Los jornaleros mueren por enfermedades curables, en accidentes carreteros y en campos agrícolas. Sufren la discriminación toda su vida. Desde el vientre materno las infancias padecen secuelas de trabajos forzados de sus madres desnutridas. Pese al llamado de “primero los pobres” los 8.5 millones de población jornalera continúa en la pobreza extrema
Los olvidados de la 4T












