14 abril, 2024
El informe El negocio de la adicción: Análisis sobre la cadena de suministro de los productos de tabaco calentado IQOS, elaborado por PODER, detalla las afectaciones medioambientales y sociales que provocan los productos de tabaco calentado, así como las empresas que los comercializan
Texto: Alejandro Ruiz
Ilustración: Poder Latam
CIUDAD DE MÉXICO. – En 2022 24.9 millones de personas en el mundo eran usuarias de IQOS, la «alternativa» desarrollada por la tabacalera Phillip Morris para sustituir el consumo de tabaco por combustión a nivel global. Ese mismo año, las ganancias de la empresa rebasaron los 10 mil millones de dólares, un aumento de casi el 100 por ciento de las que reportaron en 2019.
¿Qué acarrean consigo estas ganancias millonarias? ¿Cómo es que esta empresa logró asentarse en el mercado con personas jóvenes como un amplio sector de sus consumidores? El negocio de la adicción: Análisis sobre la cadena de suministro de los productos de tabaco calentado IQOS, el nuevo informe de la organización PODER, apuntala algunas respuestas.
Phillip Morris es una de las empresas más grandes a nivel global. En su catálogo, además de los IQOS, se encuentran marcas como Marlboro, L&M, Chesterfield y Parliament, entre otras. En 2022 reportó ingresos por 31 mil 700 millones de dólares.
La tabacalera tiene cerca de 240 subsidiarias en 80 países (incluído México). Los países donde tiene mayor presencia a tavés de subsidiarias son Estados Unidos, Suiza, Reino Unido, Suecia y Países Bajos.
Su presidente ejecutivo es André Calantzopoulos, quien además posee el mayor número de acciones en la empresa, aunque no es quien controla la mayoría, pues el 80 por ciento de las acciones los controlan fondos de inversión concentrados en tres actores: The Vanguard Group, BlackRock, Inc. y Capital Group Companies, Inc, quienes controlan el 28 por ciento de las acciones.
En México, el director general de su subsidiaria es Manuel Chinchilla, quien ha promovido desde 2019 la campaña Futuro Sin Humo, para promover el uso de IQOS. La campaña ha sido ejecutada por celebridades e influencers, como en el caso de la comida chatarra.
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El Estado mexicano ha impulsado una campaña para prohibir el uso de «vapeadores» (incluidos los IQOS) por los daños a la salud que provocan, particularmente en las personas jóvenes. En 2022, el gobierno promulgó la ley que regula los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina y los Sistemas Similares sin Nicotina, prohibiendo «los cigarrillos electrónicos y dispositivos vaporizadores con usos similares, así como las soluciones y mezclas utilizadas en dichos sistemas».
Antes, en 2021 el Senado de la República reformó la Ley General para el Control de Tabaco, donde estableció ambientes 100 por ciento libres de humo de tabaco y la prohibición total de la publicidad, promoción y patrocinio de productos de tabaco. Y en 2020 ya se habían agravado los impuestos contra las tabacaleras.
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A partir de ese momento, las tabacaleras y las empresas distribuidoras de sus productos, promovieron una batalla legal para revertir las reformas y nuevas políticas de salud. Una de estas empresas fue Sanborns, propiedad de Grupo Carso, quienes ganaron un amparo para continuar vendiendo prouctos de tabaco calentado y otras marcas de cigarrillos o tabaco para liar.
El estudio resalta que, actualmente, «las tiendas Sanborns son uno de los lugares en los que se encuentran disponibles estos dispositivos para su venta al público. Sin embargo, no son los únicos espacios en los que los Productos de Tabaco Calentado (o PTC) como IQOS son distribuidos. Otra de las estrategias utilizadas por sus distribuidores es la organización de eventos exclusivos, en bares o restaurantes, que son convocados por personalidades reconocidas, en los que se promocionan y venden esos productos».
De acuerdo con la investigación de PODER, la empresa productora de IQOS asegura que «uno de los principales beneficios que destaca el producto, es que debido a la ausencia de combustión, los niveles de sustancias nocivas y potencialmente nocivas se reducen significativamente en comparación con el humo de cigarro».
Los creadores de la enfermedad, ahora venden el remedio.
Pero eso, apuntan, es publicidad engañosa, pues los riesgos de enfermad y muerte por su consumo no se han descartado, como especifica una resolución de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) en 2022.
«Todavía existe incertidumbre sobre los efectos nocivos de los PTC en la salud. Incluso la resolución de la FDA reconoce que la empresa deberá mantener la supervisión y desarrollar estudios posteriores a fin de determinar si el riesgo modificado continua siendo apropiado, incluyendo la evaluación sobre el incremento potencial en el uso por parte de personas jóvenes».
Pero, además de esto, la investigación de PODER añade otros daños «colaterales» provocados por IQOS.
Algunos de ellos son los graves daños ambientales provocados por el cultivo de tabaco, así como los daños sociales asociados a la extracción de minerales para construir la tecnología de los productos de tabaco calentado.
De acuerdo con la investigación de PODER, Phillip Morris compra el tabaco que usan para los cigarrillos y Productos de Tabaco Calentado a vendedores independientes. En 2022, según un análisis de la cadena de suministro en la investigación, los agricultores que tenían convenios con la tabacalera eran de Argentina, Brasil, Italia, Pakistán y Polonia. Todos ellos, a través de la compra directa, aportaron el 16 por ciento de los requerimientos de hoja de tabaco globales.
De acuerdo con PODER, la industria del tabaco es una de las principales promotoras (dircta o inderectamente a través de la compra) del monocultivo. Estudios han comprobado que, como la caña de azúcar, el aguacate u otras materias primas de gran demanda, su cultivo conlleva el riesgo de la deforestación y las afectaciones al suelo. Además, para los procesos de secado y procesamiento para convertirlo en cigarrillo, se utilizan grandes cantidades de aguas, químicos y pesticidas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada año se utilizan al menos 4 millones de hectáreas en todo el mundo para el cultivo del tabaco. En México existe una campaña gubernamental para promover otros usos de la tierra que no sean la siembra del tabaco, utilizando los programas sociales vigentes como Sembrando Vida enfocados hacia la reconversión productiva de la tierra, pues, según el gobierno federal, el cultivo de tabaco es uno de los factores que propician la crisis alimentaria en el país.
De acuerdo con la investigación de PODER, para que los productos de tabaco calentado puedan funcionar, particularmente los elaborados por Phillip Morris, se usan dos sistemas: Heat Control Technology y Smartcore Induction System. Estos sistemas, explica el estudio, funcionan a través de mecanismos artificiales y placas metálicas que propician el calor.
«El primero funciona a través de una lámina o resistencia que entra en las unidades de tabaco al momento que son insertadas en los calentadores, mientras que el segundo sistema de calentado utiliza una resistencia que funciona a través de inducción. En el segundo caso, la lámina de metal que permite que el tabaco se caliente de adentro hacia afuera y viene contenida en cada unidad de tabaco», explcia el estudio.
En ambos casos, explica el estudio, «existen fuertes cuestionamientos sobre la toxicidad que puede generar el mecanismo en la salud de las personas que los consumen. Ambos dispositivos se componen de tres elementos: calentador, cargador y unidades de tabaco».
Los cuestionamientos devienen de las materias primas para elaborarlos, entre los minerales involucrados en la elaboración de los IQOS se encuentran: germanio, boro, galio, arsénico, oro, platino, tungsteno y platino.
«La cadena de suministro de los dispositivos IQOS depende en buena medida de la industria extractiva como son minerales metálicos y no metálicos, algunos de ellos considerados como minerales críticos; es decir, aquellos que son esenciales para la transición energética y su impacto en el desarrollo de los países».
El uso de IQOS depende de un proceso de calentamiento «artificial» que no es originado por el fuego, sino por baterías recargables, es decir de litio.
Actualmente los países con mayor cantidad de reservas de litio en el mundo son: Australia, China, Chile, Brasil, Argentina, Bolivia, Zimbawe y Portugal, concentrando el 65 por ciento de los recursos mundiales de litio en Argentina, Bolivia y Chile.
Al final, el estudio concluye:
«Los impactos que genera el modelo de acumulación capitalista-extractivista en el que se basan estos dispositivos electrónicos, tienen efectos más profundos en las personas que viven en contextos históricamente discriminados como los pueblos y comunidades indígenas, las mujeres y las niñas, las personas en situación de pobreza y migrantes, que viven y se ubican en países de ingresos medios y bajos».
«Por otra parte, los mercados más importantes de consumo de los PTC se encuentran en países de ingresos medios y altos; una relación que devela el profundo espíritu colonialista en torno al negocio de los dispositivos electrónicos de tabaco. En tanto que existen una gran cantidad de dispositivos electrónicos destinados a satisfacer necesidades específicas, los dispositivos de tabaco calentado están destinados a encontrar nuevas y más innovadoras formas de perpetuar las ganancias de la adicción».
Para leer el estudio completo puedes hacerlo en el siguiente enlace.
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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