El EZLN convoca actividades todo diciembre y arrancan con un festival de cine y otro de danza. El zapatismo teje redes de conocimiento mostrando el modo en que viven la autonomía a través del arte, lo que muchos no han mirado y aún se niegan a mirar.
La cámara apunta al escenario. Detrás, un rostro cubierto con un pasamontañas negro observa a través del visor, calibra los colores, acomoda el tripié. Sus ojos son expresivos, disfrutan de cada movimiento, no dejan de mirar lo que sucede en el escenario. Esos ojos enmarcados en pasamontañas observan con curiosidad y asombro cada una de las exhibiciones que hacen más zapatistas.
Mujeres y hombres danzan sosteniendo carteles, disfrazados, evocando la siembra de maíz o representando los abusos de los malos gobiernos. De manera grupal, organizada y trazada, representan la organización en contra del capitalismo, el papel de las mujeres en el ámbito político, las labores comunitarias, los modos corruptos y antidemocráticos del gobierno, de los medios, la represión, las antítesis y las resistencias.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional hace política como arte de lo posible, diría Checo Pérez. Este diciembre convocan a distintos eventos a lo largo del mes y sus actividades inician con el festival Puy Ta Cuxlejaltic de cine y un compArte, el primero enfocado solo en Danza.
En la primera edición del compArte [1], el vocero del EZLN, sub comandante Insurgente Moisés, dijo claramente por qué y cómo el arte puede nacer un nuevo mundo: “Para nosotras, nosotros, zapatistas, el arte se estudia creando muchas imaginaciones, leyendo en la mirada, estudiando en la escucha, practicando”.
El arte zapatista “crudamente nació y salió de sus mentes, ellas y ellos las decidieron de cómo las van a presentar, sobre cómo han trabajado como zapatistas y autónomos, con su resistencia y su ser rebeldes”, el Sup Moisés describe así el modo de creación de las comunidades.
Una de las claves está en la continuidad, de acuerdo con Francisco de Parres, integrante del Colectivo Transdisciplinario de Investigaciones Críticas (COTRIC). La continuidad de este modo de hacer arte tiene un motor, de acuerdo con Carolina Díaz integrante del COTRIC:
El arte zapatista se ha preguntado más profundamente el arte para qué y para quién y eso es fundamental porque nos lleva a un público distinto al que plantea el arte occidental.
En las cartas que escribe el subcomandante insurgente Galeano, antes Marcos, al filósofo Luis Villoro en 2016, asegura que “las artes” (y no la política) son “quienes cavan en lo más profundo del ser humano y rescatan su esencia. Como si el mundo siguiera siendo el mismo, pero con ellas y por ellas pudiéramos encontrar la posibilidad humana entre tantos engranajes, tuercas y resortes rechinando con mal humor”.
El concepto de autonomía con el que ejercen este arte, se contrapone a los cánones europeos de la autonomía del arte que dicen aislar al artista y su mundo. Aquí el plano social es la potencia, pues su creación depende del compartir; tanto en la hechura como en la compartición. La narración de la historia propia a un abanico de edades, personas y contextos.
De acuerdo con el COTRIC lo que hacen las comunidades zapatistas de Chiapas es un sistema comunicativo a través del arte, en el cual la complejidad es el mejor antídoto contra los pensamientos únicos, asegura Parres en el artículo Continuidad entre la ciencia y el arte en el movimiento Zapatista: una mirada desde la complejidad.
Con esto, el EZLN apunta a la postura política, al momento de mirar al otro y al ser mirando a los otros y al mirarnos a nosotras mismas.
Quienes dicen que por qué el EZLN sólo se opone al gobierno de AMLO de manera contundente (más que a los anteriores malos gobiernos), son incapaces de observar que en términos de colocar 13 demandas colectivas (Democracia, justicia, libertad, paz, salud, tierra, alimentación, trabajo, comunicación, independencia, cultura y educación) el EZLN coloca su mensaje político a través de acontecimientos que no necesariamente son “políticos” o de “protesta”. Que dejan la pasividad e individualidad de lado. Se dedican a tejer redes de conocimiento.
Desde 2012, están los eventos de apertura del zapatismo de Chiapas más simbólicos: la marcha del silencio, la escuelita zapatista, seminarios como La Hidra Capitalista, los Muros del Capital; un Festival de las Resistencias con caravana, la campaña de Marichuy, tres compArtes, dos conCiencias, el primer Encuentro de Mujeres que Luchan, en ese orden desde 2012. Todos involucran al arte, a las ciencias, al intercambio de conocimiento. Ahora en 2019 tienen continuidad con el Festival Puy Ta Cuxlejaltic de cine y el compArte de danza.
“Las artes miran lo que miran y miran lo que puede llegar a ser mirado”, escribió el Gato-Perro. Las comunidades zapatistas muestran lo posible.
[1] compArte es un festival de las artes convocado por el EZLN, el cual incluye canciones corrido revolucionarios, poesías, pintura, escultura, obras teatro, danzas , bordados, performance, literatura, instalación, abierto al público en donde las personas se registran para presentarse y las comunidades zapatistas presentan sus creaciones.
[2] conCiencias es un encuentro de personas dedicadas a las ciencias. A desarrollar en un próximo microfilme.
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