19 junio, 2024
La empresa de Ricardo Añorve de nuevo incumple con la Ley Federal del Trabajo, ahora reteniendo el pago de quincena a sus trabajadores, mientras continúa con prácticas racistas y clasistas, cuentan algunos meseros de forma anónima
Texto: Alejandro Ruiz
Foto: Archivo Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO. – Desde el viernes, los trabajadores de Sonora Grill en la Ciudad de México no cobran su salario. La empresa no les ha explicado por qué.
La denuncia, hecha por trabajadores que pidieron el anonimato por temor a represalias, retrata de cuerpo entero la impunidad con la que opera la cadena de restaurantes del empresario Ricardo Añorve.
«El tema que tenemos ahí en el Sonora, porque no sólo es en mi unidad, sino en todas las demás, es que desde la quincena no nos han depositado nuestro salario. El pago debió haber caído el día viernes, y hasta la fecha no nos han depositado, ni en cocina, barra o piso. Los muchachos ya están dejando de ir a trabajar por eso, y la carga de trabajo es más pesada», cuenta un trabajador entrevistado para este trabajo.
Y después, relata los abusos laborales cometidos en la cadena de restaurantes.
En 2022 una denuncia en redes sociales evidenció actitudes clasistas y racistas por parte de la gerencia de Sonora Grill, quienes sentaban a los clientes de piel blanca en mesas exclusivas y visibles; mientras que a los de piel morena los mandaban a zonas ocultas.
La denuncia fue en el Sonora Grill de Polanco, una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de México. Un año después, el gobierno de la capital, en ese entonces presidido por Claudia Sheinbaum, anunció que demandarían a la cadena de restaurantes por racismo, discriminación y fraude.
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La denuncia parece haber quedado en el olvido, pero las prácticas racistas y clasistas no, e inclusive, se extienden hacia su personal.
Un trabajador cuenta cómo opera esto:
«Todo eso que se dice, de que Sonora Grill es racista y clasista, sí es verdad. Yo trabajé con Ricardo Añorve y con Juan Moreira (gerente, socio y director de la marca). Son unas personas pésimas. Te discriminan si estás moreno, o si estás llenito. Te dicen gordo y prieto. Eso es un tema fuerte, porque además, si los denuncias o los expones, no les pasa nada. Una vez, por ejemplo, salieron unos audios con la voz de Añorve, donde se escuchaba cómo le hablaba a su gerente, como se expresaba de los trabajadores y clientes, y de todos modos nunca le ha pasado nada a ese güey».
Además de estas prácticas, los trabajadores que brindan su testimonio aseguran que tienen que cumplir con una cuota de tener cuentas de mil 500 pesos por persona. Si no cumplen con la cuota los castigan con turnos de apertura, lo que merma sus propinas, que de todos modos, tienen que entregar a la gerencia.
Pese a esto, ninguna autoridad laboral ha ido a inspeccionar a esta cadena de restaurantes. Los trabajadores tampoco han denunciado, en muchos casos, por miedo, o porque desde el área de Recursos Humanos los desaniman.
Aquí otro testimonio:
«El ambiente de trabajo sí es pesado. La verdad uno está ahí por necesidad, no por gusto. A veces hemos tenido buenos gerentes, pero casi siempre no. Por ejemplo, en el Sonora donde yo trabajo, el gerente que tenemos ahorita es pésimo. Si le pides algún permiso, te lo niega. Si llegas tarde te castigan quitándote las propinas, lo cual es ilegal. Y también, semanalmente, hay que dar una cuota de 150 pesos de nuestras propinas para pagar cristalería. Cualquier falla te la cobran. Hemos denunciado esto a recursos humanos, pero no hacen nada, los protegen».
Además de esto, los trabajadores entrevistados aseguran que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social no ha hecho ninguna inspección en el establecimiento. Todo, aunque las denuncias han llegado, inclusive, hasta la Cámara de Diputados.
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Si los trabajadores decidieron hablar en esta ocasión es porque no es la primera vez que les retienen sus quincenas. De hecho, cuentan, es una práctica recurrente.
Esto, además de ser ilegal, también atenta contra su vida y la de sus familias, pues los meseros, trabajadores de piso y lavalozas ganan, en promedio, dos salarios mínimos, mismos que, de acuerdo al Coneval, no son suficientes para subsistir en México.
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El caso de un trabajador entrevistado para este trabajo da cuenta de la impotencia de no tener su salario a tiempo:
«De mi dependen tres personas, y una más en camino. Soy el único ingreso en mi familia. De verdad, no estamos aquí por gusto, sino porque no hay de otra. Vivimos endeudados, y uno espera la quincena para hacer pagos, y pues si tú no pagas generas réditos, y esos no te los va a dar la empresa ¿verdad?».
Y concluye:
«Mucha gente no dice las cosas porque tiene miedo, y pues claro, está en juego tu trabajo. Pero siento que esto que te digo también es algo que piensan varios, al menos en mi unidad. Estamos inconformes. Yo realmente sí lo estoy. Aunque tengo miedo a perder mi trabajo porque se den cuenta que soy yo, me animo a alzar la voz; uno, porque no es justo; y dos, porque pues no es como que toda la vida vayas a estar ahí, aunque te hagan creer que sí».
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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