Durante la ceremonia luctuosa del fotoperiodista Rubén Espinosa, asesinado con cuatro personas más en la colonia Narvarte de Ciudad de México, familiares y amigos del fotorreportero exigieron que se investiguen las amenazas que el fotorreportero vivió en Veracruz durante los primeros años de la administración de Javier Duarte y su secretario de Seguridad Arturo Bermúdez
Texto: Norma Trujillo Báez y Arantxa Arcos / Voz Alterna
Fotos: Ricardo González / Voz Alterna
XALAPA, VERACRUZ.- A cuatro años de los asesinatos de Rubén Espinosa, Nadia Vera, Mile Virginia Martín, Yesenia Quiroz y Alejandra Negrete, en la colonia Narvarte, familiares de las víctimas pidieron que se investigue la posible participación del exgobernador Javier Duarte y de su ex secretario de Seguridad Pública Arturo Bermúdez Zurita en los crímenes.
«Seguimos exigiendo la verdad de los hechos, así como del móvil. No nos conformamos con que el caso siga abierto pero no pase nada con la investigación y mucho menos con que no se castigue a los verdaderos culpables», expresó Alma Espinosa, hermana del fotoperiodista asesinado.
«Tal parece que las autoridades son las única que no ven ni escuchan que Rubén fue hostigado y amenazado en Xalapa, por lo cual se tuvo que autoexiliar en la Ciudad de México y que Nadia también decidió salir por las mismas circunstancias, de lo cual existen grabaciones de su propia voz donde responsabiliza al gobierno de Veracruz por cualquier cosa que le llegara a suceder, pero nadie toma en cuenta todas esas pruebas, por lo que hasta hoy seguimos de pie y sin bajar la guardia seguiremos exigiendo que se esclarezca el caso y se castigue al autor intelectual de este crimen».
Los familiares llamaron a que Duarte no salga de prisión, porque a cuatro años, no se han agotado las líneas de investigación.
“Exigimos que Javier Duarte no sea liberado ni perdonado, porque no solo es por todo lo que se le imputa, sino por todos los asesinatos que cometió en este estado”, recalcó Patricia, otra de sus hermanas.
La joven acusó que a pesar de la existencia de una ejecutoria de amparo 804/2015 en el Juzgado Noveno de Distrito de Amparo en Materia Penal de la Ciudad de México y de la recomendación 04/2017 de la Comisión de Derechos Humanos de aquella ciudad, para evitar filtraciones de partes del expediente y por actos de revictimización a las familias, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México sigue filtrando información del expediente judicial.
Por primera vez, los padres del fotoperiodista asesinado encabezaron una ceremonia luctuosa, la entrega del premio “Rubén Espinosa” y una marcha en la capital del estado de Veracruz para exigir justicia y que se investiguen las amenazas que el fotorreportero vivió en Veracruz durante los primeros años de la administración Duartista.
Han pasado cuatro años del multihomicidio, en donde asesinaron a Rubén, Nadia, Mile, Alejandra y Yesenia, crímenes que siguen sin ser esclarecidos. Durante la protesta, una fotografía de Rubén en cuclillas daba la impresión que él tomaba la foto de su propio memorial; atrás, su madre Cristina Becerril y su padre Rubén Espinosa presenciaban el homenaje con un dejo de tristeza que reafirmaba que la herida siempre dolerá.
Allí en la escalinata de la Catedral Metropolitana de Xalapa estaba toda la familia de Rubén, sus hermanas y sus sobrinos, acompañados de amigos y compañeros de trabajo, igualmente por integrantes de organizaciones sociales, quienes también clamaron un grito de justicia por Nadia Vera.
Edith Escalón, activista y amiga de Nadia Vera, coincidió con la demanda de la familia del periodista que se investigue a Javier Duarte de Ochoa ex gobernador del estado y al ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez, y expresó “el asesinato de Nadia y Rubén sí fue político, sí fue por encargo, y sí fue una persecución. ¿Por qué amenazar a estudiantes, a activistas, a periodistas en Veracruz por un supuesto robo en la capital? Hubo tortura, hubo planeación, hubo precisión. No fue un robo, fue una ejecución, la clave está en Veracruz, vean vayan pregunten”.
En uso de la voz, el integrante de Lavida Emilio Rodríguez aseguró que aún cuando ha cambiado el régimen de gobierno del país, no significa ningún cambio en la situación de los activistas y periodistas.
“Es para nosotros una realidad que los periodistas siguen siendo hostigados, asesinados y no hay quien pare esta violencia”.
Recordó el caso del activista asesinado en Amatlán de los Reyes, Noé Vázquez, quien se oponía a los proyectos hidroeléctricos.
“Nos queda muy claro que si de algún lugar vendrá la justicia será de los hechos que estamos haciendo ahora, tomando fotos, tirando el gatillo de las cámaras, arrastrando la pluma, gritando, informando, yendo a las comunidades y defendiendo nuestros derechos en la acción solo existirá la justicia”.
Rubén volvió a marchar en calles de Xalapa. Aunque han pasado cuatro años de ser asesinado junto a cuatro mujeres en un departamento de la colonia Narvarte, “Rubencillo” –como le decían de cariño sus amigos- cargó su cámara al hombro y protestó con sus padres, Rubén Espinosa y Cristina Becerril.
Su familia lo acompañó. Él no permaneció físicamente pero fotoperiodistas como Victoria Razo lo encontraron en la ciudad.
“Hoy como cada 31 de julio siento su presencia aquí, lo he sentido tan cerca a través de la lucha de todos ustedes, lo escucho en las palabras de resistencia de sus hermanas y lo puedo ver en la danza de sus queridas sobrinas y en la sensibilidad de las fotografías que él nos dejó”, dijo la fotoperiodista, quien recibió la tercera edición del premio al fotoperiodismo “Rubén Espinosa” que entrega el Colectivo Voz Alterna.
Entre sus palabras mencionó no coincidir entre coberturas informativas con “Rubencillo”, pero lo encontró entre quienes mantienen su exigencia de justicia por crímenes de periodistas.
“Rubén es y siempre será un gran referente que marcó la historia del periodismo en México y recibir este reconocimiento que lleva su nombre, en presencia de su familia y amigos, es un gran honor que me motiva a seguir en esta lucha fotografiando nuestra realidad con coraje y verdad como lo hacía Rubén. Y a nunca guardar silencio como Nadia Vera nos enseñó”, añadió.
El premio de fotografía “Rubén Espinosa” no es galardón económico, es simbólico para inyectar a las nuevas generaciones de fotógrafos el gusto y el compromiso para retratar la realidad veracruzana, los problemas sociales, es la esencia de lo que significó Rubén en el periodismo veracruzano.
La cámara de «Rubencillo» volvió a captar imágenes intangibles. Fotografió el cielo soleado. La plaza pública donde se manifestó desde el asesinato de Regina Martínez lo volvió a ver metros más adelante, sobre las escaleras de la Catedral de Xalapa ya que desde hace un mes, integrantes de la agrupación Los 400 Pueblos mantienen un campamento insalubre.
Ese espacio no sintió sus pisadas con sus botas, ni sus pantalones bombachos, tampoco sus dedos que en 2013 rosaron el cemento por pegar una placa simbólica por nombrar ese sitio con el nombre de la periodista corresponsal de la Revista Proceso, asesinada el 28 de abril del 2012.
Para no olvidarlo, Patricia y Alma Espinosa Becerril, hermanas mayores de Rubén, lo pronunciaron públicamente.
“Estamos exigiendo justicia en esta plaza donde mi hermano solía venir a exigir justicia por otros y a realizar su trabajo. Es muy triste cada vez que venimos y cada año recordar que si él estuviera vivo estaría aquí trabajando y siendo uno más de nosotros”, dijo Patricia Espinosa Becerril-
La justicia por su asesinato da fuerzas a la familia Espinosa Becerril quienes exigen a la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México voltear a ver la persecución que tuvo en Xalapa, Veracruz.
Así como las autoridades de justicia de la capital del país, amigos y familiares de Rubén demandaron que el gobierno de Veracruz apoye en la investigación prestando expedientes donde refuercen la labor periodística que desempeñaba Rubén en la entidad veracruzana.
La solicitud pública incluyó formalidad, ya que desde el crimen se ha filtrado información a medios de comunicación.
Las primeras filtraciones ocurrieron a meses de lo ocurrido y fueron comprobadas por el juzgado Noveno de Distrito de Amparo en Materia Penal, que determinó que la Procuraduría General de Justicia capitalina, entonces dirigida por Rodolfo Ríos Garza, era el responsable de filtrar el expediente.
Para el 10 de diciembre del 2015, cinco meses después del multihomicidio, Rodolfo Ríos informó que un funcionario de la PGJ capitalina fue consignado ante un juez penal acusado de ser el presunto responsable de filtrar información de la investigación a medios de comunicación. Cuatro años más tarde y con cambio de autoridades que se autodenominaron “La Cuarta Transformación”, las filtraciones continúan.
“Hemos visto que hay otra vez filtraciones en medios de comunicación sobre el tema y eso nos hace sentir que estamos en el mismo hoyo y que la gente sigue siendo la misma a pesar que tienen otro nombre”, reiteró Patricia.
Este trabajo fue publicado originalmente en Voz Alterna, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Puedes consultar la publicación original en este link
Consulta la investigación especial:
Veracruz, las huellas que la PGJDF no quiere buscar
Periodista de Veracruz e integrante del Colectivo Voz Alterna.
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