CDMX: ¿una ciudad en oferta para los extranjeros con computadora?

24 marzo, 2022

Durante la pandemia el trabajo remoto y la presencia de los llamados «nómadas digitales» aumentó en grandes ciudades como la capital mexicana, señalada como el tercer mejor destino de este tipo. ¿Cómo impacta la llegada de estas personas en la calidad de vida de los habitantes de las grandes urbes? ¿Son causa de la gentrificación o un síntoma?

Texto y fotos: María Ruiz

CIUDAD DE MÉXICO.- Trabajar de forma remota se volvió necesario con la pandemia de covid-19; pero hay quienes aprovecharon esta modalidad para tomar sus maletas y cumplir el sueño de viajar por el mundo. Otros simplemente huyeron de las restricciones sanitarias de sus países de origen u optaron por buscar ciudades más baratas para obtener una mejor calidad de vida.
A estas personas se les conoce actualmente como “nómadas digitales”, trabajadores a distancia que buscan ciudades con un buen servicio de Internet, variedad de cafeterías, espacios de trabajo (coworkings) y precios baratos para asentarse por algunos meses en estos sitios.

Por sus precios, su cantidad de cafeterías, diversidad, amabilidad de la gente local y el buen acceso a Internet, México figura como favorito dentro de los destinos de los nómadas digitales. Actualmente ocupa el tercer lugar dentro de los mejores países para trabajar de forma remota de Latinoamérica, según el ranking Work from Wherever ( Trabaja desde cualquier lugar) de la agencia de viajes virtual Kayak.

Esta fama, y las pocas restricciones impuestas por el gobierno durante la pandemia, dieron pie a que aumentara el número de extranjeros que llevan este estilo de vida en el país. En 2022 se ha registrado una mayor cantidad de visitantes provenientes de Estados Unidos y Canadá y sus principales destinos de llegada vía aérea fueron Cancún y Ciudad de México, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Turismo.

En la capital del país su presencia ha sido más notoria en colonias céntricas como la Roma y la Condesa. Su demanda de espacios provocó el surgimiento de negocios dedicados a este sector. Pero estos espacios ya tienen tiempo existiendo, de hecho el coworking llegó hace diez años a México y sigue en aumento, con la pandemia y la llegada de nómadas digitales hay quienes se lanzaron a abrir este tipo de negocio, según los datos de la agencia CBRE.

Haab Project es uno de esos negocios que nació en la pandemia. Se encuentra en la calle de Amsterdam, lleva un año y medio existiendo y cuenta con cinco pisos dedicados al coworking. El primero es un café abierto a cualquier persona que consuma, sin necesidad de membresía. Sus membresías van desde los mil 750 pesos hasta los 9 mil pesos al mes. Su menú está en inglés y sólo aceptan pagos con tarjeta.

Como Haab hay otros espacios dedicados al coworking en la ciudad, algunos cafés y otras oficinas que se rentan por mensualidades. La agencia CBRE estima que el coworking crece en promedio un 37 por ciento al año en México y que actualmente existen 300 mil espacios de coworking (aproximadamente medio millón de metros cuadrados dedicados a estos espacios). Las ciudades con mayores superficies dedicadas a este negocio son Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey (según datos de CBRE del año 2020).

En 2019, Ciudad de México entró dentro del ranking de las ciudades con más oficinas de coworking del mundo, con una cantidad de 232 mil 394 metros cuadrados dedicados a este negocio. En 2020 creció más del 50 por ciento y alcanzó los 398 mil metros cuadrados.

Los nómadas y la gentrificación

Dentro de las dinámicas de la ciudad hay empresas dedicadas a construir espacios de coworking que desplazaron y desalojaron ilegalmente a habitantes longevos de edificios históricos. Un caso emblemático es el de Público y la Cafetería Trevi, donde alguna vez existió el Trevi ahora habrá un coworking. Hay otros ejemplos en la ciudad, como el Hotel Virreyes que ahora es el Hostal Selina, parte de una cadena de hostales que apuestan por el mercado de nómadas digitales y se encuentran en distintos estados como Oaxaca y Quintana Roo.

Las cafeterías de la Roma.Condesa se han vuelto espacios de trabajo para quienes no tienen que acudir a oficinas de manera presencial.

Becca Sherman no imaginó que su tuit se volvería viral, ni que desencadenaría tanto enojo entre tuiteros chilangos. En realidad ni siquiera es nómada digital, lanzó su tuit durante una visita a amigos que viven en Ciudad de México en la que no pudo desconectarse del trabajo.

Desde la colonia Roma, en un pasaje comercial que conecta las calles Álvaro Obregón y Chihuahua, tuiteó una foto con el mensaje “Do yourself a favor and work remotely in Mexico City, it is truly magical” (Háganse un favor y trabajen a distancia desde la Ciudad de México, es realmente mágica).

“Los gringos con laptops no son el problema”

La romantización de una ciudad tan desigual como lo es la capital mexicana en la que la gentrificación evidenció la necesidad de políticas públicas que garanticen el derecho a la vivienda digna viralizaron su tuit, generaron comentarios de enojo y abrieron el debate: ¿los nómadas digitales aumentan la gentrificación?

Pero los gringos con laptops no son el problema, como lo dijo Fredrik Gertten, director del documental Push, durante el estreno de la película en México. Solo son un reflejo.

“La vivienda es un derecho, eso es súper importante. Es un tema de derechos humanos pero es importante entender lo que está pasando aquí. No se trata de gringos con laptops, es mucho más profundo, también es fácil culparles,(decirles) los gentrificadores… cuando estamos hablando de un mundo donde quienes tienen millones, billones de dólares, e invierten en comprar casas no son los gringos con laptops. Es otra cosa, mucho más fuerte. La turistificación es también un asunto pero no explica lo que está pasando aquí en México (en el tema de la gentrificación)”, explicó el documentalista durante la sesión de preguntas y respuestas en el Cine Tonalá.

En entrevista con Pie de Página Gertten ahondó en el tema de los nómadas digitales y las ciudades:

“Se trata de tener leyes que protejan a los inquilinos. Claro que la turistificación es un asunto que necesita reglas. Claro que los americanos pueden pagar más, pero en San Francisco dos piezas cuestan 4 mil dólares al mes, es casi como que ellos son refugiados del mismo tema y ahora México es un poco más barato para ellos, lo puedes ver en todos lados, que la gran capital sube todo, incluso en Estados Unidos BlackStone está comprando casas rodantes y lo está convirtiendo en negocio. Los únicos lugares donde los precios no suben son lugares donde no hay transporte, servicios y trabajo. Ahí puedes vivir barato pero no hay nada”.
Fredrik reconoce que aunque no son los causantes, los nómadas digitales sí crean problemas como el aumento de la especulación inmobiliaria, personas que compran casas y echan gente para rentarlas a nómadas digitales; sin embargo es peligroso culparles de todo porque son fenómenos más complejos donde los responsables son empresarios con mucho dinero que se mueven a los ritmos de la inversión, a quienes no les importa quiénes viven en las casas ni el derecho a la vivienda y sólo van detrás del dinero, para ellos hoy la vivienda es un negocio, mañana quién sabe.

“La gentrificación no la provoca el trabajo remoto”

La abogada experta en derecho a la vivienda Carla Escoffié explica que los nómadas digitales no producen la gentrificación sino que representan una etapa avanzada de procesos de gentrificación, especulación inmobiliaria y turistificación.

Escoffié explica que cada ciudad tiene sus particularidades y cuando termine la pandemia y el trabajo presencial vuelva a ser central, habrá otros procesos que puedan alentar la gentrificación, por lo que tener cuidado de caer en el error de que todo es gentrificación.

“Los problemas que hay en las ciudades son procesos muy distintos que a veces se entrelazan, comparten dinámicas pero son diferenciados: la especulación inmobiliaria, las burbujas inmobiliarias, la gentrificación, todas impactan en los costos de vida, en el acceso a la vivienda, se pueden dar a la par pero no son lo mismo.

“La gentrificación no la provoca el trabajo remoto y no son únicamente extranjeros, el problema no son las personas, es la dinámica que está ocurriendo en un barrio y la pueden alentar también personas nacionales. Yo no ubico la zona donde Becca Sherman subió su tuit pero hay que ver la historia del barrio. Si hubo una historia de gentrificación, si hay turistificación o especulación inmobiliaria, si es vista como zona de alto consumo económico, una zona bonita que representa parámetros de ciudad cosmopolita aunque no representa la realidad de toda la ciudad”.

Carla Escoffié.

Mike lleva tres meses como nómada digital, viene de Inglaterra y el trabajo remoto le permite practicar su hobbie: la fotografía callejera.



“Depending on your lifestyle: nómadas digitales, ¿moda, privilegio o necesidad?”

Wikipedia define al trabajo remoto como “un movimiento que a su vez es un proceso socioeconómico y laboral del S.XXI”. Quienes optan por volverse nómadas digitales argumentan tener una mejor calidad de vida en climas más amables, además de poder conocer otros lugares del mundo y cumplir uno de los sueños humanos: viajar.El trabajo remoto ya existía antes de la pandemia.

Desde 2013 ya se hablaba de este fenómeno en medios como la BBC. En ese año, según datos de Global Workplace Analytics, al menos 3.3 millones de personas en Estados Unidos trabajaban a distancia. Hay quienes comenzaron este estilo de vida desde el 2008, desde que el Internet hizo de esta modalidad algo posible. Pero la pandemia aumentó la cantidad de nómadas digitales que no sólo buscan un espacio para trabajar sino reflejar un estilo de vida: como poder probar los restaurantes de moda y subir las fotos a Instagram o a sus Vlogs.

Esto ha beneficiado a algunos habitantes mexicanos, como el caso de Daniel López fundador de la panadería Saint. A tres semanas de que iniciara la jornada de sana distancia abrió su panadería, desde hace años tenían la intención de mudarse a Ciudad de México y él y su socia ahorraron para montar el negocio. Sin clientes que pudieran pagar sus precios no habrían sobrevivido. Sabían que el tipo de pan y su valor no podía funcionar en otra ciudad, ni en otra colonia (La Condesa):

“No es barato el pan que vendemos, usamos mantequilla importada y creemos que nuestro pan vale lo que cuesta. Tampoco estamos descabellados para los precios de la zona, al negocio sí le han beneficiado clientes extranjeros. Muchos nombres los hemos mexicanizado pero muchos tienen nombres franceses. Ofrecemos productos que los extranjeros conocen y que en México tienen apenas unos años que se han ido introduciendo”, cuenta el fundador de Saint.

Estos restaurantes son atractivos para nómadas digitales que buscan probar la cocina de moda, quienes explican desde sus canales de Youtube por qué deciden quedarse en la Roma o la Condesa.

La ingeniera de software Liana, quien comparte sus viajes como nómada digital en su vlog “Diarios de trabajo remoto”, explica que decidió pasar sus días en la colonia Roma de Ciudad de México por la cercanía de restaurantes y cafeterías. Durante su estancia ella y su compañero se ven consumiendo en lugares como Lunetta, Cardinal Café, Katsu Sando o Eno, donde unas quesadillas de flor de calabaza cuestan 140 pesos.

Café-oficina de Haab Project la Condesa.

El analista de tendencias detrás de Trendo, Gustavo Prado, explica que no puede ser una tendencia porque está por volver el trabajo presencial y que hay factores económicos que no lo permiten, ya que sólo es posible para algunas personas con privilegios económicos.

“Aquí en México hablan de la gran renuncia (personas que renunciaron a sus trabajos para freelancear o buscar trabajos remotos), que eso pasó en Estados Unidos. El problema es que se está viendo lo que está pasando en Estados Unidos pero en México no es una forma de vida que se pueda dar”, explica.

México es uno de los hot spots (lugares más populares) para los nómadas digitales, ¿por qué?

“Lo que está pasando es que están ganando más allá (por su sueldo en dólares) de lo que están gastando aquí. México es un país en oferta y eso también está provocando que aumenten los precios pero no está beneficiando a toda la población local”, recuerda Prado.

Viajar con responsabilidad social

No todo es blanco o negro. Hay extranjeras freelance (independientes) o que trabajan de manera remota desde México a quienes les preocupa cuidar la comunidad a la que llegan y tratan de involucrarse con ella. 

Zoe Mendelson llegó a México en 2013 para lograr realizar su proyecto de vida: Pussypedia. Sabía que en Nueva York no llevaba una vida digna y los gastos de habitar una de las ciudades más grandes y caras del mundo le dificultaba avanzar en sus proyectos personales.

“Estoy haciendo lo que puedo para tener una vida digna. En Nueva York vivía (en un departamento) con muchísimas cucarachas. Trabajaba siete días a la semana: como periodista, cuidando niños y vendiendo en un tianguis dos días completos”, recuerda.

Zoe reconoce que la mayoría de quienes se mudan a países más baratos lo hacen porque tener un sueldo en dólares y pagar en la moneda local les permite tener más privilegios.

“Intento vivir de una manera ética pero el contexto no es ético, es una manera en la que nos aprovechamos de la desigualdad”, reconoce la autora de Pussypedia.

En estos últimos meses, Zoe ha visto un aumento exponencial de extranjeros llegando a la ciudad y no está contenta con la actitud con la que llegan:

“Creo que es mucha moda, es más onda ‘spring break’, gente llegando aquí que piensa que no hay reglas, a los que les importa solo su experiencia, no tienen interés en integrarse a la sociedad, ni respeto. Llegan con la idea de que México es un lugar para jugar, ser locos y drogarse. Hay una ciudad gringa en la Roma-Condesa y no tienen idea de qué está pasando aquí, no te podrían decir ni el nombre del presidente…no les interesa, es muy triste”.

Como Zoe, Ellen Freeman llegó de Estados Unidos y ahora trabaja como periodista freelance. Ella compara esta ola de nómadas digitales con la de los extranjeros estadounidenses y canadienses que llegaron en los noventa a jubilarse en México. Quienes aprovechaban que los precios eran más baratos para vivir con lujos:

“El otro día encontré en la librería Under the Volcano unas guías de los noventa para jubilarse en México y una página decía: ‘ya no es como los días de oro en México, cuando podías tener un ‘servant’ (usaron esa palabra: sirviente) que trabaja 6 dias y medio de la semana por 100 dólares al mes. Ahora les tienen que pagar más y ellos exigen el domingo libre”.

Parque México se ha vuelto uno de los espacios a los que más acuden extranjeros para relajarse y realizar actividades al aire libre.
Nolu lleva trabajando de forma remota en México desde hace cuatro meses.


Freeman reconoce que su vida mejoró en México pero que es importante reconocer los privilegios que tienen aquí:
“Yo nunca había tomado un Uber en Estados Unidos porque son muy caros, aquí puedo. Cuando vivía en Estados Unidos necesitaba ver a un terapeuta pero era muy caro, aquí puedo pagarlo. Obviamente sería mejor si toda la gente puede acceder a esas cosas. Es importante tener conciencia de que llegando de una ciudad gringa la CDMX puede sentirse muy barata pero ese estilo de vida no es alcanzable para la mayoría de los mexicanos”, cuenta.

¿Se puede ser trabajadora remota cuidando la comunidad a la que llegas?

Ellen Freeman sugiere investigar sobre las rentas y consumir local.

“Es importante no solo radicar en las colonias como Condesa o la Roma, comiendo en restaurantes carísimos que muchos de ellos pertenecen a gringos, mejor comprar en los tianguis, mercados, tienditas. Creo que esa es una manera en que los visitantes pueden invertir en las comunidades donde están. Para las personas que vienen de ciudades caras… si pueden pagar 25 mil pesos que piensen antes de hacerlo porque por eso están subiendo las rentas”, aconseja.

Zoe Mendelson recuerda que es importante ser respetuosa pero que más allá de las decisiones que puedan tomar desde lo personal el Estado debería garantizar el cuidado de los ciudadanos: “más que elegir una renta adecuada es algo que debe de hacer el gobierno: políticas públicas”.

La abogada Carla Escoffié coincide con Freeman y Mendelson:

“Hay que tener conciencia de clase, saber a dónde nos estamos yendo y qué impacto tiene nuestra presencia allá. Si bien la responsabilidad individual, es importante, y hay que tener esa conciencia de nuestro impacto, no hay que borrar que esto no se trata de un aspecto meramente de decisiones personales. Hay todo un tema de políticas públicas que tiene que ver con acceso a la vivienda, abandono de políticas de planeación urbana, acceso a la ciudad de manera equitativa a las personas. Si bien estos procesos se dan en distintos países con distintos índices de desarrollo urbano impacta más cuando hay falta de políticas en vivienda, como en México que siguen siendo laxas y permiten estos procesos. Es un tema de derechos”.

Carla Escoffié.

Foránea siempre, lo suyo es lo audiovisual y el periodismo es la vía por donde conoce y cuestiona al mundo.