Los esfuerzos por prohibir el glifosato han dado un respiro a los insectos. Sin embargo, el glifosato es apenas uno de los múltiples pesticidas que se usan, y la mayoría son muy dañinos para las abejas. Si no se emprenden con urgencia políticas públicas para transitar hacia una agricultura regenerativa y para dejar en el pasado la agricultura industrial, lo del glifosato no habrá servido de nada
El futuro depende de las abejas












