La Nueva Escuela Mexicana impulsa un modelo educativo transversal, integrando disciplinas como Filosofía en bloques como Humanidades, lo que ha generado debate. Estudiantes como Sarahí, de bachillerato, perciben saturación en estos contenidos, mientras expertos defienden la Filosofía como eje formativo, y advierten que la transversalidad no debe eliminar la reflexión filosófica
Texto: Camilo Ocampo
Foto: Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO. – Sarahí tiene 15 años y es estudiante de 2° semestre en el Colegio de Bachilleres Cien Metros. Al concluir esta etapa, le gustaría continuar con sus estudios, ya sea en Diseño Gráfico o en Contabilidad.
Pese a que “los maestros… dan muy bien su clase”, no le gustan demasiado las Humanidades; ya ha cursado la I y la II.
Actualmente, el ColBach se rige bajo el sistema de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), que busca una educación integral, transformadora y de conocimientos transversales. Por ello, ha transformado las materias disciplinarias —como Derecho, Filosofía, Historia o Física— en bloques de conocimiento conjunto —la llamada transversalidad—: Humanidades, Ciencias Sociales, La Materia y sus Interacciones, entre otras.
Al respecto, Sarahí comparte que a veces en Humanidades hay demasiada información y que cree que debería existir una materia específica de Literatura.
Por otro lado, en respuesta a la eliminación de la Filosofía como disciplina en los bachilleratos, se llevó a cabo el:
La necesidad de la Filosofía en el Bachillerato del siglo XXI
Sobre los retos de la enseñanza de las humanidades en el nivel medio superior, el Comité Nacional en Defensa de la Filosofía y la Secretaría de Educación Pública organizaron un congreso del 4 al 6 de junio, “para poner a la comunidad filosófica frente a frente con las autoridades educativas”, según palabras del maestro en Filosofía y coordinador del evento, Adrián Arrieta.
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Durante el congreso se presentaron diferentes ponencias de filósofos, pedagogos y docentes, entre ellas Perspectivas emergentes sobre Filosofía en la Educación Media Superior, a cargo del doctor en Filosofía Luis Hernández, Arrieta y Miguel Zapata, coordinador de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
En su intervención, Hernández recalcó: “La Filosofía no está peleada con la transversalización… el problema es que la transversalización está erradicando a la Filosofía…”.
Por su parte, Zapata recordó que el intento de excluir a la Filosofía de los planes de estudio no es algo nuevo, pues ya se había dado desde el modelo de educación neoliberal o por competencias.
El también docente de bachillerato, Arrieta, compartió en entrevista que “La filosofía es un discurso que articula sentidos, significados, conceptos, argumentos, metodologías, un sistema completo de pensamiento”. Y añadió:
«Sin el hablar de un discurso filosófico, no podemos decir que estamos haciendo filosofía… sería como dice el dicho, darnos atole con el dedo”.
Respecto a la NEM, comentó que debe haber esfuerzos conjuntos, porque “ellos tienen otro tipo de formación, tienen información valiosa que nos pueda ayudar a concretar nuestra abstracción… pero también que nos escuchen para hacer planes de estudio que sean, en efecto, filosóficos, informados y rigurosos”.
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La ConaDefi ya está trabajando en planes de estudio para presentarle a la SEP, y “esa es la primera consecuencia y la primera utilidad práctica de este congreso”, dijo Arrieta.
Cómo se obtiene el conocimiento y cuál es su valor: la epistemología como materia
Esta disciplina ha sido excluida de los planes de estudio en bachilleratos debido a que se le cataloga como “compleja” para este nivel educativo. Sin embargo, Arrieta comparte que muchas veces se subestima la capacidad de los jóvenes. Igualmente, Sarahí describe la materia de Humanidades como “muy fácil… muy sencilla”.
En este temario se propone la interdisciplinariedad como eje rector y advierte que “debemos alejarnos de un modelo de disciplinas únicas aisladas, como si fueran islotes en un mar que no presentan puentes”.
Propone que el método de enseñanza sea confrontativo con el estudiante, con su concepción de realidad:
“Que hay puntos de vista válidos y puntos de vista inválidos, pero que va a depender de la perspectiva y de en qué mundo estamos”.
Enseñar a Sócrates no solo como la virtud del vivir bien para encarar a la muerte, sino contextualizarlo como quien enfrentó a un aparato político que lo acusaba de crímenes que no cometió.
En cuanto al uso práctico de esta materia tentativa, comenta que es una orientación para los jóvenes, pues “las preguntas ya están presentes porque lo viven… solamente que hay que enseñarles a aprender cómo pensarlas”.
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