles, desde una mirada productivista y neoliberal.
José Alfredo Torres, del Observatorio Filosófico de México, recuerda que fue por ello por lo que nació el Observatorio.
Torres cuenta su experiencia desde el campo de la educación. Aporta marcos de referencia desde la ética, estética, o ciencias del conocimiento. “Entendí que la filosofía no es bien vista”, dice, porque la filosofía implica un sentido de vida que transforma radicalmente el pensamiento en pos de una mejoría humana.
“La rebeldía que encontré en la filosofía estaba ausente en el área de matemáticas o física”.
Alfredo Torres
Por su parte, Diana Fuentes asegura que “lo que me mantiene en la filosofía es que surge de la búsqueda por las causas”. Muchas preguntas que nos dejó la pandemia, por ejemplo, sobre la muerte, vida, la soledad, son las preguntas que se han hecho muchas personas durante años. Y que ese caudal enorme de conocimiento de personas que se han preguntado lo mismo le da sentido a la vida. “La filosofía te descoloca”, asegura.
Pero no sólo es un sentido, sino un derecho de una sociedad que está esperando más educación, no menos.
Tenemos derecho a la filosofía, todas todos, todes tenemos derecho a que nos comuniquemos con el pasado a través de la filosofía”.
Diana Fuentes
Ella piensa que el espacio ideal para la filosofía es la Educación Media Superior. “En esa época tienen menos prejuicios”, agrega.
Para Claudia De Lara, la filosofía es una escuela de libertad. “¿Filosofía para qué? ¡Yo respondería que para todo!“, dice De Lara, impulsora del Kaleidoscopio cultural, una iniciativa de la Universidad de Chapingo para llevar debates culturales, filosfóficos y educativos a espacios fuera de las aulas.
Se trata, dice, de “salir a los problemas“: la violencia, las grandes desigualdades, discriminaciones, racismo, migraciones, intolerancia. “Y no es que los filósofos tengan la respuesta, sino que estamos buscando soluciones en conjunto y en comunidad“.
De Lara habla de la necesidad de una educación integral, que transcienda la idea de que la filosofía es sólo para personas muy cultas y que por otro lado, no signifique el adiestramiento de las personas. Por que la filosofía, precisamente permite combatir fanatismos y dogmas.
De lo que se trata es de hacer comunidades de reflexión: desde los artistas, desde la literatura, desde la ciencia, entre todos tenemos que construir una razón pública“, dice.
Esta sociedad tiende a eliminar la reflexión, no quiere seres pensantes, que critiquen y propongan: de ahí la importancia de abrirse a una comunidad de diálogo, donde vaya por delante el pensamiento crítico y creativo. “Porque se ha pensado que la filosofía es nada más para criticar, pero el filósofo también tiene propuestas creativas y de construcción“.
Francisco Concha, profesor de filosofía en el Politécnico y en el Colegio de Bachilleres, habla de cómo llevamos el conocimiento filosófico a la práctica. También comparte su experiencia como docente al transmitir la filosofía como enseñanza.
Él dice que es fundamental adaptarse al contexto de los alumnos. Y con tono pícaro aseguro que “el ser es el cel”, haciendo referencia a que ahora la existencia de las juventudes también está determinada por las tecnologías.
El filósofo, que convive cada semestre, con más de 500 estudiantes, afirma que no es difícil poner a la praxis la filosofía con estudiantes.
Para él, al lograr una transmisión del conocimiento efectiva, y cuando lo transmite, el o la joven lo entiende mejor. Se da cuenta que su idea es cada vez más compleja. Llega un momento de la Educación Media Superior en la que el estudiante llega a una búsqueda de darle sentido a la vida.
“Es talacha, esa cuestión de trabajar con ellos para transmitir el sentido de la filosofía”.
Francisco Concha
Ve la efectividad y continúa: Si entendemos que adecuar la filosofía a su vida, posiblemente nos sea más fácil.
A propósito de la propuesta de quitar contenidos a la educación, base de la propuesta de la Nueva Escuela Mexicana que les han planteado las autoridades, Diana Fuentes reclama que “seguimos alimentando la idea que lo que requieren las sociedades es fuerza de trabajo bien adiestrada”.
La filósofa enlista una serie de premisas falsas que se usan para reducir los contenidos. Es falso, dice, que los jóvenes no quieren aprender. Es falso que la pobreza imposibilita el conocimiento.
Eso es falso, los bajos indices educativos que tenemos es porque vaciaron la educación desde hace 30 años. Esos bajos índices de lectoescritura y de pensamiento abstracto son el producto de una perspectiva neoliberal. Y el triunfo de esta reforma, sería el triunfo del neoliberalismo”, afirma.
También es falso, jura, que la sociedad mexicana quiere menos contenidos. “La sociedad mexicana demanda otra cosa de esta reforma: No queremos menos filosofía, queremos más filosofía, más historia,más literatura, más ciencia“, insiste.
“Tenemos derecho a la filosofía como tenemos derecho a un educación integral. Una educación vaciada de contenidos es imposible que provoque preguntas Pero además, esa es una visión elitista y de la educación porque entonces se vuelve legado de unos cuantos, de los que sus familias tuvieron la oportunidad de destinar que sus hijos no fueron a trabajar cosas funcionales“.
Pero sobre todo, es falso que la educación que propone quitar contenidos nos hace más funcionales para el trabajo.
Hay que fracturar la idea de que los contenidos no sirven. Tenemos derecho al conocimiento universal».
Desde su perspectiva, esta reforma es de las más opacas que se discuten actualmente, pues no se sabe de ella, a diferencia de otras reformas como la energética. Pero los vacíos se llenan, advierte.
Si el Estado no se compromete con una formación filosófica, ética de su ciudadanía, los espacios no se quedan vacíos. ¿A quiénes les vamos a dejar la formación ética de los sujetos? ¿A los medios de comunicación? ¿A las religiones?»
Desde la mesa, Daniela Pastrana deja la tarea de preguntar al respecto en la conferencia presidente a nuestros colegas Arturo Contreras y Alejandro Ruiz. Las comensales aplauden, mientras Arturo asiente con la anotación de esta tarea en su libreta.
La mesa coincide que en estos momentos de crisis, la filosofía es urgente. En ese momento abre las preguntas a los presentes en el tierrAdentro.
Aquí puedes escuchar completa la tertuliana:
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