31 agosto, 2020
María Luisa Albores conoce bien el país, tiene mucho que aportar con su experiencia en la gestión pública y sobre el terreno, para darle fuerza a la dimensión ambiental de este gobierno, aun sin las condiciones ideales para tener grandes logros
Twitter: @eugeniofv
Este lunes se anunció al interior del gobierno federal el tercer relevo en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en lo que va del sexenio. Está pendiente el anuncio oficial, pero en lugar de Víctor M. Toledo llegará la hasta ahora secretaria de Bienestar, María Luisa Albores, y eso es una estupenda noticia para el sector ambiental, aunque el sector social se quede sin una figura muy importante. Albores siempre ha tenido los pies en la tierra, sobre el terreno. Esperemos que logre imponer su sello a una secretaría que ha quedado o perdida en las nubes, o sumida en la inoperancia, o resguardada tras las ventanillas.
La salida de Toledo se produce en el marco de su enfrentamiento con el Consejo Nacional Agropecuario; con el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos, y con el jefe de la oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, por la embestida emprendida por Semarnat en contra del glifosato, un pesticida que acaba con todo salvo con ciertas especies genéticamente modificadas para resistirlo. Hace algunas semanas se filtró un audio en el que se oía a Toledo despotricar contras sus adversarios en ese conflicto, denunciando que el gabinete federal está lleno de contradicciones, y desde entonces se hablaba de que su salida era inminente.
Sea como castigo por sus calificativos contra el gobierno de López Obrador en esa grabación, o por “motivos de salud”, como se ha dicho (y no son pocos los que afirman que la salud de Toledo se deterioró enormemente por las tensiones que le provocó el enfrentamiento con la agroindustria y sus partidarios en el gabinete), el caso es que la batalla le costó el cargo.
Toledo se va de Semarnat con un legado, por decir lo menos, contradictorio. No se puede menos que aplaudir su firmeza y decisión en la guerra contra el glifosato y en defensa de la agroecología. En cambio, será difícil que su legado ideológico y académico no quede manchado por sus descalificaciones a quienes se oponen al Tren Maya y al Ferrocarril Transístmico. De igual manera, quedará sobre su recuerdo la mancha de haber afirmado que solo una sociedad civil fuerte puede detener la degradación ambiental, justo cuando se publicaba un reporte que documentaba que en México solamente en 2019 murieron 18 personas asesinadas por su defensa de los recursos naturales y que el gobierno no había hecho nada por apoyarlas. Haber declarado eso fue, por lo menos, insensible.
Al relevo llega María Luisa Albores, que de su valiosa experiencia liderando proyectos agroecológicos y de defensa del territorio en la Sierra Norte de Puebla saltó a la política cerca de Andrés Manuel López Obrador. En 2018 llegó a la Secretaría de Bienestar, donde ha liderado un esfuerzo interesante de cambio de la relación con la sociedad civil y de replanteamiento de muchos de los programas de desarrollo social. Albores conoce bien el país, tiene experiencia en la gestión pública y sobre el terreno -y no solamente en la academia- y tiene mucho que aportar para darle fuerza a la dimensión ambiental de este gobierno.
El reto que enfrenta no es sencillo. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador heredó una Semarnat enconchada detrás de las ventanillas, sin manos ni pies sobre el terreno. Sus organismos descentralizados y desconcentrados están muy debilitados, y para colmo de males los recientes recortes presupuestales se han cebado con ella.
Albores deberá encontrar la forma de aprovechar las atribuciones que sí tiene Semarnat y que no requieren de un presupuesto grande -los instrumentos normativos, por ejemplo- para potenciar el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales y castigar la depredación ambiental, la contaminación de aires y aguas y la destrucción del planeta en términos generales.
No son condiciones ideales para tener grandes logros, pero tener al frente de Semarnat a alguien con la capacidad de operación y gestión de María Luisa Albores, con su conocimiento y compromiso con el país y con los defensores de los recursos, y la experiencia acumulada en su carrera, dan para tener muchas esperanzas.
Consultor ambiental en el Centro de Especialistas y Gestión Ambiental.
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