A unos días de que el Senado defina quién será la nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el debate sobre sus trayectorias ha pasado a un segundo plano porque la terna propuesta por el presidente es cercana a él, o a su partido. Pero, ¿quiénes son las abogadas que concursan para el cargo?
Texto: José Ignacio de Alba, Alejandro Ruiz y Arturo Contreras
Foto: Especial
CIUDAD DE MÉXICO. – El Senado de la República comienza este lunes las comparecencias de la terna propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, para sustituir a Arturo Zaldívar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Las tres propuestas: María Estela Ríos, Lenia Batres Guadarrama y Bertha Alcalde Luján, se entrevistarán ante la Comisión de Justicia para exponer sus argumentos y propuestas
Las abogadas son figuras que han militado en Morena, y han sido cercanas al proyecto político de López Obrador. Pero más allá de su cercanía con el presidente, ¿cuáles son las cartas con las que cada una se presenta ante el Senado para convertirse en ministra de la Corte? Este es un breve repaso.
La experiencia laboral de María Estela Ríos se centra en la defensa y asesoría de sindicatos. Algunos de ellos, lograron organizaciones y batallas conocidas, como es el caso de la Hulera Euzkadi y el Sindicato Radical de Trabajadores del Metal y Similares.
En los años noventa Estela Ríos fue profesora en la Universidad Autónoma Metropolitana. Además, acompañó a trabajadores de Sony, en el norte del país, en la demanda ante la oficina corporativa de Estados Unidos, en el marco de los acuerdos paralelos del Tratado de Libre Comercio.
En 1994, fue miembro de la Coalición Pro Justicia de las Maquiladoras. Es, sobre todo, una abogada bien ligada a la izquierda.
También fungió como presidenta de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos y colaboró en el seguimiento de los Acuerdos de San Andrés Larraizar; el documento firmado entre el gobierno de México y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional que propondría autonomía y demandas de igualdad y justicia para los pueblos originarios del país.
Con la llegada de la izquierda partidista, Elena Ríos desempeñó varios cargos dentro de la administración pública: directora del Registro Civil, coordinadora de asesores de la subsecretaria de Trabajo y Previsión Social del Distrito Federal.
Pero con Andrés Manuel López Obrador ayudó, como Consejera Jurídica, a esgrimir varios encontronazos contra el gobierno federal -entonces manejado por Vicente Fox-. El caso más emblemático, cuando la administración capitalina defendió la construcción de un hospital en Iztapalapa, lo que sirvió como pretexto para el desafuero de López Obrador.
Desde entonces, María Ríos, se convirtió en una de las personas de confianza de López Obrador. Aunque esa cercanía ahora ahora se convierte en conflicto. La oposición asegura que esa proximidad le restaría autonomía a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Después del desafuero, el tabasqueño siguió la senda de la lucha política, Rios siguió el camino de la burocracia en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje.
Con la salida de Julio Scherer de la consejería jurídica de la Presidencia de la República, López Obrador -en calidad de presidente- volvió a buscar a María Ríos para darle el cargo. Lugar que ocupa desde el 2021.
Hoy una nueva ventana se abre en la carrera de esta abogada, podría ocupar una de las once sillas en la Suprema Corte de Justicia.
Lenia aparece en la vida política del país en 1982, cuando comenzó a militar en el Partido Socialista Unificado de México. Posteriormente, en el 83, Laura Itzel Castillo, hija del mítico dirigente socialista Heberto Castillo, la llamó a formar parte de un movimiento de jóvenes.
Desde esa postura ideológica, Lenia Batres se integró al movimiento urbano popular y al activismo universitario en la UNAM. Primero, en el 85, se organizó junto a la Unión de Vecinos de la Colonia Doctores para demandar y vigilar la reconstrucción de la ciudad después del terremoto.
Posteriormente, en el 87, ingresa a las filas del movimiento estudiantil. Primero, como representante de la Preparatoria 6 ante el Consejo Estudiantil Universitario (CEU); posteriormente, en el 90, ya en la facultad de Derecho, Lenia fue candidata a delegada al Congreso Universitario.
Para ese momento, la abogada ya se había integrado, primero, a la Convención Nacional Democrática, y por ende, a la militancia que formaría el PRD en 1989. Seis años después, en 1997, Batres ocupó su primer cargo legislativo como diputada federal.
Después, en el 2000, fue directora general jurídica y de gobierno de la Delegación Cuauhtémoc; dos años después, en el 2002, el entonces regente del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, la incorporó a su gabinete como asesora.
En 2012 renunció al PRD para conformar lo que después sería el partido político Morena.
Su currículum se centra en la gestión y administración de la Ciudad, pasando desde la dirección general de regulación de transporte en el D.F., hasta asesora de la Comisión de Vivienda de la Cámara de Diputados.
En 2015, Claudia Sheinbaum la incorpora a la Delegación de Tlalpan como asesora. Posteriormente, ya con Sheinbaum al frente de la Ciudad de México, Lenia Batres se convierte en asesora de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda.
En todos estos puestos, la gente que la conoció solo tiene un par de palabras para definirla: “incorruptible” y “dura”.
Su militancia se ha nutrido, también, de su currículum académico, pues al terminar su licenciatura en Derecho, Lenia Batres se especializó en las áreas del Derecho Penal, Estudios de la Ciudad, Gestión Pública para la Buena Administración, donde cursó varios posgrados en la UNAM, la Universidad Humanitas, la UACM y la Escuela de Administración Pública de la Ciudad de México.
La última vez que Bertha Alcalde Luján intentó ocupar un puesto decisivo para la democracia mexicana, paradójicamente la opinión pública la descalificó por ser demasiado bien evaluada. Fue en marzo de este año, cuando intentaba ser la consejera presidenta del Instituto Nacional Electoral. Hoy, el Senado deberá decidir si es apta para ocupar un lugar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
“Con esta experiencia del INE, a alguna gente le extrañó que saliera tan exitosa”, comenta al respecto su padre, Arturo Alcalde Justiniani, uno de los abogados laborales más famosos del país. «Hasta se planteó a trampa, porque para algunas gentes era inexplicable que saliera mejor que muchos maestros en derecho electoral, pero no, se clava y tiene mucha capacidad de aprendizaje”
A diferencia de lo que dicen las críticas, la familia del Alcalde Luján no es una de prominente familia política, sino una familia de clase media dedicada al servicio, según dice Arturo Alcalde. La hermana de Bertha, es Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación; mientras que su madre, Bertha Luján Uranga, es la expresidenta del Consejo Nacional de Morena.
Bertha es muy dedicada y muy intensa, tanto que hasta podría ser un defecto, reconoce su padre. Es licenciada en derecho por la UNAM, y al mismo tiempo era asistente de investigación en el Instituto de Investigaciones Jurídicas. Aún mientras estudiaba trabajó en un juzgado penal y después se involucró profundamente en la Reforma del Sistema de Justicia Penal, lo que la ayudó a ganar una beca para estudiar una maestría en la Universidad de Nueva York.
También se ha desempeñado como abogada litigante, docente, y asesora en temas de reorganización, diseño institucional. Hasta 2020 trabajó en la Secretaría de Salud en el rescate de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) que, según palabras de su actual director, Alejandro Svarch, se encontraba sumida en profundos sótanos de corrupción. Antes de eso fue la superdelegada de programas sociales en Chihuahua.
De acuerdo con al acuerdo de la Mesa Directiva del Senado, el procedimiento para elegir a la nueva ministra consta de los siguientes pasos:
1. La Comisión de Justicia del Senado llamará a entrevistas a las tres propuestas del presidente y evaluará si cumplen los requisitos que establece el artículo 95 de la Constitución. Entre algunos de ellos, están: contar con título y cédula profesional de Licenciado en Derecho por al menos 10 años; no haber estado en prisión por un año, o más; haber vivido en el país dos años antes de la designación; y no haber ejercido como Secretario de Estado, Fiscal General, senador, diputado federal, o gobernador de una entidad.
2. Una vez que la Comisión de Justicia compruebe los requisitos, el dictamen deberá aprobarse por el pleno de la cámara de Senadores.
3. Posterior a eso, la presidenta de la Mesa Directiva va a convocar a quienes cumplan con los requisitos, y tendrán que exponer ante el pleno del Senado por qué deben ser elegidas.
4. Después de la exposición, el pleno votará para elegir a quien ocupará el cargo de ministra de la Corte. La persona que resulte electa tomará protesta de forma inmediata.
En caso de que en la votación no se alcance la mayoría constitucional (las dos terceras partes del Senado), se llamará a una segunda votación. Si la segunda votación tampoco reúne esta mayoría, la terna se rechazará, y el presidente tendrá que presentar una nueva.
Si esta terna se vuelve a rechazar, el presidente podrá designar como ministra a alguna de las personas de las tres propuestas.
Para realizar este proceso, el Senado tendrá 30 días hábiles, de lo contrario, el presidente de la República designará a la nueva ministra de la Corte.
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