A todos nos beneficiaría que el Estado mexicano renunciara a proyectos inmobiliarios como el Tren Maya y apoyara a las comunidades en esa nueva ruta de salida de la pobreza, pero, ¿por qué habríamos de creerles al presidente y a la secretaria de Gobernación?
Las disculpas a los mayas y las esperanzas de un ingenuo
