Los dos programas que buscan llevar la cultura a los barrios están siendo usados por el gobierno de la Ciudad de México como una reserva de personal para emergencias, como en la vacunación anticovid o el cierre de la Línea 1 del Metro. Quienes trabajan en los Pilares y en los Faros Culturales, con derechos sus laborales diluidos, acusan violencia institucional
«Somos los primeros en ser violentados»: talleristas y promotores culturales en CDMX
