27 julio, 2021
El pasado 15 de julio se publicó el Protocolo Adicional para la Búsqueda de Niñas, Niños y Adolescentes en México, sin embargo, éste es tan solo el primer paso para saldar una deuda histórica con las infancias. Las personas menores a los 18 años reportadas como desaparecidas y no localizadas aumentaron a partir de la guerra contra el narco y suman más de 14 mil personas
Texto: Alejandro Ruiz
Foto: Marlene Martínez / Lado B
CIUDAD DE MÉXICO.- La publicación en el Diario Oficial de la Federación del Protocolo Adicional para la Búsqueda de Niñas, Niños y Adolescentes representa un avance sustancial para las labores de búsqueda de personas menores a 18 años reportadas como desaparecidas, pues su ejecución posibilitará la coordinación interinstitucional y la homologación de criterios que las Fiscalías establecen para prevenir y actuar frente a los miles de casos que han sido reportados desde la década de los 70.
Así lo señaló en entrevista para Pie de Página la actual directora ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), Tania Ramírez, quien aseguró que la Red participó activamente en varias de las etapas para la elaboración del Protocolo.
“En realidad es un protocolo sui géneris”, enfatiza Tania Ramírez, “pues no todos los protocolos se realizan con ese nivel de participación. Creo que esto es algo positivo”.
Los trabajos para la creación de este protocolo comenzaron en junio del 2020, y contemplaron diversas etapas que fueron desde la consulta a organizaciones y comisiones de búsqueda, la conceptualización de acciones para la redacción del primer borrador y la realización de foros con familiares, menores de edad y especialistas para modificar o agregar acciones que no estuvieran contempladas en el nuevo ordenamiento legal.
“En una de las últimas etapas se realizaron diálogos con niñas, niños y adolescentes donde externaron sus preocupaciones y permitió ampliar el diagnóstico de qué es lo que veían en sus comunidades y sus localidades”, añade Tania Ramírez.
A la vez, asegura, la recopilación de estas propuestas fue una experiencia dolorosa pues “las niñas, niños y adolescentes no deberían estár pensando en estos temas, pero hay que reconocer la realidad, hablarlo y hacerles partícipes para crear vínculos de participación sólidos y constructivos.”
Este protocolo surge a raíz de la publicación de la Ley General de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda, en donde se establece que debido a la gravedad de la desaparición de menores en el país era necesario crear un ordenamiento para brindar atención especializada a esta problemática.
El protocolo presentan diferentes tipos de búsqueda: rastreo remoto; búsqueda inmediata; búsqueda individualizada; búsqueda individualizada de menores en situación de trata; búsqueda de menores adolescentes en situación de reclutamiento; búsqueda individualizada de menores desaparecidos en la Guerra Sucia; búsqueda por patrones; búsqueda generalizada;; búsqueda de familia; localización con vida localización sin vida monitoreo y evaluación del protocolo.
La directora de REDIM reconoce que el documento representa un gran avance para las familias en búsqueda de menores reportados como desaparecidos, para la directora de la REDIM “el gran reto es cómo conseguir que este protocolo, que articula etapas de investigación, modifique la forma de actuación, investigación y coordinación de las autoridades en las acciones de búsqueda.”
Actualmente, de acuerdo con indicadores de la REDIM elaborados con información del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), hasta el 23 de julio de 2021 en México existen 14 mil 849 niñas, niños y adolescentes reportados como desaparecidos, y 1 de cada 100 casos son, lamentablemente, personas localizadas sin vida.
“No puede ser que en un país en el que hay números tan altos de niñas, niños y adolescentes desaparecidos no haya habido una reacción de indignación, de dolor, de marcar un alto: un ¡basta! un ¡nunca más!” Enfatiza Tania Ramírez.
La crisis humanitaria derivada de la “guerra contra el narco” de Felipe Calderón Hinojosa es palpable en las múltples denuncias por ejecuciones extrajudiciales, casos de tortura y el incremento de las cifras de personas desaparecidas en el país.
De acuerdo con los indicadores de la REDIM, de los 2 mil 874 casos de niñas, niños y adolescentes reportados como desaparecidos y no localizados en 2006, para 2021 la cifra se elevó a 14 mil 849 personas, concentrando casi el 60% de los reportes durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Para la directora de la REDIM, después de la guerra contra el narco no sólo se modificó la numeralia de las desapariciones de personas menores a los 18 años, sino también la dinámica de éstas.
“Antes las desapariciones de niñas, niños y adolescenetes eran temporales, y estaban asociadas a la tortura psicológica en contra de la disidencia política, después de la guerra contra el narco cambió esto, y ahora se asocia a fenómenos como el reclutamiento para el crimen organizado, la trata de personas y otras actividades muy lamentables.” explica Tania Ramírez.
Asimismo, asegura que desde la década de los 70 desaparecer personas se volvió una actividad recurrente en México, gozando en muchos de los casos de un alto grado de impunidad.
“Claro que esto facilitó e insertó en el imaginario de la criminalidad la idea de que desaparecer personas era algo fácil, tolerable y recurrible. La sociedad no terminó de comprenderlo, y la impunidad genera un escenario de permisibilidad. La sociedad mexicana, el Estado, debe hacerse cargo de las infancias, pues las y los niños y adolescentes son sujetos plenos de derechos que deben de estar protegidos por el estado mexicano”.
Actualmente, el 80.1% de los casos de niñas, niños y adolescentes reportados como desaparecidos son localizados, sin embargo, 1 de cada 100 es hallado sin vida, la mayoría de sexo masculino.
Del total de registros de personas menores a 18 años reportadas como desaparecidas, no localizadas o localizadas al 16 de abril de 2021, en siete de cada 10 personas son mujeres.
De igual forma, con corte al 23 de julio, en mujeres menores a los 18 años, por cada 221 mujeres localizadas una es hallada sin vida, siendo el Estado de México quien concentra el mayor número de casos con el 26.8%, seguido de Tamaulipas con el 11.6% y Chihuahua con el 9.1%.
Para la directora de la REDIM la publicación del Protocolo Adicional para la Búsqueda de Niñas, Niños y Adolescentes es un primer paso para que el gobierno y la sociedad mexicana salden la deuda histórica que se tiene con las infancias de nuestro país.
“Hay una mirada adultocéntrica que en nuestro país no nos ha permitido ver a las niñas, niños y adolescentes como sujetos de derechos, esta mirada, en el marco institucional, permea hacia las políticas públicas encaminadas a garantizar la protección de las infancias en México”, asegura.
Aunado a ello, Tania Ramírez afirma que hoy por hoy el Sistema de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) atraviesa una crisis política que ha provocado la ralentización de la coordinación interinstitucional, y que ha puesto en riesgo de desaparición a este sistema, lo que provocaría un retroceso de décadas en las acciones que garantizan el cumplimiento de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
“Las instituciones también deben de servir a personas que no pueden votar”, denuncia la directora de la REDIM, y afirma que uno de los desafíos más importantes para garantizar los derechos de las infancias y garantizar que se erradique por completo la desaparición de personas menores de 18 años es lograr la coordinación entre las Procuradurías de protección a la niñez, el SIPINNA y las Fiscalías estatales.
Empero, la reforma a la Ley General de la Fiscalía General de la República que dota de autonomía a la FGR es otro de los riesgos que enfrenta este Protocolo para que realmente se haga efectivo.
“Es un desafío para la coordinación, pues la Fiscalía puede argumentar la desvinculación e independencia para evadir coordinación institucional, y eso es un riesgo.” señala Tania Ramírez.
“Tenemos que llamar la atención de que si bien la publicación es un logro, en realidad no es un último paso: es el primero. Estamos poniéndonos al corriente con una deuda histórica hacia las infancias de nuestro país, y que en un nivel concreto se traduce en un reto de las organizaciones no gubernamentales, los medios de comunicación y las instituciones para que se relacionen con este protocolo. Es un reto comunicativo, de celeridad y precisión”.
Actualmente, después de la publicación del Protocolo en el DOF el pasado 15 de julio, viene una etapa de capacitación a funcionarios públicos para que realmente se hagan efectivas las medidas señaladas en éste, así como de difusión masiva para la prevención y erradicación de la desaparición de niñas, niños y adolescentes en el país.
“La violencia que se sigue palpando en el país no sucede únicamente en el mundo adulto, hay otras cosas que forman parte del horror que vivimos, y es urgente que las miremos” concluye la directora de la REDIM.
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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