Los alumnos del CCH Oriente decidieron este martes enviar comisiones informativas a todos los planteles de la UNAM para coordinar las movilizaciones por el asesinato de Aideé Mendoza. En al menos una docena de escuelas se realizaron actividades de protesta y en dos comenzó un paro de labores
Por Redacción Pie de Página
Fotografía: Archivo /María Fernanda Ruiz
En al menos una decena de escuelas y facultades de la Universidad Nacional los estudiantes realizaron movilizaciones y asambleas informativas por el asesinato de Aideé Mendoza, alumna de sexto semestre del Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Oriente.
Las discusiones entre la comunidad universitaria sucedieron en los CCH Vallejo, Sur y el propio Oriente; en las facultades de Psicología, Arquitectura, Química, Economía, Ciencias, Acatlán y Aragón, Ciencias Políticas y Sociales, Filosofía y Letras, estas dos últimas declaradas en paro activo desde el martes y en paro total el jueves 2 y viernes 3 de mayo.
En la Facultad de Estudios Superiores Aragón nació la propuesta de realizar una marcha dentro de Ciudad Universitaria, el próximo viernes, desde la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales a Rectoría.
Los alumnos del CCH Oriente en su asamblea anunciaron que buscarán diálogo con los responsables de las dependencias de seguridad pública tanto de la capital como del Estado de México.
Otro acuerdo fue pedir la renuncia Víctor Efraín Terrazas, director del CCH Oriente, y Benjamín Barajas, titular de la Dirección General de los Colegios de Ciencias y Humanidades.
El próximo jueves 2 de mayo en el CCH Oriente se realizará una asamblea conjunta de distintas escuelas para determinar lar acciones a seguir.
Estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales que acudieron al CCH Oriente bloquearon por un lapso la avenida Universidad y Periférico Sur en protesta por el feminicidio ocurrido este lunes.
Las movilizaciones en la UNAM ocurren a dos años de otro feminicidio en instalaciones universitarias, el de Lesvy Berlín Rivera ocurrido el un circuito de Ciudad Universitaria. Por el segundo aniversario luctuso de la joven se tienen programadas actividades en las instalaciones de CU tanto jueves como viernes.
“Desde meses anteriores nos hemos organizado para tomar acciones, porque las autoridades estudiantiles no nos hacen caso”, dice un alumno del CCH Oriente frente a media centena de estudiantes que lo escuchan en una patio de la Facultad de Ciencias, en Ciudad Universitaria.
La muerte de Aideé Mendoza cimbró a la comunidad de ese Colegio de Ciencias y Humanidades, que un día después, además de pedir respuestas del caso, demandan que haya seguridad en su plantel. La petición no es gratuita, es la tercera estudiante de esa escuela asesinada en ocho meses.
“Exigimos seguridad, porque está (la escuela) en una zona muy peligrosa. En contraesquina hay una colonia de Iztapalapa a donde policía ni siquiera entra”, dice el mismo alumno frente a la asamblea universitaria.
“Los chicos tienen miedo todo el tiempo, y es sobre todo porque la vigilancia de la UNAM es deficiente. Cualquiera puede entrar con armas y con drogas al plantel” dice por teléfono Ailín Cortés, que desde hace un año y dos meses asegura trabajar en el CCH.
La situación ha llegado a tal punto que dentro de la escuela hay instalados botones de pánico. “Los pusieron porque los pedimos, porque en las canchas habían violado a una chica, pero no sirven de mucho”, cuenta Angélica Ruiz, una de las alumnas en las comisiones informativas que se dispersaron por todos los planteles de la UNAM.
“El problema”, asegura otra estudiante del mismo comité de Angélica -que pide se guarde su identidad-, “es que son los de jurídico (los encargados de la seguridad en el plantel) los que nos golpean. Sí hay porros, pero esos no se han estado metiendo mucho con los alumnos”.
Ella asegura que las autoridades de la propia universidad le toman fotos a los estudiantes que protestan para etiquetarlos. “Fue lo que pasó en el paro pasado”, asegura. A inicios de abril el CCH entró en paro para demandar mejores condiciones de trabajo para los profesores y mayor seguridad en los planteles.
Por los problemas de seguridad, en el plantel se instalaron cámaras de seguridad, pero para mantener sus identidades en secreto, tanto alumnos como maestros las taparon para que no fueran usadas para identificarlos. Una de esas cámaras está justo afuera del edificio P, frente al salón donde Aideé fue alcanzada por una bala que le quitó la vida.
Durante la asamblea informativa, otra de las quejas, tanto de estudiantes universitarios como del CCH, fue que se creara un protocolo de acción en caso de portación de armas dentro de las instalaciones de la UNAM, pues este caso evidencia que no existen o no se están implementando.
“Sacaron a los alumnos sin decirles por qué, mientras llegaban paramédicos y había patrullas y ambulancias afuera de la escuela. Se empezó a generar el pánico”, dice otro de los estudiantes de los comités informativos que visita CU.
Según la versión de estas sesiones informativas, el ataque sucedió alrededor de las dos y media y tres de la tarde, y que para sorpresa de varios de los alumnos, que fueron evacuados alrededor de las cuatro, en el mismo salón hubo clases después del incidente.
Los alumnos explican que cuando Aideé se desvaneció, los 10 estudiantes que la acompañaban en el salón de clases pensaron que se trataba de una cuestión de salud.
Los jóvenes rindieron declaración ante la Procuraduría General de la Justicia capitalina, de acuerdo con declaraciones de la procuradora Ernestina Godoy, quien también informó que el caso se ingresó como feminicidio.
Con información de Arturo Contreras Camero
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