Inelva Miguel, indígena zapoteca, trabajó más de 10 años para el consulado de Guatemala en Oaxaca, pero después de que dio a luz a su bebé, sin aviso previo, la despidieron. Ahora exige justicia, pero ninguna autoridad la escucha

Texto: Diana Manzo / Istmo Press

Foto: Especial

OAXACA. – Inelva Miguel Martínez tiene 32 años y es originaria de la comunidad zapoteca de San Pedro Leapi, Oaxaca. Trabajaba como asistente en el Consulado de Guatemala, en la capital de Oaxaca. Estaba embarazada, y después de 40 días de que naciera su bebé, la despidieron.

Consternada y molesta, la joven madre explicó que al llegar a su trabajo el pasado 2 de enero se enteró sin justificación alguna que estaba despedida en voz del cónsul guatemalteco, Persy Gerardo Ralda Batres de 72 años de edad. Ante esto, Inelva exige la intervención urgente del Secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente.

“Al llegar me recibieron de la peor manera, no me dejaron entrar. Cuando vi al vicecónsul me dijo que era una persona muy talentosa y que fácil encontraría trabajo. Sin entender que era lo que me quería decir el cónsul y, al cuestionarle el motivo, simplemente me dijeron que ya no podía seguir ahí, y tras ruegos, me dejaron pasar y sacar mis cosas que dejé cuando me fui por incapacidad el pasado 11 de octubre ”, cuenta.

«Esto que vivo es algo injusto»

Inelva comenzó a laborar en el consulado guatemalteco hace 10 años. Renovaba su contrato cada año durante los primeros diez días de enero. Por eso, no imaginó que la despedirán por su maternidad.

“Esto que vivo es algo injusto, porque ellos saben muy bien que requiero de mi trabajo por mi hija. Requiero del seguro social, además, siempre he trabajado de más y nunca me pagaron mis horas extras. Ahora, así de la nada, me dicen que ya no requieren de mis servicios”, dice, molesta.

En su lugar, una amiga del vicecónsul Selvin Antonio Contreras asumió su cargo. Ahora, esa mujer es quien desempeña sus funciones de asistente, que consisten en brindar un trato humano a las personas migrantes que llegan a México por la frontera sur y viceversa.

“Es obvio que a la nueva chica que contrataron no hizo examen de oposición, y tampoco fue por medio de una convocatoria como es costumbre. Supongo que a ella la contrataron de manera directa por ser amiga del Vicecónsul”, añade.

Acoso sexual, y autoridades ausentes

Inelva señala que vivir discriminación y machismo tras su despido de 10 años de trabajo no es la mejor forma de maternar. Por si fuera poco, denuncia que tras la llegada hace 7 meses del cónsul, él se ha encargado de acosarla sexualmente.

Desesperada, y sin saber que hacer, Inelva se queja de que las instancias de derechos humanos en Oaxaca, lejos de brindarle ayuda, le dicen que debe acudir a Guatemala a interponer su queja. Ella no está de acuerdo en eso, y por eso pide ayuda a la Seceretaría de Relaciones Exteriores de México para que analicen su situación. Asegura que vivir discriminación por maternidad, acoso sexual y misoginia debe ser motivo de sanción para el hoy consulado de Guatemala.

“Por humanidad, me hubieran llamado al menos y decirme en diciembre que ya no tendría contrato. Ellos saben muy bien que ocupo el servicio médico, soy recién parida y no es posible que tenga que vivir esta situación por mi maternidad. A cambio, el consulado ya contrató a otra empleada, amiga del viceconsulado, lo cual es una situación muy lamentable”.

Finalmente, hizo un llamado a las instancias defensoras a valorar su caso, pues durante 10 años brindó un servicio, y aunque era de contrato, no merece ser despedida de esta forma tras su embarazo.

“En estos 10 años tuve a 5 jefes, y con este ultimo cónsul es cuando comencé a vivir acoso. Ahora, hasta mi relación laboral terminó, me la truncaron. Esto es una violación a mis derechos por ser mujer y añorar ser madre”, concluyó.

Esta nota fue publicada originalmente en ISTMO PRESS, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la publicación original.