El volcán Popocatépetl lleva varios días en actividad volcánica intensa. Actualmente nos encontramos en Amarillo fase 3 de alerta. Mientras las afectaciones por la ceniza aumentan, y las autoridades previenen un riesgo mayor, los expertos que observan los cambios dicen que aún no es tiempo de alertarse más. ¿Qué debemos saber sobre esto? En Pie de Página te contamos
Texto: Alejandro Ruiz y María Ruiz
Foto: Mireya Novo y Moisés Pablo / Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO. – El volcán Popocatépetl lleva varios días de actividad en los últimos meses, de hecho despidió el 2022 con una fumarola nocturna el 31 de diciembre. Pero fue hasta mayo que la Alerta Volcánica pasó a Amarillo Fase 3 y que inundó con sus cenizas varias comunidades a su alrededor. En el nivel de alerta en el que nos encontramos se recomienda a la población reunir sus documentos importantes, estar muy atentos a los avisos de las autoridades e informarse de cuáles son las rutas de emergencia.
Sin embargo, la calma es importante. Expertos explican que estar en esta fase no significa que habrá una erupción peligrosa, y, por el momento, la principal tarea es cuidarse de la ceniza volcánica y mantenerse bien informados de cualquier cambio.
Desde marzo, la actividad del Popocatépetl comenzó a notarse de manera evidente. Esto, principalmente, a actividades sísmicas y aumento en la emisión de gases. En las últimas semanas, la actividad en el Popocatépetl empezó a ser más evidente debido a la gran cantidad de explosiones y, con esto, la expulsión de cenizas que ha cubierto a Puebla en los últimos días.
El 20 de mayo, el semáforo de actividad del Popocatépetl subió a amarillo Fase 3. Estos cambios en el semáforo son preventivos, y sirven para preparar a la población ante una posible necesidad de evacuar. El semáforo no ha cambiado hasta el día de hoy. Ahora, es momento de estar pendientes de los lugares donde estarán los albergues; tener listas cosas e información personal importante; cuidarse de la ceniza volcánica y poner atención de los señalamientos de las autoridades.
Para que se pase a alerta roja tendrían que cambiar los parámetros visuales, geoquímicos y sísmicos de manera importante:
“Que haya abombamientos en el aparato volcánico, que son como chipotes que salen en las laderas del volcán. Estos chipotes nos dicen que la presión es intensa dentro y que va a reventar; que las aguas y gases que están saliendo hubiera incremento de dióxido de azufre y el tremor volcánico, vibración al interior del volcán que habla de con qué frecuencia y cuánto magma está ascendiendo o está pasando por los conductos al interior del volcán. Todavía no es el caso y no es para causar una alerta mayor a la que ya se tiene” explicó vía Tik Tok el geólogo Sergio Almazán.
El investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM Carlos Valdes explicó que el Popocatépetl tiene varios sensores sísmicos que permiten 3 mil datos por segundo al Cenapred, al menos seis cámaras que lo vigilan, además de GPS que miden variaciones en las laderas del volcán y medidores de gases.
Pero, ¿por qué ocurre esto? Para responder, en Pie de Página dialogamos con Ivonne Martínez, maestra en Ciencias de la Tierra por la UNAM y doctorante en el Instituto Ckelar Volcanes, en Chile.
–¿Qué nivel de riesgo corre la gente cercana al Popocatéptl?
–El Cenapred (Centro Nacional de Prevención de Desastres) junto con Protección Civil y la UNAM ha publicado mapas de peligros para los distintos peligros volcánicos que existen y toman en cuenta erupciones de menor, intermedia y alta probabilidad. Estos están publicados en línea en esta página de acceso libre.
«Las erupciones de menor probabilidad son aquellas de gran magnitud, muy poco frecuentes. Las de alta probabilidad son las más frecuentes, de baja magnitud, caso que vemos hoy en día con el Popocatépetl. Para los fenómenos de flujos de lava, flujos piroclásticos y balísticos, las áreas posiblemente afectadas se encuentran en el radio de exclusión de 12 kilómetros, por lo que las comunidades dentro de esta área sí quedarían expuestas.
«Sin embargo, más allá de esos 12 kilómetros, estos fenómenos no afectarían a poblaciones más lejanas. Por otro lado, el fenómeno que es capaz de afectar áreas mucho más extensas es la caída de ceniza, que bajo este tipo de actividad puede alcanzar a transportarse con el viento a más de 50 kilómetros.
«Propiamente el riesgo es muy complicado de estudiar pero ya hay estudios que se han desarrollado en México, lo que llamamos riesgo es el resultado del peligro relacionado con la vulnerabilidad y dicha vulnerabilidad depende de muchos factores. Sin embargo el gran trabajo que se ha realizado con los mapas de peligros es un gran aporte para la difusión de la información y manejo de los peligros volcánicos en especial en estas ocasiones».
La caída de ceniza es un tema de cuidado debido a que está compuesta de microminerales dañinos para la salud. Por ello se piden evitar actividades al aire libre. También está activa una área de restricción de 12 kilómetros a la redonda del volcán. En Puebla por presencia de ceniza volcánica las clases están siendo impartidas a distancia.
–¿Es posible predecir la erupción?
No es posible predecir erupciones. Lo que es posible hacer a través del monitoreo y registro continuo de diferentes parámetros del volcán, es identificar señales que nos permitan determinar si la actividad de ese volcán aumenta o disminuye. Gracias a esto, que en el caso del Popocatepetl se ha llevado a cabo, es que se pueden emitir alertas tempranas y mantener en vigilancia al volcán.
–¿La ceniza puede afectar la calidad del aire?
–En grandes cantidades sí puede afectar la calidad del aire y tener efectos adversos a la salud. La ceniza es roca fragmentada, por tanto actúa como un abrasivo y llega a afectar vías respiratorias y ojos. Cuando cae en cantidades pequeñas los efectos pueden ser mínimos.
Desde 1994 a la fecha la alerta volcánica ha cambiado a Amarillo Fase 3 en seis ocasiones: en el 2000, 2003, 2012, 2013, 2019 y 2022. Ésta sería la séptima. El Cenapred en su último informe comparte:
“En las últimas 24 horas, mediante los sistemas de monitoreo del volcán Popocatépetl, se detectaron 22 exhalaciones acompañadas de vapor de agua, gases volcánicos y ceniza. Adicionalmente, se contabilizaron 1234 minutos de tremor de alta frecuencia de baja a gran amplitud, asociados a la emisión continua de gas, vapor de agua y ceniza, así como en ocasiones de expulsión de material incandescente a corta distancia del volcán”.
–¿Por qué el Popocatépetl está activo?
Geológicamente hablando, el Popocatépetl es un volcán muy joven. Se ha formado gracias a la dinámica de subducción de la placa de Cocos debajo de la Norteamericana. Debido a que esta dinámica está activa hoy en día, el sistema que alimenta de magma al Popo también está activo. Puede tener periodos de reposo, como se vio antes de 1994, que estuvo mil años aproximadamente en calma hasta que comenzó un nuevo periodo eruptivo. Hasta ahora ha continuado en actividad.
–¿Hay alguna relación entre los microsismos que se sintieron en la cdmx y la actividad del Popo?
–No existe relación, y hasta ahora no hay evidencia para decir lo contrario. El origen de los dos fenómenos es muy distinto. Por un lado, el sistema magmático del Popocatépetl se encuentra a más de 70 kilómetros de la Ciudad de México y en profundidad. Por otro lado, los microsismos de la Ciudad son muy locales y con profundidades muy pequeñas. Estos están asociados a pequeñas fallas de la ciudad y la dinámica dentro de esta.
Autoridades Federales y estatales de Puebla comenzaron a revisar las rutas de evacuación para evaluar en qué condiciones se encuentran y qué tan transitables son. Por el momento se deben ubicar los albergues y las rutas de evacuación. En Puebla se instalaron comités que están listos para reaccionar en caso de cambiar de fase.
Según el mapa de peligro de la Coordinación Nacional de Protección Civil en el peor de los escenarios la lava podría llegar a varias localidades de Puebla, Estado de México y Morelos.
De estos estados, 16 municipios en el estado de Puebla; 6 en el estado de Morelos; y 8 en el estado de México se encuentran en las zonas de alto riesgo. Entre ellos las comunidades más expuestas son San Pedro Benito Juárez, Santiago Xalitzintla y San Juan Ocotepec, comunidades del municipio de Atlixco, Puebla.
En zona de riesgo medio hay 22 municipios en el estado de Puebla; 9 en el estado de Morelos; 6 en el Estado de México; y 18 en el estado de Tlaxcala.
–En caso de una emergencia mayor, ¿qué protocolos de evacuación deben seguirse?
–Primeramente, si el comité experto de Cenapred determinase un cambio de semáforo (el que sigue al actual sería rojo fase 1) se emite el comunicado y las autoridades de protección civil proceden a evacuar las zonas determinadas como «alto y medio riesgo” en el plan de operaciones publicado en esta página. Previamente a esto, existe una fase de prevención donde se hace un trabajo de revisión de rutas y albergues necesarios. Y se procede con la fase de auxilio y recuperación.
La Comisión Federal de Electricidad anunció que está lista para atender afectaciones al suministro de energía en Puebla y Tlaxcala con 97 trabajadores electricistas, 33 grúas, 24 vehículos, 28 plantas de emergencia y 1 almacén de materiales. Estos están ubicados en puntos estratégicos en las dos entidades. El IMSS también informó que activaron protocolos de alerta en hospitales y unidades médicas en Puebla, Morelos, Tlaxcala y CDMX.
El ejército informó que están listos para activar los planes de emergencia GN-A y Plan DN-III-E en sus tres fases prevención, auxilio y recuperación. Por el momento instalaron un centro de monitoreo en la XXV Zona Militar ubicada en Puebla. También se desplegaron 7 mil 275 elementos alrededor del volcán.
En caso de ser necesario apoyarán con la evacuación de comunidades por medio de las 42 rutas existentes (10 de Puebla, 20 del Estado de México, 7 de Tlaxcala y 5 de Morelos). Según datos del gobierno estas rutas funcionarán para evacuar a 127,114 personas de 51 comunidades de los estados de Puebla, Estado de México, Tlaxcala y Morelos.
–¿Qué sigue después de esta actividad?
–Este tipo de actividad es muy común del Popocatépetl. Como se ha mencionado en los reportes de Cenapred, este volcán ha presentado periodos de aumentos y descensos de actividad que lo caracterizan. Por lo tanto, que la actividad vuelva a un nivel base solo nos permitirá continuar con estudios de monitoreo y mitigación para posibles aumentos de actividad futura. Cabe mencionar que la erupción está ocurriendo. Desde 1994, que el volcán retomó su actividad, entró en un periodo eruptivo en el que ha presentado distintas explosiones y exhalaciones pero se mantiene en actividad continua.
–¿El Popo hará erupción algún día?
–El Popo se encuentra en erupción de baja magnitud, pero sí es posible que ocurran otras erupciones de gran magnitud. Se tiene registro de que en su historia eruptiva ha tenido erupciones de magnitudes muy grandes, que son poco comunes.
–¿Cómo aprendemos a vivir con un volcán activo?
–A lo largo de la historia de la humanidad, muchas comunidades se han asentado en las cercanías de los volcanes gracias a los recursos naturales que estos ofrecen. También, debido a que el tiempo geológico y el tiempo humano difieren en escalas. Muchas veces ni se enteraron que vivían cerca de un volcán activo. Pero en otras ocasiones, ocurrieron muchas tragedias.
«En mi opinión, el hacer y apoyar estudios geológicos y de monitoreo es la base para aprender a vivir cerca de un volcán activo con el entendimiento de los peligros que esto represente. Los volcanes se comportan como ellos lo han hecho siempre, nuestras actividades son las que nos exponen ante sus manifestaciones. El monitoreo permanente de los volcanes es completamente necesario y aún más, el compartir esa información con las poblaciones.
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