La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México dice que el caso del multihomicidio en la colonia Narvarte sigue abierto y se siguen todas las líneas de investigación, pero el móvil no se han encontrado
Texto y fotos: Ignacio Rosaslanda
Cinco años han pasado desde el asesinato de Nadia Vera, Mile Martín, Alejandra Negrete, Yesenia Quiroz y Rubén Espinosa en la colonia Narvarte. Oficialmente, no se ha definido el móvil del crimen.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México argumenta cada año que el caso permanece abierto y que se están siguiendo todas las líneas de investigación. Sin embargo, desde un inicio han privilegiado la línea del narcomenudeo y prostitución que la misma autoridad se encargó de colocar en la agenda pública, filtrando imágenes y fragmentos de la carpeta de investigación que lastiman la dignidad de las víctimas y crearon alrededor del caso un juicio mediático.
Sin pruebas, más que las declaraciones de los presuntos culpables, que después declararon que fueron sujetos a tortura, han mantenido hasta la fecha esta como su hipótesis principal.
Nunca ha investigado las denuncias de la activista Nadia Vera y el fotógrafo Rubén Espinosa, quienes habían huido de Veracruz para refugiarse en la Ciudad de México y en varias ocasiones responsabilizaron al entonces gobernador Javier Duarte de lo que pudiera pasarles
A pesar del panorama estéril que provee el Estado, las personas cercanas a las víctimas, sus defensores legales y algunos periodistas mantienen la memoria y exigencia de justicia.
Para ellos, no se puede hablar en los mismos términos que proponen las autoridades, porque estos solo confunden.
Para los familiares, por ejemplo, este tiempo se ha tratado de un progresivo entendimiento y confirmación de las dinámicas que el Estado utiliza para impedir el acceso a la justicia. En esa misma línea, los defensores legales han concluido que el ocultamiento de esta verdad es en sí la condición para que el Estado se mantenga.
No se trata pues de un caso abierto sino de una herida que permanece abierta y que con el tiempo se profundiza más.
En este tiempo, las personas cercanas a Rubén Espinosa y Nadia Vera han tratado de expresar el dolor de su pérdida a través del arte y han insistido en que para entender lo que ocurrió, debemos pensar con otras palabras.
No se trata de un multihomicidio sino de una ejecución que fue planeada a detalle por el Estado, en concreto por el gobierno de Javier Duarte y la policía de Bermúdez Zurita, encubiertos, al menos por omisión, por el Gobierno de la Ciudad de México.
Desde Veracruz, este caso causó que distintos movimientos sociales se apagaran. El ataque significó la propagación del miedo, muchos incluso huyeron del Estado de Veracruz por el miedo a que continuaran las ejecuciones.
Hoy los recuerdan, sin embargo, su acción se mantiene en la clandestinidad porque en Veracruz la amenaza sigue latente, la policía continúa asesinando a jóvenes, como ocurrió hace apenas unos meses con el caso de Carlos Andrés Navarro, detenido el 2 de mayo pasado,y que no salió con vida del cuartel de San José en Xalapa o el caso de la periodista asesinada en Papantla María Elena Ferral el 30 de marzo del presente año.
Este viernes, varios puentes peatonales de Xalapa fueron intervenidos con mantas que recuerdan a Nadia, Rubén, Mile, Alejandra y Yesenia. En una de ellas se lee:
«Gobierno de Duarte, asesino de la Narvarte. Gobierno actual, cómplice por no actuar»
Alejandra, Yesenia, Mile, Nadia y Rubén. Fueron las víctimas en un caso que, después de 5 años, no ha sido resuelto y que las autoridades han permitido que continúe como una herida abierta. En medio de la emergencia sanitaria, familiares y activistas organizaron una serie de actividades en línea,
Aquí una lista de las distintas expresiones:
Festival Arte para no olvidarte
Foro con la participación de las familias.
12 horas. Transmisión en vivo
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