Autoridades educativas impulsan un modelo que eliminaría las materias filosóficas del bachillerato, tal como lo intentó hacer el gobierno de Felipe Calderón en 2008, con la Reforma Integral de la Educación Media Superior. El argumento ahora no es la educación por competencias, sino la “transversalidad”
Texto: Daniela Pastrana
Foto: María José Martínez / Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO.- La nueva palabra se llama transversalidad. Bajo esa lógica, que “todo se cruza”, las autoridades educativas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador se han montado nuevamente en una ola que busca desaparecer las materias filosóficas del bachillerato.
No es una batalla que esté ocurriendo sólo en México. Apenas este fin de semana, la Plataforma Independiente en Defensa de la Filosofía de España —uno de los movimientos de profesores más activos contra estas iniciativas— organizó una lectura continuada de textos filosóficos, literarios, científicos y poéticos en el parque El Retiro de Madrid para reivindicar la enseñanza de la asignatura en la educación secundaria.
Tampoco es una discusión nueva. El Observatorio Filosófico de México (OFM) nació precisamente, a partir de la iniciativa del gobierno de Felipe Calderón de eliminar las disciplinas obligatorias de Lógica, Ética, Estética e Introducción a la Filosofía en la currícula de la Educación Media Superior. En esos días de la Reforma Integral de Educación Media Superior (RIEMS), el argumento era la educación por “competencias”, es decir, la idea de generar en el estudiantado habilidades útiles para el trabajo. Una idea de corte neoliberal impulsada desde los Acuerdos de Bolonia en 1999.
El problema ahora, dice por teléfono José Alfredo Torres, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras e integrante del Observatorio, es que ni siquiera hay claridad de dónde viene el modelo que ese pretende impulsar.
“Esto de la transversalidad no es una idea que surja en la Secretaría de Educación Pública, de hecho, creo que hace tiempo que no hay ideas que surjan en la SEP”, dice Torres con ironía.
Creo que el presidente (Andrés Manuel) López Obrador, por estar en otros asuntos, ha dejado de lado la educación. Y los funcionarios del antiguo régimen están aprovechándose, además, de que ninguno de los funcionarios de primero y segundo niveles son especialistas en educación”, evalúa por su parte, Gabriel Vargas Lozano, en un breve intercambio de correos.
Torres y Vargas Lozano son, junto con Guillermo Hurtado, Aureliano Ortega y Roberto Hernández, los firmantes de una carta que, a nombre del OFM enviaron el pasado 7 de junio al presidente López Obrador, a la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, y al subsecretario de Educación Media Superior, Juan Pablo Arroyo.
En la carta alertan sobre la desintegración de las materias filosóficas en la propuesta de la Nueva Escuela Mexicana, como se ha llamado al modelo educativo basado en la transversalidad.
…profesores e investigadores del área de filosofía hemos hecho una lectura cuidadosa de los documentos dados a conocer por la Subsecretaria de Educación Media Superior para reformar el marco curricular común del área de humanidades. La conclusión a la que hemos llegado es que la reforma propuesta desaparecerá la filosofía en el plan de estudios”.
Dice la carta de OFM.
Los filósofos indican que, a pesar de que la reforma educativa pretende superar el modelo educativo del gobierno neoliberal, la propuesta refuerza ese modelo, con la desintegración y fragmentación de las disciplinas filosóficas, que son necesaria para “adquirir bases humanísticas esenciales para su autoconocimiento y el análisis de su entorno, pero, también para lograr un equilibrio necesario con su formación científico-técnica”.
“Materias como la lógica, la ética, la estética y la introducción a la filosofía, entre otras, proporcionan al estudiante las bases para alcanzar solidez argumental; los elementos para fundamentar una conducta virtuosa; y la apertura a la aventura del pensamiento, que han servido para luchar por una humanidad mejor”, dice el texto.
La educación filosófica es esencial para que las y los jóvenes, pero también toda la población (niñas, niños y adultos), adquieran las bases sociocognitivas que les permitan imaginar otro mundo posible”.
A finales de abril, el subsecretario de Educación Media Superior, Juan Pablo Arroyo —quien ya era funcionario de la cuando fue la reforma de Calderón—, convocó al OFM a una reunión de expertos para que emitir una opinión sobre su propuesta del marco curricular común de la Educación Media Superior en el área de humanidades.
Tras escuchar la exposición, los asistentes consideraron que la propuesta tenía muchas indefiniciones y carencias. Básicamente, la propuesta no nombra las materias filosóficas, como ética, estética, lógica o filosofía, dentro de las disciplinas, sino que plantea «áreas de conocimiento» transversales.
El OFM le hizo llegar un documento en que expuso la importancia de mantener las disciplinas filosóficas a las que no se hacía referencia en la reforma.
La filosofía no es un conjunto de habilidades y actitudes que se puedan transmitir en el plano transversal. Requiere, por su naturaleza, un sitio dentro de las disciplinas que se enseñan en la educación media superior, como el español o las matemáticas o la física o la historia. La reducción de la filosofía a un conjunto de competencias trasversales es un síntoma del desconocimiento de lo que es”, escribió días después Vargas Lozano, en un artículo publicado en La Jornada.
El artículo señala que en lugar de las disciplinas filosóficas, la propuesta de la SEP habla de transversalidad, ”registrada por Calderón en su reforma con letras pequeñas como para esconder sus negras intenciones, pero ahora se aduce como una de sus innovaciones”.
En el documento que el OSF entregó al subsecretario, se considera que la filosofía requiere de un espacio propio dentro del plan de estudios de la Educación Media Superior.
Pero no tuvo respuesta.
La historia, sin embargo, no siempre fue así. Por el contrario, en el inicio de la actual administración, el presidente López Obrador y el entonces secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, ofrecieron incluir la filosofía y las humanidades en las reformas constitucionales que echaron para atrás las reformas impulsadas en 2013 por Enrique Peña Nieto y un grupo de empresarios encabezados por Claudio X. González.
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Después, en las discusiones del Plan Nacional de Desarrollo, en marzo de 2019, el presidente reiteró la posición de su gobierno en favor de la educación humanista.
Moctezuma Barragán, por su parte, fue más lejos, al asegurar que se incluiría la filosofía en la currícula educativa del nivel básico. Según dijo entonces, esa era una de las principales peticiones de las mesas de trabajo, por lo que se incluirán materiales de civismo, ética y cultura de paz. «Es lo que mandata el cambio al (artículo) Tercero constitucional y es lo que llamamos una educación integral y humanista», aseguró Moctezuma a Pie de Página.
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Se trata, en realidad, de una vieja batalla, enmarcada en una serie de políticas globales de educación con orientaciones técnicas. En 2008, la Reforma Integral de Educación Media Superior (RIEMS) puesta en marcha por Felipe Calderón eliminó las disciplinas obligatorias de Lógica, la Ética, Estética e Introducción a la filosofía que eran obligatorias en el nivel medio superior.
Seis meses después, en marzo de 2009, nació el Observatorio Filosófico de México, una iniciativa que buscaba organizar estrategias encaminadas a “dar marcha atrás en la política de eliminación de la filosofía”.
A partir de entonces, se constituyeron el Observatorio Filosófico de Morelos y el Observatorio Filosófico del Norte que cuentan con sus respectivas páginas de web. También se sumaron otras agrupaciones científicas, académicas, culturales.
En junio de 2009, el gobierno dio marcha atrás.
«Con la llegada de un nuevo gobierno, en el 2018, se abrieron esperanzas y expectativas”, dice un documento del OFM que relata los primeros 10 años de lucha en defensa de la filosofía.
“Por ello, en el marco del XIX Congreso Internacional de Filosofía Mundo Pensamiento Acción, organizado por la Asociación Filosófica de México, en noviembre de 2018, en la ciudad de Aguascalientes, se emitió La declaración sobre la Filosofía en la Educación, aprobada en forma unánime en la sesión de clausura, acordándose su envío al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en la que se demandaba la inclusión de la filosofía en todos los niveles educativos”.
La insistencia de la comunidad filosófica provocó que el Congreso de la Unión incorporara la filosofía y las humanidades en el artículo tercero constitucional.
Entonces llegó la pandemia de covid-19 y la historia dio un giro: el tema de salud puso en pausa los planes educativos.
Hasta ahora, que se ha vuelto a abrir la caja de Pandora. «No hay claridad, ni documentos oficiales. Solo se han presentado los planes en las reuniones, como documentos previos», explica Vargas Lozano.
Pero la intención, insiste el filósofo, es la misma; eliminar las materias filosóficas. «Ahora la palabra clave es transversalidad«.
Quería ser exploradora y conocer el mundo, pero conoció el periodismo y prefirió tratar de entender a las sociedades humanas. Dirigió seis años la Red de Periodistas de a Pie, y fundó Pie de Página, un medio digital que busca cambiar la narrativa del terror instalada en la prensa mexicana. Siempre tiene más dudas que respuestas.
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