La última tertuliana de 2020 fue dedicada a la presentación del primer libro con el sello de Pie de Página. «Ya no somos las mismas. Y aquí sigue la guerra», donde las autoras conversaron de lo que ha significado la violencia de estos años, no sólo para las víctimas, sino también para quienes la narran. Aquí la reseña
Texto: Ignacio Rosaslanda
Foto: Fernando Santillán
CIUDAD DE MÉXICO.- El libro “Ya no somos las mismas, y aquí sigue la guerra” fue un proceso de constantes descubrimientos. El punto de partida fue la pregunta: ¿Cómo ha transformado la violencia a las mujeres en México? Pero descubrimos que no sólo cambió a quienes son víctimas de esta violencia, sino también quienes la narran
Este libro, el primero editado por Pie de Pagina, fue creado por periodistas, documentalistas, poetas, académicas y acompañantes de movimientos sociales, quienes se han dedicado por muchos años a narrar la violencia que se desbordó a partir de la militarización del país en 2006.
Este mosaico de voces está compuesto por periodistas que han sido pioneras en narrar la violencia en México como lo son Daniela Rea, Daniela Pastrana, Marcela Turati o Lydiette Carrión, pero además nos presenta a una generación que apenas está marcando camino como son Erika Lozano o Daliri Oropeza y Ximena Natera.
Las autoras de este esfuerzo colectivo que significó más de 10 años de trabajo, se reunió el 17 de diciembre, en la última tertuliana del año para conversar sobre lo que implicó la construcción de este conocimiento vivo. Sus voces dejan testimonio de todos estos años de insistir y prevalecer para que se haga justicia.
Para Daniela Rea, quien fue la encargada de editar el libro, era muy importante darle sentido al horror y hablar de esta violencia en términos propios, no en los términos de los opresores.
Este libro es un aprendizaje vivo que cruza varias generaciones y disciplinas. La presencia de académicas le dio el andamiaje teórico que sostiene los testimonios de las mujeres, Sara Uribe, con la poesía, nos mostró que cuando la palabra no puede nombrar, está el silencio. Los textos además pasan por otras capas de sabiduría como la ilustración y la fotografía, que también enseñaron a mirar el detalle. Son necesarias todas las voces que aquí se expresan para el entendimiento de estos años, y para saber que nunca pensamos solas.”
“Entender que estaba pasando en la vida de las mujeres después de ser atravesadas por la violencia, enfocar la historia en mujeres jóvenes, me hizo entender mi posición como mujer en este país», define la fotógrafa Ximena Natera,, quien además expresa la dificultad que es traducir en imágenes estas historias.
La periodista Daliri Oropeza rescata que este libro es un buen ejemplo de cómo los periodistas se pueden acompañar y realizar trabajos colaborativos. La mirada desde distintos puntos de vista ayuda a que se de una compresión mucho más ámplia y así poder buscar caminos en las historias de las mujeres. Es importante destacar también a la mujer como actor social de cambio, la fuerza que tienen para no ser únicamente víctima, sino abrir veredas para encontrar ese derecho a la verdad.
Daliri y Erika Lozano pertenecen a una generación más joven de periodistas que se formaron en medio de grandes movimientos sociales como el #Yosoy132 o los movimientos por Ayotzinapa. Ambas reconocen que en las Periodistas de a Pie encontraron grandes ejemplos de esperanza.
Erika piensa en el libro como un sitio de memoria que alberga estas historias.
“Las redes de mujeres salvan vidas, y dan posibilidades de reconstruir un sentido de vida a pesar de la violencia y eso se hace de manera colectiva. Si hay futuro, no hay que quedarnos en el miedo.”
De entre los pocos hombres que participaron está el fotoperiodista Félix Marquez quien relata que este trabajo fue fundamental para el desarrollo de su mirada.
“A partir de ahí empecé a narrar de esa manera, fue un proceso muy bonito. El caso de la desaparición de 5 policías municipales en Cardel, Veracruz representó un reto muy grande ya que normalmente los policías son vistos como los perpetradores de este crimen, pero conocer a las mujeres que los buscaban y entablar una amistad con ellas fue la clave para contar sus historias.
Por su parte, Ignacio de Alba, el único escritor en la serie, explica que intentó ser muy sensible a lo que ellas contaban y a lo que les importaba, en vez de poner el foco únicamente en la historia política. Además, se dio cuenta de que la relación que tenían entre ellas fue fundamental para que pudieran seguir adelante. Finalmente resolvió contar su historia a través de los objetos que las mujeres atesoraban y que les representaba la memoria de sus familiares.
A la periodista Paola Mónaco le tocó narrar a través de testimonios, el caso de dos mujeres del estado de Veracruz que fueron torturadas y violadas, después la policía les fabricación delitos, ellas eran pareja en ese momento y eso abrió otras violencias por su preferencia sexual. Cuando se publicó originalmente la historia, sus protagonistas pidieron el anonimato, hoy decidieron dar sus nombres e incluso presentaron su historia ante distintos públicos, “con el libro ganamos muchas cosas.” afirma Paola, orgullosa del valor que creció en estos años y añade; La manera de trabajar hoy no es la misma que hace 10 años, ese trabajo fue un aprendizaje. Se profundizó mucho más mi compromiso con mi trabajo, con lo que escribo.”
Pero la pregunta principal sigue flotando en el aire: ¿Qué nos ha cambiado? Marcela Turati responde que mucho. “Entendimos que esta violencia no la podemos atravesar solas, hemos aprendido sobre autocuidado y a administrar las fuerzas.”
Continua “Cada proyecto que se emprende tiene un costo emocional, con el mapa de fosas por ejemplo, aprendimos que los proyectos deben tener no solo un cuidado en la técnica sino también del equipo, hay que saber cómo está cada una, poder hablar de la vida, los deadline emocionales, etc. Hay que saber cuándo hay que cerrar el proyecto, para continuar con lo que sigue. Hay que ser más estratégicos y cuidarnos.”
La moderadora y autora del «capítulo más personal», Daniela Pastrana, dice que es un libro que también ha permitido sanar a las narradoras de este relato de horror. Ella escribió la historia de las hijas de periodistas, y la suya propia, a las que agradeció el valor y las enseñanzas.
Daniela Rea despidió esta charla con unas palabras: «Nos encontrarnos en ese proyecto para darnos un abrazo, gracias por lo que compartimos y aprendimos juntas, a veces por caminos distintos pero en el mismo gran camino. Seguimos aprendiendo y quiero expresar mi gratitud por ello.»
En este link puedes seguir la tertuliana completa
https://www.facebook.com/watch/live/?v=412529023123625&ref=watch_permalink
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona