17 noviembre, 2022
A partir de un llamado en redes sociales cientos de adultos jóvenes, de la generación sin casa, protestaron por lo difícil que es hacerse de un hogar propio; el fenómeno se repite no solo en todo México. Las rentas no paran de subir, los créditos de vivienda parecen deudas eternas y AirBnB amenaza con subir más las rentas
Texto: Arturo Contreras Camero
Fotos: María Fenanda Ruiz
CIUDAD DE MÉXICO.- Cansados de ver una casa propia como un sueño lejano, de vivir con roomies, de que les pidan las perlas de la virgen para rentar un cuarto, de que el alza a las rentas los expulse de una colonia a otra, de no poder vivir, unas trescientas personas entre sus 20 y 30 años cerraron por dos horas los cruces de Amores y San Lorenzo, justo frente a las oficinas de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del gobierno capitalino.
Las quejas de una generación menospreciada por no poder comprar una casa dejaron las redes sociales y tomaron las calles. La convocatoria fue difundida principalmente por Instagram, Tik Tok y Twitter. Sus autores: una cuenta dedicada a denunciar las brechas sociales llamada Gatitos contra la desigualdad.
La marcha sucedió en la colonia Del Valle, en la alcaldía Benito Juárez donde recientemente fue denunciada una red que conforma el llamado “cartel inmobiliario”, y donde el precio de un departamento de dos recámaras y unos 70 metros cuadrados no baja de los 2.5 millones de pesos, cifra que muchos de los que acuden a la marcha tardarían un siglo en pagar si pudieran tener acceso a un crédito hipotecario. Sin embargo, este no es un problema exclusivo de Ciudad de México, se repite a lo largo y ancho de las grandes ciudades de México y del mundo.
“Lo que ocurre de Tijuana a Chetumal se debe a una política que se centró en darnos créditos a través de dos instituciones, Fovissste e Infonavit. Se creyó que con créditos se iba a fomentar la vivienda, pero eso no es más que una política inmobiliaria. Este es un problema nacional y hoy se está despertando ese discurso que hace cien años inició el movimiento inmobiliario en Veracruz”, dijo a través de un pequeño megáfono Carla Escoffié, abogada especializada en vivienda y el problema de habitar las ciudades, quien gracias a su cuenta de TikTok en la que explica de forma sencilla y amena este complejo problema, cuenta a sus seguidores por las decenas de miles.
La falta de una política pública de vivienda no es la única responsable, reconoce Escoffié. A la par hay un proceso de financiarización de la vivienda en el que las casas dejan de ser espacios para habitables y se vuelven activos financieros, hundidos en un ciclo de construir, comprar e invertir. El mercado libre y competitivo no es más que una ilusión ante un negocio que es más lucrativo que nunca, asegura.
Carlos Rechy y Ana Cruz, una pareja joven que asiste a la marcha, se reconocen como víctimas de este fenómeno. Desde hace un año y medio no viven en Ciudad de México. Vivían en la alcaldía de Coyoacán, al sur de la ciudad, pero subió la renta y se mudaron a Iztapalapa, de ahí pasaron a Iztacalco y su última residencia estuvo en la Gustavo A. Madero.
“En su momento, cuando vivíamos aquí, dedicábamos poco más del 50 o 60 por ciento del ingreso a la renta. En ese entonces los dos teníamos chamba, pero nos quedamos sin ingreso. Estuvimos viviendo de nuestros ahorros, pero nos duró muy poco y lo mejor fue irnos para casa de mis papás. Nos vamos y luego regresamos, dijimos”, cuenta Carlos. Su caso no es el único. En 2020 poco más de la mitad de los capitalinos destinaron más del 40 por ciento de sus ingresos para la vivienda. Hoy sueñan con tener un departamento propio en dónde empezar una familia.
Este es un problema que se ha ido cocinando durante décadas y alcanzó un punto crítico después de la pandemia. La gota que derramó el vaso cayó el pasado 8 de noviembre, cuando la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, firmó un convenio de colaboración junto con la UNESCO y la empresa multinacional de hospedaje AirBnB para fomentar el turismo de larga estancia, un fenómeno que también se conoce como el de los Nómadas Digitales.
Solucionar esta crisis de vivienda no será sencillo, admite María Silvia Emanuelli, directora de la Coalición Internacional del Hábitat, una organización que desde hace años ha abogado por el derecho a la ciudad y el alto a los desalojos inmobiliarios.
“Hay miles de personas que a duras penas logran pagar una vivienda adecuada y entonces firman (el gobierno capitalino) este convenio de AirBnB. La crisis ya estaba ahí y es compleja, pero la autoridad, en lugar de romperla o actuar, decidió ignorarla. No es nada fácil, no se puede hacer con una única medida. Tendría que haber regulaciones más duras, tanto al tema de inversiones, por un lado, y regular de mejor forma lo de los nómadas digitales”.
María Silvia Emanuelli, directora de la Coalición Internacional del Hábitat.
Entre otras propuestas, Emanuelli incluye la creación de una ley de alquileres sólida, que vincule el límite de la renta al valor catastral del inmueble y en la que se distinga a los pequeños arrendadores, que rentan uno o dos departamentos, de los grandes propietarios que actúan a través de empresas inmobiliarias.
Según datos aportados por Gatitos contra la desigualdad, el 62 por ciento de las ganancias por alquiler se quedan en el 1 por ciento más rico de la población, que son quienes dictan las leyes del mercado inmobiliario. Además, la directora de la Coalición por el Hábitat sugiere que si el gobierno de la ciudad quisiera incidir en el precio de la renta, podría aumentar su inventario de vivienda social para alquiler y fomentar la creación de cooperativas de vivienda.
“El tema que vuelve después de cien años es el inquilinario; se hablaba mucho de la propiedad y demás y a veces la demanda ni es es esa, sino de una vivienda justa, creemos que (la conciencia) va a empezar a brotar a este lado. Lo primero para esta lucha es lo que está pasando, que la gente crea que la vivienda es un derecho, eso va a hacer que empiece a haber más protesta y más movimiento y creo que eso se está logrando”.
Dice después de la protesta Máximo Jaramillo, de Gatitos contra la desigualdad.
Al final de la concentración, el director General del Ordenamiento Urbano de la Secretaría de Desarrollo Urbano de la Ciudad recibió el pliego petitorio de los manifestantes y aseguró que daría respuesta al mismo en una semana. A continuación se reproduce el pliego petitorio:
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona