Millones de personas han podido superar enfermedades mortales gracias a la vacunación. México ha sido un país pionero, en la región, en el combate a padecimientos contagiosos. Increíblemente es un logro reciente y poco contado
Texto: José Ignacio De Alba
Foto: Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO.- Vivir sin padecimiento es un privilegio nuevo. La historia de la humanidad prácticamente se formó a partir de pandemias y la ciencia no sólo ha logrado que la gente venza enfermedades mortales, también ha conseguido que las personas vivan más y con una mejor calidad de vida.
Apenas en 1930, los mexicanos morían, en promedio, a la edad de 35 años. Para 1970, la esperanza de vida se había prolongado hasta los 61 años. Hoy, la gente en México vive, en promedio hasta los 80 años.
¿Por qué se logra vivir más? En gran medida, gracias a los avances médicos.
Fue en 1926, durante el gobierno de Plutarco Elías Calles (1924-1928), cuando se firmó un decreto presidencial para que fuera obligatoria la aplicación de la vacuna contra la viruela. Esta enfermedad cobró en el mundo la vida de cientos de millones de personas.
La viruela había causado, durante la invasión europea a América (1521), una epidemia tan extendida que casi acaba con las poblaciones indígenas de México. Se cree que en aquel momento 8 millones de personas, sobre todo indígenas, perdieron la vida en el territorio nacional (la covid-19 ha matado, hasta el momento, a casi 3 millones de personas en todo el mundo).
El primer esfuerzo en México para combatir esa enfermedad se remonta a 200 años atrás, cuando en 1808 Francisco Xavier de Balmis inoculó a personas con una técnica conocida como “brazo a brazo”.
Fue México el primer país de América Latina en erradicar la viruela, gracias a la vacunación, que se hizo durante décadas. La última víctima de la enfermedad fue Victoria Torres de 16 años, originaria de San Luis Potosí.
Eso fue en 1951. En el mundo, la viruela quedó erradicada hasta 1980.
Pero la viruela no fue el único virus que asoló a los humanos. El sarampión, la rabia, disentería, parotiditis, tabardillo, peste, rubeola, tétanos, tifo y otras enfermedades han mermado a la población, estropeado economías y derrumbando imperios. Las pandemias no sólo han sido una cuestión de salud, también son un asunto político.
El decreto de Calles de 1926 no fue gratuito. La población en México fue vacunada por el ejército, que recién había salido de la Revolución Mexicana. Esta campaña de vacunación obligatoria fue la primera en el país, pero hubo otros intentos para detener enfermedades.
En 1888 el doctor Eduardo Liceaga empezó los trabajos para erradicar la rabia, el primer vacunado fue un niño, víctima de un perro. Desde entonces, se ampliaron los trabajos para erradicar al virus. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que mueren 60 mil personas cada año, en el mundo, por esta enfermedad. Pero no en México. Según la misma organización, nuestro país fue el primero en el mundo en erradicar (desde 2019) la rabia por completo.
En el caso del sarampión, fue hasta 1954 que el virus fue aislado y comenzó un descenso de casos en México, aunque aún hay algunos brotes; apenas el año pasado las autoridades de la Secretaría de Salud registraron casi un millar de personas contagiadas en el Valle de México. Aún así son pocos casos. La OMS estima que entre 2000 y 2017 se evitaron más de 21 millones de muertes, en todo el mundo, gracias a la vacuna preventiva.
Según la OMS “es indiscutible que no hay intervención sanitaria preventiva más costoefectiva que la inmunización, que evita entre 2 y 3 millones de muertes anuales por difteria, tétanos, tos ferina y sarampión. Sin embargo, si se mejorara la cobertura vacunal mundial se podrían evitar otros 1.5 millones”
Después de que se venciera la viruela, la OMS lanzó el Programa Ampliado de Inmunizaciones, cuya meta fue vacunar a todos los niños del mundo contra seis enfermedades prevenibles: difteria, tétanos, tos ferina, poliomielitis, sarampión y tuberculosis. En México se le llamó Programa Nacional de Inmunizaciones.
A partir de los años noventa México inició los planes universales de vacunación. Otros de los logros de la medicina mexicana fue la erradicación en 1990 de la poliomielitis, el último caso se registró en Tomatlán, Jalisco. Según la OMS millones de menores han logrado con la vacuna evitar daños a su sistema nervioso en el mundo.
“México fue un país pionero en la vacunación, llegamos a tener campañas de vacunación más amplias que en Estados Unidos”, relata el epidemiólogo de la Universidad Nacional Autónoma Metropolitana, Pablo Francisco Oliva Sánchez.
De hecho, México fue autosuficiente en la producción, control, almacenamiento y distribución de vacunas durante muchos años. Su sistema de inmunología era tan sólido que le alcanzaba para abaster a la población de todas las vacunas recomendadas por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, y exporta vacunas a 15 países. Pero en las últimas décadas fue perdiendo la soberanía.
Para Oliva, es un privilegio tener varias vacunas anticovid disponibles para la población. De hecho, México es el país de Latinoamérica que más vacunas ha logrado adquirir: más de 15 millones de dosis, de cinco proveedores diferentes. Y, se han firmado compromisos para garantizar la inoculación de más de 100 millones de personas.
Oliva no tiene dudas: “La vacuna es el mecanismo más eficiente para lograr acabar con la pandemia”.
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