El 5 de junio no fue la campanada que esperaba la oposición para frenar a Morena. Todo lo contrario: PRI, PAN y PRD siguen perdiendo presencia territorial y viabilidad rumbo a 2024
Twitter: @chamanesco
La alianza Va por México sigue sin consolidarse como alternativa. En las elecciones de ayer, la unión entre PAN, PRI y PRD no fue suficiente para detener el avance territorial de Morena y el lopezobradorismo.
De las seis gubernaturas que se eligieron este 5 de junio, la coalición PAN-PRI-PRD se llevó dos: Aguascalientes, con una candidata panista, y Durango, con un candidato priista.
Pero el PAN perdió dos estados que gobernaba: Quintana Roo y Tamaulipas, por lo que se quedará sólo con cinco palacios de gobierno: Chihuahua, Guanajuato, Querétaro y Yucatán, además de Aguascalientes.
El PRI perdió dos en donde era gobierno: Hidalgo y Oaxaca y, una vez que tomen posesión los nuevos gobernadores, el tricolor sólo gobernará en tres estados, Coahuila y Estado de México, que irán a elecciones en 2023, y Durango.
Morena, en cambio, ganó cuatro estados que no gobernaba: Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, por lo que el lopezobradorismo cerrará el año gobernando 22 de los 32 estados.
Esto coloca al partido en el gobierno en una envidiable plataforma rumbo a las elecciones presidenciales de 2024, y mete en aprietos a la alianza Va por México, que desde 2020 ha intentado infructuosamente crear una alternativa electoral frente al lopezobradorismo.
Puede ser que sus simpatizantes y votantes los siguen viendo como el agua y el aceite, puede que aún no superen el tsunami del 2018 o puede que el desprestigio tras décadas de gobiernos aún siga pesando en el humor del electorado.
Lo cierto es que la alianza entre los tres partidos tradicionales no ha sido efectiva para ganar gubernaturas, ni se ha convertido en una opción atractiva para la ciudadanía.
En 2021, los tres partidos fueron aliados en Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. Y sus candidatos perdieron en los 11 estados.
Además, PRI y PRD se aliaron en Guerrero, y también perdieron.
De hecho, los únicos dos estados que ganaron estos partidos en 2021 no fueron con la alianza completa: Querétaro ganó el PAN solo, y en Chihuahua la gobernadora Maru Campos fue postulada por el PAN y el PRD.
En ese año, la alianza fue efectiva para arrebatarle a Morena su hegemonía en la Ciudad de México, y para impedir que la 4T se hiciera de nuevo con la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
No son triunfos menores, pero de nada sirvieron para que, en este 2022, la mayor parte de la ciudadanía percibiera que la oposición unida es mejor opción que el lopezobradrismo.
Los números de ayer son contundentes.
En tres estados donde ganaron los candidatos de Morena las diferencias de votación son apabullantes, según los Conteos Rápidos dados a conocer por las autoridades electorales.
Julio Menchaca (Morena-PT) triunfó en Hidalgo con una votación que se ubicará entre el 60 y el 63 por ciento. Su rival Carolina Viggiano (PRI-PAN-PRD) alcanzará entre 30 y 32.7 por ciento. Es decir, Morena ganó dos a uno este estado que el PRI nunca había perdido.
Salomón Jara ganó Oaxaca para la coalición Morena-PT-PVEM-PUP con una votación de entre 58 y 61 por ciento. Mientras que Alejandro Avilés (PRI-PRD) alcanzará entre el 24.3 y el 27.2 por ciento. Morena ganó con más del doble de los votos.
En Quintana Roo, la votación de Mara Lezama (Morena-PT-PVEM) se ubica entre 55.3 y 58.2 por ciento; mientras que la aliancista Laura Fernández (PAN-PRD) obtuvo entre 15.1 y 17.1 por ciento. Casi tres a uno.
Sólo en Tamaulipas la diferencia que le da el triunfo a Morena es menor a 10 puntos porcentuales. Américo Villarreal (Morena-PT-PVEM) alcanzó entre 49.5 y 52.7 por ciento, y el candidato César Verástegui (PAN-PRI-PRD) alcanzó entre 41.7 y 44.8 por ciento.
La alianza Va por México ganó Aguascalientes y Durango con diferencias igualmente claras, que no deberían dar lugar a mayores reclamos por parte de la dirigencia de Morena.
El priista Esteban Villegas ganó Durango con una votación que fluctuará entre el 52.2 y el 55.2 por ciento, y la morenista Marina Vitela finalmente obtuvo entre 37.8 y 40.9 por ciento.
En Aguascalientes, Teresa Jiménez (PAN-PRI-PRD) obtendrá entre el 51.5 y el 54.9 por ciento, mientras que la morenista Nora Ruvalcaba se ubicará entre un 32.7 y un 35.3 por ciento.
Con los comicios de ayer, el mapa electoral se ha reconfigurado y, a dos años del 2024, las cosas se siguen acomodando a favor del partido del presidente.
Seguramente, en los cuarteles de la alianza Va por México deberá repensarse la estrategia; valorarse las candidaturas, las campañas y las propuestas que lanzaron en este 2022, y sopesar el impacto de asuntos como los audios de “Alito” en la imagen general de la alianza.
Apenas ayer, panistas, priistas y perredistas aseguraban que, independientemente del resultado, deben seguir unidos hasta el 2024, pues es la única manera de competir con la maquinaria morenista.
No tienen otra opción más que seguir unidos, afirman. La pregunta es cómo resultar atractivos a la ciudadanía con un discurso que vaya más allá de la crítica a Andrés Manuel López Obrador.
La alianza usará el argumento de la injerencia del crimen organizado, como pretexto para justificar sus derrotas, pero debería valorar si vale la pena seguir profundizando esa narrativa sin presentar pruebas concretas de sus acusaciones.
Con las diferencias de votación registradas en la jornada de ayer, no debería haber cabida para la descalificación de los comicios en términos de organización, ni para el conflicto postelectoral.
Sin embargo, ya se anuncian las impugnaciones.
En los primeros minutos después del cierre de casillas, Mario Delgado, dirigente de Morena, y sus aliados salieron a cantar cinco triunfos, acusando que si perdieron Aguascalientes fue porque el gobierno estatal perpetró “una elección de estado”.
Del lado de la alianza, el panista Marko Cortés, el priista Alejandro Moreno y el perredista Jesús Zambrano aseguraron tener tres gubernaturas en la bolsa, y desde ayer acusaron al gobierno federal de ayudar a los candidatos oficialistas.
Los Conteos Rápidos del INE, dados a conocer por los seis institutos electorales de los estados, muy pronto acabaron con las especulaciones de morenistas y aliancistas, con datos que anuncian victorias contundentes en los seis casos.
Ni morenistas ni aliancistas tendrían razones reales para descalificar el triunfo de sus rivales.
Hablar de fraudes sería absurdo, a menos de que también se quiera descalificar los procesos en los que ganaron.
Periodista desde 1993. Estudió Comunicación en la UNAM y Periodismo en el Máster de El País. Trabajó en Reforma 25 años como reportero y editor de Enfoque y Revista R. Es maestro en la UNAM y la Ibero. Iba a fundar una banda de rock progresivo, pero el periodismo y la política se interpusieron en el camino. Analista político. Subdirector de información en el medio Animal Político.
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