8 abril, 2024
Estudiantes, profesores y trabajadores del IPN le entregaron a Claudia Sheinbaum una ruta mínima para democratizar al Politécnico Nacional en caso de que gane la elección. Entre sus demandas está acabar con el autoritarismo, representado en la figura de su actual director: Arturo Reyes Sandoval, desaprobado por más de 6 mil 228 estudiantes, trabajadores y académicos
Texto: Alejandro Ruiz
Foto: Especial
CIUDAD DE MÉXICO. – Mientras la candidata presidencial del oficialismo, Claudia Sheinbaum, se reunía con dirigentes del SNTE y del Politécnico Nacional en un auditorio del IPN, afuera, un grupo de estudiantes, trabajadores y académicos de la institución protestaba para entregarle una carta.
La protesta ocurrió durante un Encuentro con la comunidad politécnica, donde la aspirante a la presidencia presentó su proyecto de gobierno ante autoridades, estudiantes, académicos y trabajadores del IPN. El evento también contó con la participación de la candidata de Morena a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada.
En su discurso, Sheinbaum le habló a la juventud, principalmente, motivándolos a continuar con sus estudios y prometiendo becas, oferta laboral y la gratuidad total de la educación pública. También, narró su trayectoria en las luchas estudiantiles de la UNAM en los 80, y las de sus padres en el 68.
Antes de sus promesas, la candidata presidencial recitó dos versos de una canción de Violeta Parra, mientras repasaba, generalmente, la historia del Politécnico, deteniéndose un momento en su relevancia en el moviiento estudiantil de 1968. Luego, explicó:
«Hablo de estas dos estrofas; una, porque la primera habla del autoritarismo y cómo las y los estudiantes enfrentaron ese autoritarismo; y la otra, porque habla de que los estudiantes nunca deben olvidar a los que se quedaron atrás, a la pobreza, y a todos aquellos que quizás no tuvieron el derecho a estudiar».
Horas antes de pronunciar estas palabras, en la explanada del Centro Cultural Jaime Torres Bodet, del Politécnico, un grupo de docentes, estudiantes y trabajadores se abrieron paso para protestar entre una multitud que coreaba el nombre de Claudia Sheinbaum. Le dijeron: «Bienvenida al Instituto Politécnico Nacional».
Las luchas por la democracia al interior del Politécnico no son nuevas. Inclusive, han sido protagonistas de arduas peleas contra los gobiernos del pasado, y también del presente.
En la memoria colectiva (aunque no en la historia oficial del Politécnico) anidan algunos de los momentos clave para entender estos procesos. Por ejemplo, en 1942 la comunidad politécnica, a travñes de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos, defendió el proyecto cardenista de la educación socialista ante la escuela productivista de Manuel Ávila Camacho. En 1956, la huelga de la Federación estalla en el Politécnico en medio de un clima industrializador y desarrollista impulsado por Miguel Alemán y su tecnocracia.
La gota que derramó el vaso fue, curiosamente, la exigencia de destitución del en ese entonces director del Politécnico, Rodolfo Hernández Corzo.
La historia se repitió en 1968, donde la comunidad politécnica fue fundamental para el movimiento estudiantil en su conjunto que derivó en la matanza de Tlatelolco. Lo mismo, las luchas de los 80 y los 90 que denunciaron la presencia de porros y grupos de choque al servicio del régimen que nunca dejó de perseguir a la disidencia politécnica.
Ahora, no son pocos los ejemplos de las últimas luchas de la comunidad politécnica en defensa de la educación pública. El último episodio de estas peleas ocurre, justamente, a finales del año pasado, con una consulta donde 6 mil 228 integrantes de la comunidad del Instituto Politécnico Nacional quieren que se cambie al actual director, Arturo Reyes Sandoval, ratificado por el presidente López Obrador en noviembre de 2023.
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Por eso, en la carta que los estudiantes, trabajadores y académicos entregaron a Claudia Sheinbaum resaltan esto:
«Ahora (luchamos) contra la imposición y el autoritarismo, que aún prevalece. Realizamos un sondeo, estadísticamente representativo en el 55 % de las escuelas y centros del IPN, que muestra que el 96 % de los politécnicos exige que la comunidad politécnica sea tomada en cuenta para las decisiones estratégicas, como es el nombramiento de las autoridades y funcionarios».
La carta, además de expresar el descontento con la dirección de Reyes Sandoval y su secretario de administración, Javier Tapia Santoyo (quien desde el 2020 tiene una carpeta de investigación activa en la Fiscalía General de la República por posibles actos de corrupción y enriquecimiento ilícito), también hace énfasis en que hay temas pendientes con toda la comunidad politécnica: la democratización y reivindicación del Politécnico, pero también problemáticas laborales y estudiantiles inconclusas.
Por ejemplo, la comunidad exige un aumento sustancial al presupuesto asignado al IPN, y la implementación de mecanismos de transparencia. La mejora y mantenimiento de laboratorios, salones, edificios e infraestructura e instalaciones. Becas y subsidios en las cafeterías, así como la recuperación de las plazas de base y la plantilla laboral, la defensa del contrato colectivo de trabajo y la reivindicación del personal de apoyo en la educación pública.
Además, añaden, el cese de la represión contra la protesta legítima e integrantes de la comunidad que venden productos al interior de su escuela, atención a la violencia de género y el acoso sexual contra las mujeres, y el fin de prácticas autoritarias que no toman a la comunidad en cuenta.
Y concluyen:
«La opinión de la comunidad debe ser tomada en cuenta para las decisiones trascendentales, como son el nombramiento de las autoridades, desde el director general, hasta los directores y subdirectores de las escuelas y unidades. Además, se deben democratizar la toma de decisiones dentro del instituto, implementando mecanismo de consulta permanentemente a la comunidad».
Sobre esto, Claudia Sheinbaum no habló, aunque enfrente tenía a algunos de los acusados en la carta que le entregaron antes de ingresar al auditorio. Reyes Sandoval la elogió, y el secretario general del SNTE, Alfonso Cepeda, recibió un caluroso saludo.
El auditorio, lleno de estudiantes jóvenes y viejos maestros del SNTE, no la cuestionó. A cada tanto gritaban el famoso «¡Huélum!», seguido de porras. Parecía que, al espíritu crítico que tanto presumen sus directivos, no lo dejaron entrar.
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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