Se rompe la tranquilidad en la costa michoacana: CJNG el responsable

5 abril, 2024

⁠Miembros de la Policía Comunitaria de Coahuayana.

Desde 2014 el municipio de Coahuayana, en Michoacán, gozaba de cero delincuencia e inseguridad gracias a las policías comunitarias, pero en las últimas horas el Cártel Jalisco Nueva Generación atacó algunas poblaciones, mientras los gobiernos federal y estatal mantienen el silencio

Texto y fotos: Heriberto Paredes

MICHOACÁN. – Desde la madrugada del pasado 3 de abril comenzó a haber reportes –a través de redes sociales y Whatsapp– de ataques que ocurrían en ciertas zonas y poblaciones del municipio de Coahuayana. Ubicado entre el estado vecino de Colima y el municipio de Aquila, esta alcaldía michoacana se convirtió en uno de los territorios con niveles cero de delincuencia e inseguridad, al menos desde comienzos de 2014, año en que un grupo de habitantes decidieron organizarse y combatir a la entonces pujante organización criminal conocida como Caballeros Templarios.

Bajo la dirección de Héctor Zepeda, este grupo se fue convirtiendo en un cuerpo de seguridad respaldado y apoyado ampliamente por la población. Actualmente y por lo menos desde 2021, la Policía Comunitaria de Coahuayana se encarga también de proteger al municipio de la presencia del grupo criminal llamado Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes han establecido sus mayores puestos de control del lado de Colima e intentan constantemente ingresar a esta parte de territorio michoacano.

Diariamente Zepeda y sus compañeras y compañeros comunitarios patrullan todo el municipio, se encargan de recorrer sin descanso cada calle, brecha y camino, cada rincón. No hay cosa que ocurra en Coahuayana que no sea del conocimiento de este cuerpo de seguridad, desde las actividades productivas locales hasta los excesos de alcohol que pudieran llegar a haber.

Héctor Zepeda, comandante de la Policía Comunitaria de Coahuayana

Entre estas actividades ha estado la contención del CJNG, hasta este 3 de abril, día en que el grupo criminal aumentó sus ataques y el uso de armas letales y de grueso calibre en distintos puntos.

Según diversos testimonios telefónicos –anónimos por temor a represalias– de habitantes de la cabecera municipal, tanto el día 3 como el día 4 de abril no dejan de escucharse en la zona serrana un sin fin de detonaciones de armas que identifican como de calibre .50mm. En un video enviado por Whatsapp se puede observar un terreno agrícola y al fondo se escuchan las detonaciones.

Las autoridades municipales emitieron un comunicado en donde afirman que “más de 100 gatilleros fuertemente armados y equipados han intentado apoderarse del territorio municipal, y han tomado los pueblos de Palos Marías y el Órgano con incursiones desde el municipio de Chinicuila [vecino] y del estado de Colima”.

Otros testimonios señalan que, además, el CJNG usó drones para arrojar explosivos y gas altamente tóxico y de manera extraoficial se tiene conocimiento de al menos 3 policías muertos y 7 heridos, sin que hasta ahora se haya podido verificar esta información.

¿Por qué atacar una población tranquila y en paz?

Coahuayana es uno de los bastiones plataneros del país, es el tercer productor de plátanos tan sólo después de Tabasco y Veracruz, pero en sus amplio valles se pueden observar miles de hectáreas de platanares y en una zona específica están las compañías empacadoras que envían el fruto a Estados Unidos o a Japón.

Al menos entre 2012 y comienzos de 2014, los Caballeros Templarios extorsionaban a los productores plataneros con cuotas millonarias mensuales y en algunos casos asesinaron o desaparecieron a quienes no pudieron o se negaron a pagar.

Tras el levantamiento popular que culminó con la formación de la Policía Comunitaria a cargo de Héctor Zepeda, poco a poco la tranquilidad regresó y las actividades económicas se restablecieron por completo. En la última década, el municipio pasó de ser uno de los más golpeados por el crimen organizado a ser uno en donde crecieron los negocios, en donde la gente podía llevar una vida pública en total seguridad y en donde las actividades culturales comenzaron a florecer.

Vistas generales de la cabecera municipal de Coahuayana

Sin embargo, no se debe olvidar que Coahuayana tiene una posición geoestratégica que es codiciada por el grupo criminal que actualmente intenta por todos los medios apoderarse del territorio. Este municipio colinda con las localidades y posiciones de Colima que se han vuelto ya las zonas de influencia y control del CJNG, pero sobre todo, necesitan avanzar para intentar acabar con la organización y resistencias que se están dando en el municipio de Aquila, lugar en donde la cabecera municipal y la comunidad de Santa María Ostula han frenado los intentos de expansión de la mina Las Encinas, propiedad de la transnacional Ternium, socia comercial y principal sustento económico del CJNG en la región.

En este sentido, la desaparición del abogado Ricardo Lagunes, del comunero Antonio Díaz, el asesinato del defensor del territorio Eustacio Alcalá, las muertes de los guardias comunales de Ostula Isaul Nemesio, Miguel Estrada, Rolando Magno y Lorenzo Froylán, así como del ex jefe de tenencia Juan Medina, están relacionadas con los intentos del CJNG de acabar con los obstáculos a sus objetivos estratégicos y económicos.

Los ataques a Coahuayana provienen de esta lógica criminal y extractivista que busca posicionarse antes de las elecciones municipales, estatales y federales.

Coahuayana, refugio de personas desplazadas

Debido a diversos procesos ocurridos en distintas regiones de Michoacán, existe una cantidad –todavía en documentación de casos– importante de personas desplazadas forzosamente. Muchas de estas familias están en Coahuayana, que hasta estos acontecimientos, significó un lugar seguro y desde el cual pudieron reconstruir sus vidas y continuar con las actividades tanto de búsqueda de personas como de defensa del territorio.

Es el caso de cientos de familias del municipio de Chinicuila, el cual fue ocupado por el CJNG desde mediados de 2021 o también el caso de Evangelina Contreras, parte de la Asociación Civil de Desaparecidos y Feminicidios de la Costa Michoacana, y quien busca a su hija Tania Contreras Ceja, desaparecida el 11 de julio de 2012 en Caleta de Campos, Michoacán.

“La preocupación que tenemos, como desplazados y refugiados, es nuestra seguridad, aunque sabemos de la capacidad de la Policía Comunitaria. Quemaron casas en Palos Marías, el Órgano y el Churumo, quemaron casas de familias y se apoderaron de sus camionetas. Pedimos el apoyo del gobierno pero no lo han querido dar hasta ahora, se quieren esperar hasta mañana, ¿cómo nos vamos a esperar si están usando drones, no sólo para las bombas que avientan sino para esos gases tóxicos? Si esto se sale de control no nos vamos a dar abasto en los hospitales. Se está viviendo una situación muy difícil”, señaló Evangelina en una llamada telefónica.

Como parte de las medidas de prevención, cientos de pobladores cerraron el puente que comunica Colima con Michoacán en punto de las 12 del día. “No vamos a dejar pasar a nadie hasta que no se calme la situación y el gobierno repliegue al crimen organizado”, finaliza la buscadora refugiada.

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Ante esta situación, las autoridades municipales también señalaron en el comunicado emitido que, “se ha atendido esta emergencia con la Policía Comunitaria […], los que con la suma de voluntarios han contenido a los delincuentes y se ha estado en comunicación con el gobierno federal y estatal de Michoacán, a los que se ha pedido el apoyo para terminar con esta amenaza terrorista que en sus ataques utiliza armas de alto poder y con drones lanza bombas explosivas de C4 y de productos químicos asfixiantes”.

Al cierre de esta nota esta fue la información con la que se contó, pero en horas o días posteriores se podrá conocer con mayor detalle los alcances de estos ataques y las acciones que emprendan los niveles de gobierno estatal y federal, quienes no habían implementado acciones suficientes para restablecer la tranquilidad.

Fotógrafo y periodista independiente residente en México con conexiones en Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Cuba, Brasil, Haití y Estados Unidos.