23 octubre, 2024
Al fin, las autoridades de Baja California inspeccionaron la fábrica de Prime Wheel en Tijuana, luego de que el trabajador Eduardo Ortíz muriera al interior de la planta. Antes, la desaparición de Servando Salazar abrió las interrogantes respecto a las irregularidades de la transnacional
Texto: Alejandro Ruiz
Foto: Cortesía
CIUDAD DE MÉXICO. – Eduardo Ortíz Franco murió aplastado por una prensa hidráulica al interior de la fábrica de Prime Wheel, en Tijuana, Baja California. Esta es la misma empresa en la que el 23 de agosto desapareció Servando Salazar.
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Tras la muerte de Eduardo, las autoridades de Baja California al fin acudieron a inspeccionar la planta. Esto, aunque desde hace meses organizaciones sindicales habían exigido a la Secretaría del Trabajo que examinara las denuncias de irregularidades que distintos trabajadores habían hecho de forma anónima.
De acuerdo con La Jornada Baja California, las autoridades de Tijuana ya examinan los permisos laborales de la empresa y evalúan posibles sanciones que, de acuerdo con la gobernadora, Marina del Pilar, pueden ir desde el cierre temporal o la clausura de la transnacional.
Actualmente se estima que Prime Wheel maquila 32 mil rines diarios, empleando a 5 mil trabajadores.
Eduardo Ortíz Franco realizaba el turno nocturno el lunes 21 de octubre. Mientras trabajaba, una prensa hidráulica le aplastó una parte del cráneo, acabando instantáneamente con su vida.
La noticia llegó a los familiares del obrero a través de redes sociales, la empresa, acusan, no les dijo nada. En cambio, siguió operando.
Despuñes de conocer la noticia, la familia de Eduardo, de 31, originario de Pachuca, Hidalgo, rápidamente llegó a la fábrica. Ahí, junto a funcionarios de la Fiscalía Regional de Tijuana, exigieron que la planta parara la producción y se investigara la muerte del obrero.
Pero el descontento aumentó.
Según un testimonio recuperado por La Jornada Baja California, la fábrica no quería mostrar las cámaras del momento del incidente. «Hablamos con el jefe de cámaras y nos dijo que él estaba comiendo”, dijo Carmen Morales, expareja de Eduardo.
Su tío, Jorge Franco, aumentó la declaración. En entrevista, dijo que la fábrica no quiere entrar un reporte de cómo fueron los hechos del incidente. El informe es crucial, pues la primera versión de la Fiscalía es que Eduardo murió en un accidente, pero las denuncias que han surgido tras la desaparición de otro trabajador el 23 de agosto, alimentan sospechas.
«Lamento que la empresa Prime Wheel no proporcione seguridad a sus trabajadores», dijo el tío de Eduardo, que además exige que la fábrica indemnice correctamente a su familia, entre quienes está un hijo menor de edad.
«La verdad, lo único que quiero es que se haga justicia para que deje de laborar esa empresa. No es el primero ni el segundo muerto; ya son varios. Quiero que la gente se una a nosotros para que la cierren, porque no puede seguir pasando esto», añadió Carmen Morales.
Tras los hechos, integrantes de la Casa Obrera de Baja California, ua organización sindical que acompaña a los obreros de la región, exigió a las autoridades estatales endurecer los controles hacia las maquilas que operan en el estado.
En estas fábricas, dijeron en rueda de prensa, abundan espacios inseguros, cargas excesivas de trabajo y salarios presurizados. También, añadieron, existe un clima de hostigamiento laboral en el que, si los trabajadores denuncian las condiciones de trabajo, o deciden organizarse, son reprimidos.
De fondo, acusan, está el modelo económico que ha cobrado fuerza durante los últimos seis años: la relocalización de empresas.
Sobre esto, Jaime Cota, director de la Casa Obrera de Baja California, criticó:
«Nos venden como mano de obra barata, pero no hay medidas de seguridad ni higiene. Estamos viendo que ante esta condición (la muerte de Eduardo Ortiz) y la (desaparición) de Servando no pasa nada, ¿Cómo puede haber confianza entre los trabajadores para organizarse?”.
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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