28 octubre, 2023
Restauranteros, pescadores y vendedores de la emblemática playa perdieron casas y negocios. En las zonas rurales de Acapulco también perdieron sus cosechas. Hasta la tarde del viernes 27, ninguna autoridad se había apersonado
Texto y fotos: Óscar Guerrero y Marlen Castro / Amapola Periodismo
ACAPULCO, GUERRERO.- Puerto Marqués, uno de los puntos de playa en Acapulco, quedó devastado con el huracán Otis. En las calles hay infinidad de árboles y postes de energía eléctrica caídos, láminas de los techos de las viviendas, tinacos, puertas y vidrios rotos.
En la bahía unos 300 restauranteros, unos 200 pescadores y unos 200 prestadores de servicios de deportes acuáticos, según los cálculos de los propios habitantes, lo perdieron todo. Los restaurantes están sin techos y las palapas derribadas; las pangas de los pescadores están partidas y muchas otras pérdidas en el mar.
Casi toda la población no tiene dónde dormir, porque ya no tienen casas. Están destruidas.
Las mujeres, hombres, niñas y niños salen a las calles a buscar comida y agua. Ninguna autoridad había acudido a Puerto Marqués hasta avanzada la tarde de este viernes.
-Necesitamos que nos echen una mano. Nos quedamos sin nada-, dice Urbana García Reyes, dueña de la enramada Tres Hermanas, en la playa del río Papagayo.
Esta mañana, Urbana García con otros habitantes de Xolapa, el primer poblado de Acapulco yendo por la carretera federal, están en la orilla del río Papagayo, para rescatar lo que se pueda de las enramadas en las que ofrecen comida y bebidas a los turistas.
El huracán Otis arrasó con los 12 negocios de este tipo de Xolapa, entre ellos el de Urbana y 30 de El Papagayo.
Hacen su tarea en silencio. Mientras trabajan sólo se oye la corriente del río Papagayo, ya con su nivel normal.
Xolapa aparece después del puente Papagayo. A la derecha están las viviendas del pueblo y a la izquierda las enramadas, su sustento económico desde hace más de 40 años.
A Xolapa, de Acapulco y El Papagayo, de Juan R. Escudero, los divide el puente. Todas las personas que hacen faena a la orilla del río intentan recuperar algo, lo que sea, para no iniciar desde cero.
Perdieron las bebidas, los alimentos y aparte las mismas enramadas con sus mesas, sillas, cocinas ecológicas y refrigeradores. Urbana calcula que perdió como unos 40 mil pesos, 20 mil en productos y unos 20 mil invertidos en la enramada. Entre todos los de Xolapa calculan que perdieron unos 400 mil pesos.
Para la gente de este poblado y de El Papagayo el año que viene estará difícil, no sólo perdieron lo que el huracán, se llevó.
“Otis nomás nos vino a completar”, agrega Urbana.
Antes, Urbana García perdió su cosecha. El maíz no despuntó por falta de agua. “Al principio no quería llover y después nos echaron junta toda el agua que nos faltó en la temporada”.
En Xolapa, un pueblo de unos 800 habitantes, viven de la venta de maíz y de las ventas de comida en las enramadas. “Ahora no tenemos nada”, insiste Urbana.
La noche del martes y madrugada del miércoles ninguno pegó los ojos del miedo. Escucharon en las noticias que iba a llegar el huracán y se encerraron. Estuvieron en vela pendientes de lo que pudiera ocurrir. En 2013, con el huracán Ingrid y la tormenta tropical Manuel, las aguas del río llegaron hasta la mitad del cerro, algunas casas se inundaron. El puente se cayó.
En 2013, dice Gregorio Cortés Carroza, comisario de Xolapa y dueño de una enramada, nadie los ayudó. Los habitantes dicen que como son el último pueblo de Acapulco -del puerto hacia la capital- los dejan al final y ya no alcanzan nada de apoyos.
Este miércoles, vieron cómo a los vecinos de El Papagayo, los fue a ver la alcaldesa de Juan R. Escudero, Diana Carolina Costilla Villanueva. Saben que la presidenta llegó con algunos apoyos.
“Pero a nosotros, nada, nunca nos vienen a ver cuando se trata de ayudarnos”.
En Xolapa saben que no es buena idea esperar ayuda, por eso, desde ayer intentaron recuperar algo, pero cuando amaneció el río estaba hasta la carretera y había pasado por encima del puente. Llevaba mucha corriente y era peligroso. Esta mañana del jueves que ya regresó a su nivel, bajaron a ver qué cosas pueden rescatar.
Se observa que nada de lo que la corriente no arrastró quedó en buen estado. Se ve un refrigerador semienterrado y una mesa de tres patas boca arriba. El lodo quedó como 30 centímetros arriba de la plancha de concreto que hicieron en el acceso al río para la comodidad de los visitantes.
“Tenemos que traer una retroexcavadora para que levante el lodo”, comparte el comisario.
Tienen que poner prisa a los planes, porque en noviembre comienza la temporada alta de visitantes y es una forma de recuperarse de las pérdidas.
Mandaron mensajes de auxilio a la presidenta municipal de Acapulco, Avelina López, y a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.
Xolapa también se quedó sin energía eléctrica y sin agua, porque el agua la extraen del río con bomba y mientras no haya electricidad no tendrán agua.
2013 les sirvió de experiencia. Esperaron algún apoyo para empezar de nuevo con sus enramadas.
Otis les recordó de nuevo que son el último pueblo de Acapulco y, Acapulco, por lo que escucharon, volvió a quedar en ruinas.
-No son el último, son el primer pueblo, -les decimos.
Estas notas fueron publicadas originalmente en AMAPOLA PERIODISMO, que forma parte de la Alianza de Medios de la Re de Periodistas de a Pie. Puedes consultar las versiones originales en estos links: Puerto Márqués / Xolapa y El Papagayo
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