Italia, el país con más víctimas mortales por covid-19 en Europa, busca rescatar los nombres y las historias personales de una generación que en estos días se han ido perdiendo dentro la emergencia
Texto: Cynthia Rodríguez
Fotos: Marzio Tonolio
MILÁN, ITALIA.- Tres días después de que en el norte de Italia se declarara la emergencia sanitaria por coronavirus, entre los muchos eventos que se suspendieron fueron bautizos, bodas y funerales. El objetivo era evitar las conglomeraciones. Y que éstas a su vez favorecieran los contagios que en regiones como Lombardía, Véneto, Emilia Romagna, Piemonte y Friuli Venezia Giulia se estaban multiplicando a una velocidad impresionante.
Así, desde el 24 de febrero, todas las ceremonias fueron suspendidas. Mientras, las imágenes de los féretros apilados en iglesias y funerarias sorprendían a todo un país que, de repente, ya no tenía lugares para poner a sus muertos.
En ciudades como Bérgamo, la entrada de militares al panteón para llevarse los féretros a otros cementerios golpeó duro a su población. Muchos ni siquiera habían podido despedir a sus familiares. Escenas que se repitieron en otras ciudades durante este periodo.
Otra imagen de esta crisis, las páginas y páginas con esquelas en los periódicos locales. En los últimos dos meses cada uno llenaba hasta 12 o 15 páginas con anuncios necrológicos.
La emergencia, sin embargo, y los altos números de víctimas (hasta ayer, al menos 24 mil 500 personas) han dejado un vacío entre la población, que ha visto morir toda una generación.
Por tal motivo, el Grupo editorial Gedi, que edita varios periódicos del país, entre ellos La Repubblica y La Stampa, así como estaciones de radio, puso en línea el sitio www.memorie.it. Para rescatar la memoria de quienes han muerto en los últimos dos meses a causa de covid-19.
“Con más de 700 vidas contadas en las páginas de los periódicos, sitios y redes sociales, esto es un primer paso. Porque ahora sirve la ayuda de todos para restituir los nombres y las historias a todos los números que nos han dado”.
La contribución de los lectores y de los ciudadanos, explican los creadores, puede ayudar en dos modos diferentes. El primero es de señalar y agregar un nombre al memorial de una persona querida. Así, compartir su historia de un familiar o un amigo.
El segundo modo será agregar un propio recuerdo de las personas que ya vayan encontrando en el memorial. Un texto o una fotografía, un detalle que falte, un pedazo de vida que nadie expresó en ese momento, una anécdota del pasado que pueda ser un momento de felicidad y que ahora parece congelado, pero que con el virus dejaron un hueco en la sociedad.
“Luciana Milani, 90 años. Muerta el 6 de abril del 2020. Originaria de Pernumia (Pordenone) y por más de 60 años residente en Battaglia Terme, ha dedicado su vida a la familia, a sus hijos y a sus nietos. Era costurera y vistió durante años a toda la familia. Esquiva, reservada pero siempre cuidada y elegante. A causa de una caída accidental en casa, se fracturó un fémur. Y tuvo que ser llevada al hospital donde contrajo el virus donde murió el 6 de abril”, escribe su nieta Elisa la pequeña biografía de su querida abuela.
Lo mismo para Antonio, militar en pensión; o el policía Elvio; Leonardo, apasionado de historia local; Massimiliano, mariscal de 53 años muerto en La Spezia; Giuseppe, el barbero de Brescia… Historias rescatadas por los propios familiares al resguardo de la memoria de las familias y de las ciudades.
Nombres, apellidos, edad, la ciudad de una vida, el trabajo, las familias, las pasiones. Los nombres de los números, las historias personales que en estos días se han ido perdiendo dentro la emergencia coronavirus.
“Se ha dicho que el coronavirus en Italia ha matado a una generación, porque es verdad, se ha llevado a tantos ancianos, la memoría de un país, pero no es sólo eso. Es la necesidad de un recuerdo que el mundo de la información debe cuidar al igual que las actualizaciones constantes”.
Las historias de los que van muriendo en estos días han ido tomando un espacio relevante en varios medios italianos porque al no poder celebrarse los funerales, mucha gente queda con mucho enojo y tristeza, por lo que este grupo decidió realizar un espacio para la memoria para reconocer a cada una de las personas queridas y convertirlo también en un espacio de luto colectivo y así, dar la oportunidad a todos de despedirse.
Periodista mexicana radicada en Italia, donde ha sido corresponsal para varios medios. Autora del libro Contacto en Italia. El pacto entre Los Zetas y la '
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