20 junio, 2023
La Universidad Autónoma de San Luis Potosí anunció que desmantelará una de sus bibliotecas por supuestas “fallas en la infraestructura”. Sin embargo, alumnos de esta universidad acusan que en realidad, el objetivo es dar esas instalaciones a empresas privadas. Ahora, la defensa de la biblioteca ha iniciado un movimiento que cuestiona la privatización de la universidad
Texto: Alejandro Ruiz
Fotos: Cortesía Asamblea en defensa de la biblioteca
CIUDAD DE MÉXICO. – A finales de mayo de 2023 un comunicado de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí puso en alerta a sus estudiantes. Esto, debido al anuncio de que la biblioteca del Centro de Información Investigación y Posgrado (CIIP) sería reubicado del lugar en donde se encontraba.
El estado de alerta no es una casualidad, pues desde hace meses la comunidad universitaria que usa el Centro ha denunciado una serie de decisiones que la UASLP ha tomado. Particularmente, el de ceder parte de sus instalaciones para que las usen empresas privadas.
Esta decisión llega después de que la institución iniciara un programa de “vinculación” con el sector privado, para que, a cambio de usar las instalaciones de la universidad, éstas abrieran campos de trabajo para las y los estudiantes.
Sin embargo, esto no ha sucedido.
Milena Passos, estudiante de la Maestría en Derechos Humanos de la UASLP, explica:
“La Universidad argumenta que esto es vinculación con la empresa, pero los programas no tienen relacionamiento directo entre las y los estudiantes y las empresas. En realidad, lo que hacen es instalar sus oficinas nada más, pero no existe por parte de la universidad una acción de vinculación, o un programa real que vincule las necesidades académicas con estas empresas”.
En realidad, explica Milena, la política que se está siguiendo al interior de la UASLP es “una neoliberal, que va a tono con la privatización de un espacio público”.
Por eso, cuando ella y sus compañeros escucharon que la biblioteca del CIIP iba a ser reubicada, rápidamente llamaron a la organización, pues intuyen que en realidad la reubicación es un pretexto para desmantelar su biblioteca y ceder el espacio a otras empresas privadas.
Lo primero que hicieron los estudiantes del CIIP fue llamar a una asamblea, en donde convocaron a estudiantes, trabajadores y académicos para analizar la reubicación de la biblioteca. Esto fue el 2 de junio, días después de que la UASLP anunciara su decisión.
Milena, que participó ese día en la asamblea, cuenta:
“Ese día decidimos que la asamblea iba a ser el espacio legítimo de la comunidad estudiantil para discutir la situación. Manifestamos nuestro descontento. Algo curioso es que, mientras estamos en asamblea, la administración de la Universidad informa que no desaparecerá la biblioteca, sino que ‘se fortalecería la vinculación y emprendimiento’”.
Además, en ese informe la UASLP dijo que los libros de la biblioteca se repartirían en varios edificios. Esto, acusa Milena, es algo que va en contra de los propios convenios que mantiene la
Universidad, pues la biblioteca del CIIP es parte del Sistema Nacional de Bibliotecas.
Aunado a esto, el CIIP y los posgrados que ahí se ofertan están dados de alta ante el Conahcyt, por lo que recibe recursos públicos para su existencia. El compromiso de la Universidad, además de la calidad en la educación, es dotar de los espacios académicos adecuados, por ejemplo: bibliotecas.
Milena, ante esto, señala que el anuncio de la UASLP significa “una afectación frente a los derechos estudiantiles, porque representa un desmejoramiento de las condiciones de la institución. Por eso, teniendo esta información, lo que exigimos es que se nos mantenga la biblioteca en el espacio físico y tal y como se encuentra, y que no se traslade a otro espacio”.
A la vez, tras la presión ejercida por la asamblea estudiantil, la rectoría accedió a sostener una reunión informativa en donde explicara por qué está tomando la decisión de reubicar la biblioteca.
En esa reunión, cuenta Milena, la rectoría les dijo que la decisión está motivada en supuestas “fallas en la infraestructura” del edificio donde está la biblioteca.
“En la reunión no logra tratarse el tema de fondo. Lo que nos sorprende es que el rector nos informa que la razón del desmantelamiento es supuestamente porque existen unas fallas en la infraestructura. Nunca antes nos habían dicho de dificultades estructurales del edificio. No es lógico. En esa reunión preguntamos si se han realizado peritajes para determinar eso, y nos responden que no es así. Entonces, se está tomando una decisión que afecta a la comunidad estudiantil, por una situación que no está aprobada ni analizada”.
Otra cosa que llama la atención de la asamblea, explica Milena, es que, de existir esas supuestas fallas, no se está llamando a participar a la comunidad universitaria para determinar los riesgos. Tampoco para tomar estas decisiones.
“Exigimos que se abran más espacios de diálogo para encontrar mecanismos y rutas que involucren las necesidades de la universidad frente a las dos problemáticas neurálgicas: como la vinculación, y de que si existieran fallas estructurales, que ameritaría la participación de la comunidad estudiantil para encontrar soluciones”.
Sin embargo, lamenta Milena, no se acordaron espacios permanentes de diálogo, solo el compromiso de que se trasladaría el mobiliario hasta que no hubiera una solución definida y clara.
“A nosotros nos preocupa que no estamos siendo participes en estas alternativas”, lamenta Milena.
La lucha por defender la biblioteca del CIIP ha desnudado una disputa más grande: la de hacerle frente a la privatización de la universidad.
Milena señala que, cuando la rectoría argumenta que estas acciones están fundamentadas en la vinculación y el emprendimiento, en realidad, el discurso de las autoridades universitarias es el mismo con el que han justificado la presencia de las empresas privadas en los espacios de la UASLP.
“Existe una narrativa en disputa: la de la vinculación. ¿Qué es la vinculación? ¿Ceder espaciosa la empresa privada?, ¿o responder a las necesidades de la comunidad?”, reflexiona Passos.
Y añade que, para la UASLP, la vinculación es una narrativa que encubre “el proceso de privatización de la universidad bajo una lógica neoliberal”.
“Desde nosotros existe un interés de que la universidad recupere el sentido y función públicas que le es natural. A partir de una lucha del sentido común de un cuerpo académico se ha venido escalando a reflexiones más profundas. Como en señalar que no hay más bibliotecas públicas, y por eso, reivindicar el sentido comunitario de este espacio”.
Por eso, concluye Milena, defender la biblioteca del CIIP es, a la vez, luchar contra la privatización y por la recuperación del sentido social de la academia.
“Lo que inicia como una lucha de reivindicación, se traslada a una lucha por el sentido social de la universidad”.
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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