Este jueves se dio el primer hallazgo positivo por parte de la Brigada Nacional de Búsqueda, que ha realizado sesiones de sensibilización con policías municipales de Jojutla, Cuautla y Huitzilac y acuerdos con las autoridades para recibir apoyo de herramientas y alimentos para las búsquedas
Texto: Heriberto Paredes y Rodrigo Caballero
Fotos: Heriberto Paredes
MORELOS.- La VI Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas (BNBPD) cierra su quinta jornada de trabajo en Morelos con un hallazgo positivo. Tras varias horas de rastreo en una cañada conocida como la Barranca, ubicada en el municipio de Yecapixtla, miembros de colectivos de búsqueda localizaron un fragmento óseo y se procedió a su resguardo atendiendo a los protocolos necesarios.
El lugar en donde ocurrió el hallazgo corresponde a una parte del río que cruza el municipio y desemboca en la localidad de Amacuzac. Inicialmente se contaba con el antecedente del descubrimiento de un contenedor con restos humanos en su interior y se presume –según denuncias anónimas– que existe un segundo recipiente con más restos.
Wendy Guadalupe Ruiz Ramírez, comisionada estatal de búsqueda, presente en el lugar, afirmó que se dio el apoyo solicitado para que se realizara esta jornada de búsqueda. Junto con familiares hubo presencia de Guardia Nacional, Ejército, Fiscalía del estado, Fiscalía General de la República y personal de la Comisión Estatal de Búsqueda (CEB) y de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).
«Se está realizando un trabajo interinstitucional pero trabajando de la mano de las familias y todavía queda pendiente regresar con equipo de buceo, buscar en un pozo muy profundo, según nos informan quienes descendieron al río», declaró la comisionada.
En palabras del presbítero anglicano Arturo Carrasco, acompañante solidario de la BNBPD: «En las búsquedas de estos días hemos tenido éxito, no todo el trabajo ha sido en vano, al final también encontramos a una familia más que ya no estará sola, ha llegado nuestra hermana Graciela y ahora ya busca con nosotres».
Esta es la segunda noche seguida que la señora Graciela Gutiérrez Montes no logra dormir, dijo que estaba emocionada, algo que hace mucho tiempo no sentía, tiene ganas de salir a buscar a su hijo como lo ha venido haciendo desde hace 12 años, la única diferencia es que ahora no está sola.
La primera noche no la dejó dormir la incertidumbre, apenas acababa de escuchar en la televisión que una brigada de madres acudiría al estado de Morelos para buscar a sus desaparecidos, la mujer sintió que ese era el llamado que llevaba años esperando mientras recorría el país tras las huellas de su hijo.
A pie, Graciela Gutiérrez conoció de tragedias en Michoacán, Guanajuato, Nayarit, Guerrero y Jalisco, subió hasta San Fernando en Tamaulipas con la esperanza de que alguno de los 72 migrantes masacrados era su hijo, conoció de cerca Tanhuato y Ayotzinapa; en silencio supo de los hechos más violentos que han sacudido al país.
“¡Llego porque llego y llego! he ido mucho más lejos”, pensó la mujer mientras trataba de explicarle a su hija que por enésima ocasión iba a salir a buscar a Juan Manuel Chávez Gutiérrez, el joven de 23 años que desapareció el 1 de marzo de 2009, cuando salió de su casa en el Estado de México, en un pequeño poblado a 20 minutos de Chalco.
“Yo te acompaño, nada más no te lleves dinero”, dijo su hija, cansada de las extorsiones, las limpias, los chamanes, los santeros, los policías ministeriales y los agentes del Ministerio Público que por años habían exprimido a su familia con falsas promesas de que su hijo iba a volver a casa a cambio de una suma monetaria.
La mujer salió solamente con el dinero suficiente para el pasaje, viajó en un camión por horas hasta llegar a la Fiscalía General del Estado, ahí le informaron que tenía que buscar la sede de la brigada, pero hace horas las madres habían salido al campo, Graciela esperó pacientemente en la puerta.
Horas más tarde uno de los choferes volvió por unos sombreros para las familias buscadoras, cuando la camioneta llegó a la entrada los guardias le avisaron a doña Chelito y a su acompañante que ese transporte formaba parte de la brigada, al final el conductor no encontró los sombreros pero regresó con las dos mujeres hasta un paraje sobre la carretera cerca de Yautepec, en la región Tierra Grande de Morelos.
“Cuando los vi a todos organizados, buscando, muy animados, me dio mucho gusto y supe que iba a buscar con ellos, siento que vamos a encontrar algo, me da gusto que haya alguien que se preocupe por uno”, dijo la señora Chelito, como prefiere que le digan porque Graciela suena demasiado serio para ella.
Chelito además era la forma en que le decía su hijo Juan Manuel, cuando andaba de buenas y le daba por tocar el violín y cantar “En tu pelo” de Javier Solís, cuya letra le recuerda a su hijo cuando dice “por tus ojos y tu boca, por tus brazos y tu pelo, por tus lágrimas y voz me muero”.
Todo eso pensaba doña Chelito mientras fingía dormir, ya en la sede de la BNBPD, también pensaba en su marido, Alejo Chávez García, quien murió hace un par de años abatido por la insuficiencia renal y la ceguera producto de la pérdida de su hijo.
La mujer también pensó en el último deseo de su esposo, quien pidió ser enterrado con todos los documentos, las fotografías y las prendas de su hijo, Alejo quería que su mujer abandonara la búsqueda y enterrara el pasado junto a él para que pudiera seguir adelante y preocuparse por sus otros dos hijos y sus ocho nietos; tres de ellos hijos de Juan Manuel.
Pero la señora Graciela no pudo cumplir la promesa, se aferró a los expedientes como se aferró a la brigada y decidió mantener la búsqueda de su hijo a pesar de las adversidades. En cuanto empezó a amanecer, la mujer de verdad lo sintió como un nuevo día, cuando el despertador sonó doña Chelito supo que era momento de volver a buscar, hasta encontrarlo.
Cerca del final de la primera semana de actividades, la BNBPD ha realizado varias actividades además de las búsquedas en campo, las cuales tuvieron lugar de manera simultánea al resto de los ejes de trabajo. Por ejemplo, desde el lunes 11 de octubre, las familias comenzaron a buscar en centros penitenciarios, así como en la revisión de los expedientes del Servicio Médico Forense, lo que se conoce al interior de la Brigada como eje de búsqueda en vida.
El martes una comitiva de familias y personas solidarias visitaron el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario #154, ubicado en el municipio de Huitzilac, en la región morelense colindante con la Ciudad de México. En dicha visita, varias mujeres compartieron la historia del familiar al que buscan o buscaban, como es el caso de Blanca Ramírez, originaria de Colima, quien buscó a su hermano durante muchos años y finalmente lo encontró, sin embargo, su experiencia sigue siendo el pilar que la mantiene al lado de sus compañeras de colectivo, «ya encontré a mi hermano, pero me faltan más de 90 mil tesoros más».
Jaqueline Palmeros, madre de Monserrat Uribe Palmeros, compartió con los estudiantes de bachillerato que el 24 de julio del año 2020 «desapareció mi hija en la alcaldía Iztapalapa, ha habido muchas irregularidades en la investigación y si no presionamos, si no denunciamos, esto va a seguir pasando». Con mucha atención, las y los estudiantes le escucharon y mostraron su empatía aplaudiendo tras las palabras de Jaqui, como cariñosamente se le conoce al interior de la BNBPD.
Durante todos estos días de búsqueda también se han realizado sesiones de sensibilización con autoridades, especialmente con policías municipales de Jojutla, Cuautla y del propio Huitzilac. Fruto de este trabajo de diálogo, el martes 12 de octubre la Brigada firmó un acuerdo con las autoridades municipales para apoyar los procesos de búsqueda y que esto se vea reflejado en tareas concretas como repetir las sesiones de sensibilización con la policía, crear células de búsqueda en donde participe personal de la fiscalía especializada, la CEB y el Ministerio Público, apoyar las búsquedas de los familiares a través de la donación de herramientas periódicamente, combustible, alimentos, entre otras.
Finalmente, las búsquedas en campo se han realizado en predios de los cuales se han recuperado informaciones que dan indicios de posibles hallazgos, sin embargo, pese a la dedicación y ahínco con el que los familiares y personas solidarias han buscado esta semana, se ha avanzado en el marcaje de posibles lugares en donde se necesita pasar una retroexcavadora para cavar más profundo. Las familias continuarán buscando día tras días, en cualquier lugar y bajo cualquier condición, porque les mueve el dolor pero sobre todo el amor y eso, las distingue de cualquiera.
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