Tenemos al alcance miles de imágenes del mundo. A través de la herramienta de Google Street View se ha logrado descifrar crímenes por las imágenes que sus cámaras logran captar. ¿Vamos a ignorar todas esas historias?
Hay historias del día a día tan impresionantes que cuando las escuchas es inevitable sentir un hueco en el estómago. Te dejan alucinando por días. Eso me pasó cuando escuché a Mayra Martell narrar la historia de su trabajo y cómo sirvió de prueba en un juicio contra feminicidas en Ciudad Juárez.
Mayra Martell documentó la desaparición. Primero la de la ciudad, luego la de las mujeres. Comenzó con las calles e hizo tres libros. Uno sobre el espacio en los años cincuentas, otro sobre Juárez en 2011 y uno más de la ciudad en Google Maps utilizando Google Street View.
Durante la documentación identificó una constante: las mujeres desaparecidas. Decidió buscar respuestas. Se acercó a las mamás que buscaban a sus hijas. Quería responder “¿qué pasó con ellas?, ¿quiénes eran?”. Así comenzó un trabajo que le cambió la vida.
La primera vez que vi sus fotografías fue hace unos años. Me dolieron. En su serie “Ensayo de la identidad” Martell cuenta la ausencia de las mujeres con fotografías de cuartos vacíos, tal cual los dejaron antes de desaparecer. Este noviembre dio una conferencia en el Centro de la Imagen, nos relató cómo fue contando las historias, sus procesos y dolores. Y desde entonces yo no puedo dejar de pensar en la historia del “Club Verde”.
El Club Verde es un ejemplo de cómo Google Street View es un testigo involuntario del mundo y lo que puede significar aprender a mirar en su registro. Escuchar la historia que conecta el registro de Google, el trabajo fotográfico de Mayra Martell y la búsqueda de justicia, me dejó un hueco en el estómago, muchos pensamientos y emociones.
En el número 933 de la calle Dr. Mariano Samaniego en Ciudad Juárez, hoy quedan los restos de un “hotel-bar” que por años funcionó como fachada. Dentro mantenían secuestradas a varias de las mujeres que desaparecieron de la zona centro de la ciudad. Eran prostituídas, obligadas a vender droga, todo delante de los ojos de la gente.
Mayra Martell reconoce a Mónica Delgado sentada en un sillón frente al hotel, uno de los casos de desaparición que documentó.
Cuando las mujeres ya no querían trabajar o se enfermaron, los feminicidas que mantenían este lugar las asesinaron. Esta historia nos la contó Martell en su conferencia y a mi el corazón se me hizo chiquito con las imágenes que nos mostró después, caputuradas por Google Street View, encontradas por la fotógrafa mexicana.
El lugar lo catearon después de muchos años de operación cuando encontraron los cuerpos de 21 de sus víctimas en el Arroyo de Navajo. Entre ellas Mónica Delgado, María Guadalupe Pérez e Idaly Juache, desaparecidas entre 2009 y 2010. Desde ese espacio operaron los feminicidas en la impunidad.
Cuando Mayra Martell trabajó con Google Street View para documentar la ciudad, una de las capturas que tomó fue la de este hotel. En ella se alcanza a ver a uno de los secuestradores y también a las mujeres. Era 2009 y las cámaras de Google capturaron el crimen.
En 2007 Google lanzó su herramienta de “Street View”. Una cámara recorrería constantemente las calles del mundo con la intención de hacer mapas más exactos. Desde entonces ha logrado mapear casi todo el mundo, en distintos tiempos lo que ocasionó que diversas polémicas y proyectos surgieron de la herramienta.
Mayra Martell no es la única que ha utilizado Google Street View para capturar imágenes que impresionan. Uno de estos proyectos es 9eyes del artista Jon Rafman. El canadiense cuenta que le gusta mucho explorar la web. Decidió darse una vuelta por el Google Street View y le fascinó cómo ahí se rompen las apariencias de las redes sociales, puedes ver personas siendo personas en Internet. Así que decidió capturar esos momentos y hacer un proyecto interminable al que le suma imágenes de vez en cuando.
Y es que nunca se sabe qué puede capturar la cámara de Google. ¿Se puede hacer fotografía utilizando el Google Street View? Definitivamente. Una muy inusual. Quizá no tengan la mejor calidad pero al brindarnos imágenes en 360°, la herramienta te permite jugar y lograr una buena composición fotográfica a la que después puedes o no darle un retoque. Así surgieron proyectos visualmente hermosos como “Street View Portraits” de Jacqui Kenny.
Google captura escenas que pueden ser impresionantes sobre la vida pero entre todo lo que capturar nuestro ojo tiene que ser el mira en lugar de ver y le da sentido con investigación y la búsqueda de una buena composición.
El viaje por distintas temporalidades es otra herramienta que nos permite crear proyectos visuales. Este año en Pie de Página se publicó un trabajo de Duilio Rodríguez donde documentó el vació que dejó la violencia en ciudades fronterizas de Tamaulipas.
A estas imágenes les sumó escenas del pasado que tomó de Google Street View, una comparación rompe corazones sobre una zona violenta y olvidada de nuestro país.
Esta práctica para algunas fotógrafas y fotógrafos puede o no ser fotografía. Proyectos que surgieron a partir de los registros visuales de Google, como “A New American Picture” de Doug Rickard, que fue nombrado por el MoMA como escuela de “la nueva fotografía” nos abren posibilidades en el quehacer fotográfico que además de interesantes, pueden ser muy entretenidas de realizar, pueden mostrar entornos sociales o destapar información que ayude en procesos de justicia como en el caso de Mayra Martell.
Podremos o no estar de acuerdo con esta práctica fotográfica. La cosa es que tenemos al alcance miles de imágenes del mundo con las que podemos contar inumerables historias, ¿las vamos a ignorar?
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