17 septiembre, 2024
En la conmemoración del 214 aniversario de la Independencia, las Fuerzas Armadas de México reafirmaron su lealtad al futuro gobierno de Claudia Sheinbaum y al presidente López Obrador, quien les asignó megaproyectos e insistió en que eran «el pueblo uniformado»
Texto: Alejandro Ruiz
Foto: Duilio Rodríguez y Andrea López Amaya
CIUDAD DE MÉXICO. – Mario lleva a su hijo en la espalda. El niño, de 6 años, carga una banderita de México mientras su padre esquiva a la multitud que desde las 7 de la mañana se congregó en Paseo de la Reforma para ver el desfile militar en conmemoración de los 214 años de la Independencia.
Tratan de acomodarse en algún lugar, pero no encuentran sitio. Caminan hasta el palacio de Bellas Artes. Ahí, Mario compra un banco para sentarse, y después, subir a su hijo para que vea el desfile.
Detrás de ellos la multitud toca cornetas, matracas, y a veces hasta cantan el himno nacional. Entre la gente también hay personas de otros países, expectantes, como Mario y su hijo.
«Esto es tradición para nosotros. Antes veníamos con mi esposa, pero lamentablemente ya falleció», confiesa el hombre oriundo de la Ciudad de México, concretamente de la Alcaldía Gustavo A. Madero.
La conversación se interrumpe cuando de la esquina de Eje Central con Avenida Juárez aparece el contingente de la Guardia Nacional, la corporación que, hasta el día de hoy, aún pertenece a la Secretaría de Seguridad Pública, pero que hoy encabeza el desfile militar.
–¿Y a ti qué te gusta del desfile? – le pregunto al hijo de Mario.
–Las pistolas y los aviones – me responde, sin titubear, mientras arriba de nosotros los aviones de la Fuerza Aérea hacen piruetas como parte del desfile.
Durante el desfile, el último que preside López Obrador, el presidente decidió no hablar.En vez de eso, los titulares de la Sedena y la Marina Armada, el General Luis Crescencio Sandoval y el Almirante Rafael Ojeda Durán, pronunciaron discursos breves, pero contundentes.
Por ejemplo, el General Luis Crescencio Sandoval agradeció al presidente su nombramiento, y también, la creación de la Guardia Nacional. «Es la satisfacción más grande en toda mi carrera militar», dijo. Después, envió un mensaje a sus subordinados ante la presidencia de Claudia Sheinbaum, que inicia el 1 de octubre.
«Se cumplieron sus instrucciones. Estamos a pocos días de iniciar una nueva administración, y en el Ejército y Fuerzas Armadas se encuentran preparados para el reto que se presente».
El Almirante Rafael Ojeda secundó lo que dijo el titular de la Sedena, y añadió:
«Estamos listos para tener como presidenta a la primera mujer en nuestra historia, en tanto la Secretaría Marina Armada de México celebra el hecho y otorga la demostración de respeto y subordinación a quien será nuestra comandante suprema de la fuerzas armadas».
Sheinbaum, integrante del presidium de honor, agradeció las palabras de ambos secretarios. En el estrado también estaban Ricardo Trevilla Trejo y Raymundo Pedro Morales Ángeles, futuros secretarios de la Defensa y Marina Armada, respectivamente. El primero, con un pasado cuestionable vinculado a la Escuela de las Américas, la academia de contrainsurgencia de los Estados Unidos. Ambos, parte de una élite militar que parece
Leer más
En sus mensajes no hubo mención a la crisis de seguridad en Sinaloa, la misma que, de acuerdo con el comandante de la tercera Región Militar, el general Jesús Leana Ojeda, no depende de la intervención de la Sedena, sino de los grupos criminales que «dejen de hacer confrontación entre ellos y que estén dejando a la población en paz para que viva con tranquilidad”.
Volvemos al desfile militar. Mario y su hijo desaparecen de la foto. Ana Carmona, de Michoacán, responde algunas preguntas.
–¿Usted qué opina de las Fuerzas Armadas?
–Yo creo que están para protegernos, y lo hacen muy bien.
–¿Quisiera que el Ejército regrese a los cuarteles?
–Sí, y para eso está la Guardia Nacional.
–Pero la Guardia Nacional puede pasar al control de la Sedena…
–Pues sí, pero ahora los militares ya son buenos.
Fuera del zócalo, sobre Avenida Juárez, bajo el sol, Esteban y Ana Laura esperaban que su hijo Michel, soldado de infantería, pasara frente a ellos para saludarlo.
«Estamos orgullosos de nuestro hijo, que sirva a México», dijo Esteban, quien viajó desde Campeche para el desfile.
–¿Cuál es el futuro que imagina para su hijo? – le pregunto.
–Pues que siga sirviendo a México, a su país. Y quién sabe, a lo mejor algún día llega a ser secretario de la Defensa. Se vale soñar – respondió el señor, entre risas.
Michel pasa desfilando, empuñando su arma, sonriendo. Sus padres le gritan animados, pero Michel parece que no escucha. Sus ojos clavados al frente de la columna que se dirige al Campo Marte no admiten titubeos.
«Bueno, ya nos vamos, porque son como 14 horas de regreso», dice el señor Esteban.
–¿Y a qué se dedica usted?
–Soy agricultor, y tengo que regresar a trabajar.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona